VALÈNCIA. "Yo tenía en la cabeza el recuerdo de una historia familiar. Era que un tío abuelo tuvo que emigrar a Venezuela. Al tiempo de estar allí se dio cuenta de que no existían las pinzas para tender y lo que hizo fue patentarlas y montar una fábrica así que, cada vez que se vendía alguna, se llevaba un pequeño royalty. Le fue muy bien porque el otro recuerdo que tengo es el de ir los veranos a verle en su barco en Palma de Mallorca. Yo pensaba, ¡qué suerte!, llegar a América en los años 30 y aprovechar que había aún cosas por inventar. Cuando empecé a trabajar en internet, en el año 2005, pensé que esa era mi Venezuela y que era el momento de aprovechar la oportunidad para hacer algo nuevo en los negocios”. La anécdota es de Javier Andrés, el fundador de Ticketea, compañía que creó en 2009 y, posteriormente, adquirida por Eventbrite.
Esa sensación de ‘hacer las américas’ en los orígenes de internet debieron de tenerla casi todos los que se anticiparon a lo que hoy es prácticamente ineludible. “Hay que estar en internet, no para que te busquen, sino para que te encuentren y sepan que existes”, dice Antonio Fagundo, CEO de Malsaltos, uno de los primeros ecommerce en España y de los pocos que se mantienen en activo después de 25 años.
Aunque muchos se asignan el mérito de ser los primeros, otros coinciden en atribuir a Rodolfo Carpintier el título de ser el gurú de internet en España. Como tal, le pilló el pinchazo de las ‘puntocom’ y luego le tocó empezar otra vez desde cero, pero nunca perdió la fe en el potencial de la red para generar el nacimiento de nuevos negocios y donde vio el germen de la tercera revolución industrial. Después de trabajar como director general para una empresa de ingeniería española, Carpintier se incorpora, en 1994, a la vicepresidencia de Servicom, empresa fundada por Eudald Domènech Riera y a quien algunos consideran el primer empresario de España en la red.
En poco tiempo Servicom se convirtió en el segundo proveedor de acceso a Internet en España (ISP). Consiguió miles de usuarios de pago, proporcionando información vía módem a ‘alta velocidad’. Hay que decir que entonces resultaba bastante caro acceder a internet y disponer de una cuenta personal en gmail, hasta que llegó la teleco Retevisión que, en el año 1998, adquiere Servicom y RedesTB.
“El nuevo gigante de Internet lanzó al mercado las cuentas gratuitas de acceso a Internet, nuevo modelo de negocio al que se fueron sumando otros proveedores de la competencia. Entonces, ya no fue necesario contratar los servicios de un ISP para poder acceder a Internet... con pagar el tiempo de conexión era suficiente”, recuerda en un post Manuel Llaca, “arquitecto de software, escritor y bloguero”. Servicom desapareció y Domènech Riera siguió acometiendo nuevos proyectos. Fundó Telépolis, la incubadora Techfoundries oTotal Channel. Lo último que se publicó de él fue que figuraba entre la lista de morosos de la Agencia Tributaria, al menos hasta el año pasado.
También Carpintier continuó por la senda emprendedora. A servicom le siguieron proyectos como Netjuice Capital, junto a los hermanos Jorge Juan y Silvia García, nacida en 1996 como una empresa de consultoría y desarrollo de negocios en Internet y que luego dio el pelotazo con la venta de Kelkoo a Yahoo. Ya en 2003, Carpintier funda Digital Assets Deployment, DaD, todavía en funcionamiento, y que se postula como “la primera incubadora de Negocios de Internet y Tecnología 2.0 de España, con presencia en Europa, EE.UU, China y Latinoamérica”. Entre sus casos de éxito se encuentran Xplane (vendida a Dachis Group), Tuenti (vendida a Telefónica) o BuyVip (vendida a Amazon). Actualmente, Rodolfo Carpintier se ha consagrado como uno de los grandes especialistas nacionales en internet y un gran inversor.
Pero antes de que apareciese Servicom, los profesores José Mañas y Juan Antonio Esteban, de la Universidad Politécnica de Madrid, habían lanzado en, 1992, el primer proveedor comercial de acceso a Internet: Goya Servicios Telemáticos, S.A. La startup pionera prestó servicios a empresas como Telefónica o a Martín Varsavsky, antes de que fundara Jazztel. Pero también fue aquí donde el padre de Antonio Fagundo compró el dominio para su marca de calzado con alzas, entonces denominada Splash Ibérica. “Mi padre siempre recuerda que tuvo que pagar un millón y medio de las antiguas pesetas para comprar el dominio. -cuenta Fagundo- Para efectuar la adquisición y montar la página web, fue al banco de toda la vida a pedir un crédito y se lo denegaron argumentando que cómo le iban a dar dinero para una moda pasajera”.
Una de las principales virtudes del servidor Goya era que permitía intercambiar correos electrónicos. “A mi padre le pareció una maravilla eso de poder comunicarse con amigos que tenía en Alemania a través de una máquina y así fue como nos llegaron los primeros clientes online, por el correo electrónico”. Actualmente, Másaltos, está presente en más de 120 mercados y recibe pedidos de las zonas y personas más insospechadas.
Visionario en el potencial de internet para abrir una ventana al mundo con tus productos fue también Carlos Barrabés. El oscense fue otro de los que sentó las bases del comercio electrónico en nuestro país , al crear, en 1995, una tienda online para la venta de productos de alpinismo. “No fue fácil. Recuerdo que durante un año no paramos de buscar a alguien en España que nos ayudara a montar la tienda en Internet, que supiera. Pero no encontramos a nadie. Y lo peor es que ni siquiera podíamos copiar porque entonces no había ninguna tienda”, declaraba Barrabés en 2009. También él pagó un millón y medio, “una fortuna”, por montar una humilde web que hoy a derivado en todo un imperio dentro de la economía digital con el mismo propósito: adelantarse al futuro.