Los teatros públicos y privados anuncian de manera conjunta que mantendrán su actividad, incluso si se adelanta el toque de queda, mientras en municipios como Paterna o Torrent se cierran auditorios
VALÈNCIA. Aunque las nuevas medidas para frenar el avance de la covid-19, que han marcado el cierre de la hostelería desde este jueves, han dejado a los espacios culturales sin cambios, lo cierto es que el panorama cambiante obliga a muchos a plantearse qué hacer a medio plazo, teniendo en cuenta más de un escenario posible. Y es que, si bien ahora se mantiene igual que hace unas semanas, con reducción de aforo y limitado por un toque de queda marcado a las 22 horas, la sombra de nuevas medidas que afecten a las industrias culturales planea constantemente sobre sus trabajadores, especialmente tras el cierre de los espacios escénicos públicos marcado en algunos municipios de la Comunitat. Es por esto que las salas de València han decidido cerrar filas y, de manera excepcional, marcar una postura conjunta: no cerrarán.
Así lo han expresado a través de un comunicado Avetid (Associació d'Empreses d'Arts Escèniques del País Valencià), una decisión que se enmarca en una reunión de urgencia celebrada tras conocerse las nuevas medidas fijadas por la Generalitat Valenciana, un encuentro en el que participaron, además del colectivo de teatros privados; los responsables de las salas municipales, el Teatre el Musical (TEM) y La Mutant, con la concejala de Acción Cultural, Maite Ibáñez a la cabeza. “Este encuentro supone un hito y un camino a seguir en la colaboración público – privada y en el entendimiento con sectores económicos a la hora de generar un consenso para la toma de medidas y acciones que afectan no sólo a la ciudadanía, también a la masa de trabajadores de distintos ámbitos, directa e indirectamente relacionados con la escena valenciana”, expresan desde Avetid.
Desde la asociación se reivindica un mensaje que les ha acompañado durante este largo año: la cultura es segura, son espacios en los que se cumplen todas las medidas de seguridad y en los que no se han detectado contagios. “Según datos oficiales, no se han manifestado brotes en teatros dada la especificidad de su actividad. Contribuyen a este hecho la imposición del uso de mascarilla en todo momento, que no se favorece la interacción entre los asistentes y se higieniza de manera constante tanto del patio de butacas como de las zonas comunes, antes y después de cada uso”, recalcan.
También está en la mente de los profesionales el hecho de que, aunque el toque de queda todavía se mantiene en las 22 horas, no son pocas las comunidades autónomas que han exigido al gobierno central una mayor flexibilidad para adelantarlo. En el caso de que la restricción de movilidad nocturna se endurezca, las salas anuncian en conjunto que se ajustarán nuevos horarios para las representaciones vespertinas, dejando el cierre total en manos de la Generalitat, en caso de que lo contemple en una futura revisión de las normas. “El propósito firme y conjunto es, mientras no se contradiga ninguna norma ni recomendación de las instituciones sanitarias responsables, mantener la vida en los teatros como muestra de compromiso social y económico con el público y la escena valenciana”.
De esta forma, los teatros privados reivindican su papel como generadores de “evasión, ilusión y emoción” en un momento complicado para los ciudadanos. Esta decisión, que suma las salas gestionadas por el Ayuntamiento de València o de la Generalitat, así como la red de espacios privados, es especialmente relevante teniendo en cuenta que no son pocos los municipios de la Comunitat que han decretado el cierre de sus espacios escénicos como medida para frenar la pandemia, un cierre generalizado de espacios municipales que en la ciudad de València no se ha dado. Así, por ejemplo, en Paterna se ha decretado el cierre de bibliotecas y museos así como la cancelación de toda actividad y programación sociocultural de la ciudad, tanto del Gran Teatro como de todos los locales municipales. También en Torrent han suspendido la actividad del Auditori hasta el 31 de enero. Sus vecinos, pues, tienen cada vez más difícil ver teatro, pues la limitación horaria también imposibilita la visita de aquellos espectadores más alejados de los teatros de la ciudad.
Estos son tan solo dos ejemplos de un cierre que poco a poco va salpicando a la cultura valenciana y que desde la asociación de salas de teatro quieren frenar. Además, ese compromiso con mantener la actividad escénica -mientras no se dicte lo contrario en las normativas locales, autonómicas o estatales- es también "una apuesta por los profesionales de un sector gravemente afectado por las consecuencias de la crisis sanitaria".