Los secretos del Centenar de la Ploma, al descubierto

VALÈNCIA (EP). Los valencianos podrán ver en vivo y en 3D la última fase de la restauración de la predela -franja inferior- del retablo de San Jorge del Centenar de la Ploma que se llevará a cabo en el Museo de Bellas Artes de València. Con su luz natural, en realidad aumentada e infrarrojos, los ciudadanos podrán adentrarse en los detalles de esta obra maestra del arte gótico valenciano, que llegó el pasado 25 de abril, por transporte terrestre, procedente del Victora And Albert Museum de Londres.

A partir del próximo lunes, el IVCR+i iniciará los trabajos de análisis previo y posterior restauración de esta pieza del retablo, que retorna a tierras valencianas temporalmente, hasta octubre de 2020, y que será expuesta junto a un dispositivo 3D que permitirá al público conocer la Valencia del siglo XV, el taller donde se creó el retablo y disfrutar de la "experiencia de entrar dentro del retablo".

Así lo han avanzado la directora de Patrimonio, Carmen Amoraga, y la subdirectora del IVCR+i, Gemma Contreras, durante la presentación del proceso de restauración que se va acometer en la obra y que pasa por eliminar la suciedad y cera acumuladas durante siglos, consolidar la pintura y reintegrar lagunas. No sin antes hacer un análisis previo con infrarrojos, ultravioleta, fluorescencia, radiografías, tomar muestras y hasta llevar la predela al Hospital Clínico de València para hacerte un TAC. Es la primera vez que el museo londinense permite hacer una restauración fuera de sus instalaciones y la primera vez también que esta pieza sale del Victoria and Albert Museum desde fuera adquirida por el príncipe Alberto en el siglo XIX.

La historia del retablo de San Jorge se remonta a principios del siglo XV, cuando el Centenar de la Ploma, custodios de La Senyera, se lo encargaron a algunos de los mejores pintores de la época. La obra se exponía en la Capilla de San Jorge -que se ubicaba en la plaza Rodrigo Botet, donde ahora está el Hotel Astoria- hasta que, posiblemente fruto de la desamortización, el retablo salió de la iglesia, alguien lo vendió y un anticuario francés lo compró y se lo llevó a París.

Varios museos estuvieron pujando para comprarlo, ha explicado Contreras. Al final, el príncipe Alberto pagó 800 libras, -que en aquel momento era mucho dinero- y se quedó con el retablo y desde entonces está en el Victora and Albert de Londres. "Lo compraron lícitamente", ha subrayado. La subdirectora del IVCR+i ha apuntado que "se piensa que en el retablo pueden haber trabajado Andrés Marzal de Sax, Miquel Alcanyís, y otros pintores por determinar todavía" y ahora, también paralelo, se llevará a cabo un proyecto de investigación para dilucidar autoría del retablo, ha adelantado.

La llegada de esta pieza histórica se produce después de que la Generalitat Valenciana suscribiera el pasado mes de diciembre con el museo londinense un memorándum que abría la puerta al préstamos temporal de la predela en el marco de la colaboración, más amplia, entre ambas instituciones para estudiar la obra en profundidad.

"Ha sido un proceso largo", ha admitido Amoraga, quien ha explicado que aunque otros gobiernos los han intentado antes, lo que ha marcado la diferencia ha sido "la calidad" del IVCR+i. "Hasta ahora se negociaba con dinero y en este caso hemos negociado con el talento valenciano", ha subrayado. En todo caso, ha dejado claro que se trata una cesión temporal. Eso sí, no cierra la puerta a la posibilidad de que en un futuro pueda exponerse también, durante un tiempo, el resto del retablo.

La predela del retablo se encuentra dividida en dos paneles de 191 x 56 x 193 x 56 cm que representan diez escenas de la Pasión de Cristo. Falta la parte central, dado que los paneles están seccionados en el extremo y no se sabe que había en medio de ellos. Hay numerosas manchas de cera, de las velas que se encendían en la iglesia de San Jorge.

Como curiosidad, las caras de "los malos" de cada escena, como por ejemplo Judas, están tachadas. Según ha explicado la experta en restauración, la gente se enfadaba con quienes maltrataban a Cristo y rayaban en su cara. No obstante, se ha acordado con el Victora and Albert que estos tachones se mantendrán como "parte de la historia" del retablo.

Posibilidades de futuro

En cuanto al resto del retablo, Gemma Contreras ha apuntado que está montado con las escenas desordenadas, fruto de algún desmontaje y montaje a lo largo de su historia. Además, en años 70 se acometió una restauración, en la que se eliminaron las apas que había tenía por detrás -un elementos característico de los retablos medievales valenciano para estabilizar las tablas frente a los cambios de humedad-. Para protegerlo y hacer la restauración, tal y como era la moda en esos años, "quitaron las aspas y llenaron todo de cera y resina, de modo que solaparon unas tablas con otras", ha lamentado.

La predela fue la única pieza del retablo que no se restauró en los 70 aunque sí se le quitaron las aspas para desmontarla. Según Contreras, en el museo londinense son "conscientes de que esa restauración no era la ideal y creo en un futuro, pensamos, les gustaría revertir esa restauración".

En este sentido, Contreras cree que podría abrirse una posibilidad de que fuera el IVCR+i el que acometiera esa restauración como "especialistas en arte gótico internacional valenciano sobre tablas". En todo caso, la restauración de la predela, que es la parte del retablo más fácil de desmontar es "el primer paso" y eso sería ya una "segunda parte, si quieren revertir restauración, que nos pidieran ayuda y, si se desmonta, sería el momento" para acoger la exposición temporal de la obra al completo. Y es que uno de los obstáculos por ahora, es "cómo desmontarlo".