Los retratos de artista de ‘El Flaco’ recalan en el IVAM

VALÈNCIA. Fue en 2018 cuando el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) abrió las puertas de la exposición Vértigo, que ofrecía un generosa mirada a la trayectoria de la escultora Ángeles Marco. Fallecida una década antes, la muestra presentaba más de un centenar de piezas que iban desde su producción en la década de los 80 hasta sus piezas más recientes, un proyecto que tenía por objetivo poner en valor una firma que, explicaban entonces desde el museo, no había sido suficientemente reconocida. Cuatro años más tarde, ya en 2022, la institución cultural reunía casi un centenar de obras de Gabriel Cualladó, uno de los pioneros del movimiento de renovación de la fotografía española de la segunda mitad del siglo XX y Premio Nacional de Fotografía en 1994, en una muestra en Bocairent. Entre una y otra se han ido sucediendo distintas exposiciones colectivas en las que han tenido una presencia destacada artistas como Manolo Valdés o Equipo Realidad, formado por Joan Cardells y Jordi Ballester, firmas habituales en las salas del museo. 

Estos son algunos de los artistas clave en la colección del museo, de los que el IVAM custodia no pocas piezas. Pero, detrás de toda gran obra hay un gran creador y ese es el que está representado en los cuatro retratos que ha donado el fotógrafo José García Poveda ‘El Flaco’ al museo. Las imágenes formaron parte de la exposición La València d’El Flaco, que se pudo ver en 2017 en el Centro Cultural La Nau. En ella hacía una radiografía política, cultural y social de la ciudad, una muestra que reunió más de tres centenares de fotografías mediante las que dibujó el paisaje urbano de la València que va desde la década de los 80 hasta el 2004. “Este afán por atesorar instantes que pasarían al olvido si alguien no los fijara sobre un rollo de película le ha permitido conformar un archivo impresionante en el que están registrados los acontecimientos y personas más significativos de la historia de la cultura valenciana más reciente”, relataba la exministra de Cultura Carmen Alborch en el catálogo de la exposición. 

Es precisamente ese diálogo constante entre talento y oportunidad lo que marca gran parte de la producción de El Flaco, quien tras años fotografiando en el IVAM -de hecho, desde su propia construcción- ahora pasa a formar parte de su colección. Lo hace mediante la donación de cuatro retratos que formaban parte de aquella exposición en La Nau, una donación aceptada por el museo en la última reunión del Consejo Rector, imágenes que ponen cara a algunos de los artistas que apuntalan la colección artística del museo. Manolo Valdés, Equipo Realidad, Gabriel Cualladó y Ángeles Marco son los protagonistas de las cuatro imágenes que pasarán a formar parte de los fondos del centros, cuatro retratos en blanco y negro realizados entre 1988 y 1993 y valorados en 24.000 euros que capturan la esencia de parte de la historia reciente del arte valenciano. 

Desde el museo describen la trayectoria del fotógrafo como la de un recorrido heterogéneo, “aparentemente disparatado y contradictorio”, que en el fondo ensambla “orden y coherencia”. Esta definición no es baladí, pues es precisamente esta aparente contradicción algo que se puede observar en las propias imágenes. Y es que, si bien algunas de ellas pueden parecer especialmente meditadas, lo cierto es que Poveda destaca en conversación con Culturplaza la relativa rapidez con la que se realizaron. Un “aquí te pillo, aquí te mato”, explica. No se trataba pues de un retrato de estudio, sino de una captura al ‘vuelo’ que en muchas ocasiones tenía que ver con la propia convivencia del autor con los retratados. “Valdés era mi vecino, de hecho, él tenia su estudio en la calle Turia. Nos encontrábamos todos los días, siempre acabábamos charlando. Me ha invitado a ir a Nueva York, pero todavía no he ido [ríe]”. Esa convivencia con unos y otros, algunos incluso amigos, es una de las claves para comprender lo que hay tras la obra de El Flaco. 

En este sentido, desde el museo subrayan la labor de “narrador y guardián” de los relatos de la ciudad que crea el fotógrafo, una labor que lo conecta con firmas como Walker Evans, Joan Colom o Francisco Moltó. “De esa huella, donde la mirada capta el retrato humano, podemos afirmar que surgiría el germen de las fotografías de José Poveda 'El Flaco', como un paseante de la ciudad en la que se entremezcla el destino de muchos”, explican desde el IVAM. “El objetivo de su cámara consigue sumergirnos en la crónica social de un período que se revitaliza en cada instantánea, a pesar de su pertenencia a capítulos pasados. La conjugación de la ciudad, el acontecimiento y la psique, nos brinda la oportunidad de contemplar una Valencia con su luz y sus sombras, desde la vibración de los que latieron en ella”.