VALENCIA. Se producen una media de 17 errores al día por cada 100 pacientes en actividades relacionadas con la prescripción, validación, dispensación y administración de medicamentos. Las tasas de error en la administración y preparación de medicamentos oscilan, según un estudio, entre el 18,2% y el 33,4%, excluyendo los errores por retraso en la administración.
Entre el 1,4 y el 5,3% de los pacientes hospitalizados sufrieron efectos adversos debidos a errores de medicación. Dichos errores motivaron entre un 4,7% y un 5% de los ingresos hospitalarios en unidades médicas. Más del 50% de los pacientes ancianos polimedicados puede sufrir errores de medicación debido a los cambios derivados en las pautas con motivo de ingresos o altas hospitalarias.
Con todo esto el coste derivado de los errores en la administración y preparación de medicamentos en el Sistema Nacional de Salud alcanza los 1.700 millones de euros al año, casi un 3% del gasto sanitario en España, según los últimos datos disponibles de 2011. Esto es lo que intenta solucionar Lug Healthcare Technology, una startup impulsado por José Maria Arguello que empezó a tomar formar en 2006.
Arguello tuvo un cáncer y en el proceso de tratamiento detectó que se iban a equivocar al darle la medicación, lo que se hizo replantarse algunas cuestiones. Él fue director de sistemas de una multinacional alimentaria, se había ido hacía unos años y había montado una empresas de trazabilidad, relacionada con la parte más operativa pero relacionada con el agroalimentario y áreas de consumo. Pero cuando vieron que alguien había cometido un error en su tratamiento, empezó a preguntar, y observó que en los hospitales los controles eran muy rudimentarios, todo controles manuales.
"Tiene más control un yogur que un tratamiento de quimioterapia", apunta su consejero delegado José Manuel Álvarez. Lug nace en el año 2006, bajo el nombre de SIG, con el objetivo de aportar al sector sanitario herramientas tecnológicas de control y mejora de la eficiencia de la farmacia hospitalaria, y dirigidas a erradicar cualquier posibilidad de errores de medicación y manipulación.
Entre 2006 y 2008 Lug Healthcare Technology desarrolla e implanta el primer módulo de software en el Hospital Vall d ́Hebron de Barcelona. A partir de ese año y hasta 2012, se desarrollan nuevos módulos del sistema hasta cubrir todos los procesos críticos del entorno de la farmacia hospitalaria.
También en 2012 Lug se instala en el hospital universitario Corporació Parc Taulí de Sabadell e inicia su desembarco a nivel internacional, en el Hospital Español de México D.F. Tanto en éstos como en el resto de organizaciones en los que la solución de Lug está instalada, los errores humanos en la dispensación de medicamentos ya no existen y sus farmacéuticos valoran muy positivamente la nueva solución.
"La herramienta te da la trazabilidad completa desde la prescripción que hace el médico hasta la administración en el box", asegura José Manuel. "Se saben personas, máquinas, personas, días y cada paso de todo de proceso". Con 66 años, Arguello ha volcado la experiencia de toda su vida en este programa. En 2014 entró un fondo de inversión, se creo una compañía nueva y ahora no solo están protegiendo el software sino patentar otras cosas, además de iniciar una expansión comercial.
"La base de nuestros cobros es el ahorro que generamos en estos hospitales", asegura su consejero delegado. "A raíz de la implantación fueron viendo que tenían ahorros muy sensibles". Como hay poca capacidad de inversión en la sanidad española les pidieron ir cobrando de lo que fueran ahorrando. ¿Cómo llegan los ahorros? El software no trabaja en función del medicamento sino de la molécula del principio activo. Si el farmacéitico tiene varias opciones válidas escoge la más económica y puede aprovechar mejor las oportunidades que le de el laboratorio ya que médico suele recetar una marca concreta.
También llevan un control en tiempo real de los inventarios, tanto de unidades como de su caducidad. Si se pierden cosas se detectan y priorizan el uso de lo que está más próximo de caducar para que no se caduquen cosas o lo mínimo posible. "Al no usarse nada caducado, no hay nada inocuo". También es importante la gestión de los restos.
"Cuando hay una producción de quimioterapia, es necesario acordarse de memoria si sobra un resto, pero la máquina te tiene esto controlado y te dice qué bote tienes que coger con qué identificación. Si no haces los procedimientos, la máquina te impide seguir", asegura José Manuel. Aunque ahora se dedican sobre todo a la parte más relacionada con la oncología, están desarrollando nuevos procesos para la dispensación de fármacos en habitaciones aunque su intención es acometer un proceso de expansión que copará los hospitales catalanes.