VALÈNCIA. El Ministerio de Ciencia e Innovación ha concedido este viernes los Premios Nacionales de Investigación 2020 a los valencianos José Capmany y Xavier Terol y a Francisco Sánchez Madrid, Susana Narotzky, Elías Campo, Nazario Martín, Carme Torras, Laura Lechuga, Luis Ibáñez y Xavier Vives. El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha comunicado a los premiados el fallo del jurado y les ha felicitado en nombre del Gobierno, según ha informado el ministerio en un comunicado.
Los Premios Nacionales de Investigación, creados en 1982, suponen el reconocimiento más importante de España en el ámbito de la investigación científica. Tienen como objetivo distinguir el mérito de aquellos investigadores e investigadoras de nacionalidad española que estén realizando una labor destacada en campos científicos de relevancia internacional y que contribuyan excepcionalmente al avance de la ciencia, a la transferencia de tecnología y al progreso de la humanidad. Estos galardones cuentan con una cuantía total de 300.000 euros, (30.000 euros cada premio).
En la presente edición se han recibido un total de 100 candidaturas, de las cuales 22 eran mujeres y 78 hombres. Los distintos jurados, formados por relevantes personalidades de la ciencia en las distintas áreas del conocimiento y de composición equilibrada (50% mujeres y 50% hombres), han fallado los Premios Nacionales de Investigación en sus diez modalidades. Esta es la primera edición en la que se incorporan las diez modalidades de los premios en una misma convocatoria, como muestra del compromiso del Gobierno con la investigación científica de excelencia. Hasta ahora, se convocaban cinco modalidades cada año.
Los jurados han llamado la atención sobre la extraordinaria calidad de todas las candidaturas. Para el fallo, han valorado los méritos de cada candidatura en régimen de concurrencia competitiva y aplicado los principios de publicidad, transparencia, igualdad y no discriminación, emitiendo los siguientes fallos por unanimidad:
José Capmany, catedrático de Sistemas y Redes de Comunicaciones Ópticas en la Universidad Politécnica de Valencia. Por su contribución pionera al campo de la Ingeniería Fotónica y las Telecomunicaciones Ópticas, a través de una actividad científica de vanguardia con una importante repercusión internacional. El jurado ha subrayado la ejemplaridad de la trayectoria profesional del candidato, su capacidad de liderazgo y la perseverancia en el desarrollo de la aplicación práctica de sus investigaciones.
Xavier Querol, profesor de Investigación del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC. Por su liderazgo en el desarrollo de tecnologías, metodologías, modelos y aportaciones científicas para comprender la importancia de los aerosoles y su interacción con los contaminantes y la salud humana, traduciendo el conocimiento científico que ha desarrollado en políticas que velan por la salud pública y la salud de los ecosistemas. Junto con dichos méritos, el jurado ha destacado su significativa capacidad de colaboración en equipos multidisciplinares y la notable aplicación que su producción científica ha tenido a nivel internacional.
Francisco Sánchez Madrid, catedrático de Inmunología en la Universidad Autónoma de Madrid. Por su contribución a la investigación biomédica en el ámbito de los procesos de comunicación intercelular, adhesión, migración y activación de los leucocitos y por el impacto que ésta ha tenido en el estudio de las enfermedades inflamatorias crónicas. Dichos méritos, junto con la repercusión internacional de su trayectoria científica, la relevancia de su labor de formación y tutela a jóvenes científicos españoles y las aplicaciones biotecnológicas de sus descubrimientos, le hacen merecedor de esta distinción.
Susana E. Narotzky, catedrática de Antropología Social en la Universidad de Barcelona. Por el carácter innovador de su actividad investigadora que, desde una perspectiva pluridisciplinar que integra de manera novedosa variables históricas, antropológicas y económicas, ha contribuido a la comprensión de fenómenos actuales de gran envergadura. Todo ello, junto con el impacto internacional de su trayectoria y el significado social de su producción científica, le hacen merecedora de esta distinción.
Elías Campo, catedrático de Patología en la Universidad de Barcelona. Por sus contribuciones pioneras al estudio de las neoplasias linfoides, y por la repercusión que estas investigaciones han tenido tanto en la caracterización clínica como en la definición de diagnósticos y nuevas terapias de dichas enfermedades.
Nazario Martín, catedrático de Química Orgánica en la Universidad Complutense de Madrid y vicedirector del Instituto IMDEA-Nanociencia de la Comunidad de Madrid. Por su contribución científica en el área de los materiales moleculares y de nanoformas de carbono, y por las aplicaciones de estas investigaciones en el campo de la electrónica molecular. El jurado ha resaltado la relevancia internacional del trabajo científico del candidato, su labor de mentor y de impulsor de nuevas generaciones de investigadores, su implicación en puestos de responsabilidad científica y de gestión de la investigación y, en definitiva, la aportación que toda esta actividad ha supuesto para el progreso de la Química en España.
Carme Torras, profesora de Investigación del CSIC en el Instituto de Robótica e Informática Industrial, centro mixto del CSIC y la UPC. Por sus aportaciones pioneras en el área de la robótica inteligente, a nivel nacional e internacional y, en especial, en el campo de la robótica social. Además, el jurado ha destacado su trayectoria de investigación y la contribución que su actividad científica ha supuesto para el progreso de la tecnología y la sociedad.
Laura M. Lechuga Gómez, profesora de Investigación del CSIC en el Instituto Catalán de Nanociencia y Nanotecnología, centro mixto GENCAT-CSIC-UAB. Por su contribución innovadora a los métodos de diagnóstico a través de proyectos pioneros como el desarrollo de las plataformas tipo “lab-on-a-chip”. El jurado ha resaltado el carácter completo de su trayectoria, que combina actividad científica de gran calidad con transferencia de tecnología, no sólo en el desarrollo de patentes sino también en cuanto al impulso de la creación de empresas spin-off. Todo ello, junto con el liderazgo y coordinación de importantes proyectos a nivel internacional, y el impacto de su trabajo en el diagnóstico precoz de enfermedades, le hace merecedora de esta distinción.
Luis Ibáñez, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y director del Instituto de Física Teórica, centro mixto UAM-CSIC. Por su labor investigadora en el ámbito de las teorías de la supersimetría, teoría de las cuerdas y de la supergravedad, campos a los que ha contribuido a través de investigaciones pioneras en trabajos de referencia para la concepción actual de la Física de Partículas. Dicha trayectoria científica ha supuesto, a su vez, una relevante aportación al posicionamiento de la Física española a nivel internacional.
Xavier Vives Torrens, profesor de Economía y Finanzas de IESE Business School. Por su contribución a la renovación de las disciplinas de economía industrial, teoría de juegos y de finanzas, entre otras. Dicha trayectoria científica le ha consolidado como un referente de enorme transcendencia en el área de Ciencias Económicas y, en concreto, en el estudio de la competencia y regulación de los mercados imperfectos, actividad que ha otorgado, a su vez, importante visibilidad internacional a la investigación española.