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Makalú Kombucha Artesanal ofrece dos sabores diferentes 

Makalú pone en marcha el primer obrador de Kombucha en València

18/05/2022 - 

VALÈNCIA. No hay que viajar muy lejos para degustar una Kombucha, la bebida del momento que triunfa en otros países y que poco a poco se está haciendo un hueco en España. Tan solo hay que acudir al número 36 de la calle del Bany, en el centro de València, para descubrir Makalú Kombucha Artesanal, el obrador en el que tres jóvenes realizan su Kombucha de manera artesanal y ecológica. Y sí, valenciana. Un local repleto de botes y recipientes que encierran el sueño compartido por traer a València una alternativa saludable a los refrescos azucarados y al alcohol, pero también construir un mundo más sostenible y consciente. 

Ese sueño se materializa en Makalú Kombucha Artesanal y los jóvenes que lo hacen posible son Daniel Andagu, Marta Jiménez y Alejandro Medina, cuyas vidas se cruzaron para “generar un impacto positivo y de cambio en nuestro entorno, en nuestra comunidad”. Vidas que hoy están metidas en este obrador, donde realizan sus dos variedades de Kambucha: Makalencha y Makalito. “Probamos hasta cien variedades de té y diferentes azúcares hasta que dimos con las dos recetas que nos gustaron, una con hierbabuena (Makalito) y otra con té Sencha (Makalencha)”. Y lo hacen entorno a esta bebida que Daniel Andagu aprendió en Australia mucho antes de que estos tres jóvenes emprendieran juntos. De hecho, él fue quién trajo la idea de hacer Kambucha, aunque Alejandro y Marta ya estaban dando vueltas a su nuevo proyecto juntos —antes emprendieron con el co-living Vivarium—. Y de esa idea y ese sueño compartido nació en febrero de 2021 Makalú Kombucha Artesanal.

Una bebida, la Kombucha, que hoy se está popularizando pero cuyos orígenes datan del año 220 antes de Cristo en la región china de Manchuria. De hecho, su nombre es gracias al médico coreano Kombu, quien la introdujo en Japón como un medicamento para el emperador ­Inkyo. A Europa se cree que llegó a inicios del siglo XX. Pero realmente el gran secreto es cómo se elabora. Marta Jiménez es quien lo explica: “la kombucha se obtiene a partir de la doble fermentación natural del té —generalmente verde o negro— y azúcar. A ella se añade el Scoby (symbiotic culture of bacteria and yeast), que es extremadamente delicado”. 

Marta enseña a este “ser vivo” extremando las precauciones. Se arremanga la camisa, se desinfecta bien el brazo y la mano, se pone un guante y abre el bote para sacar el Scoby, una sustancia viscosa que parece una medusa. “Durante el proceso natural, que dura unos diez días, el Scoby se come el azúcar y va creciendo”, comenta recalcando la importancia de mantener la temperatura idónea para que no muera. Marta no le canta pero Dani entabla una relación más especial con ellos al hablarles, leerles, cantarles y pasar tiempo junto a ellos. Alejandro explica que la peculiaridad de la Kombucha que ellos elaboran radica en los ingredientes pues emplean azúcar moreno ecológico, hierbabuena y té Sacha. “De momento vamos a seguir con estas dos variedades, luego ya veremos”, detalla. 

Según relatan, la prueba de fuego fue en mayo de 2021, cuando ofrecieron en algunos establecimientos de València su Makalito a modo de test. “La verdad es que la repercusión fue muy buena y nos quedamos sin existencias enseguida, algo que nos esperábamos en cierta manera porque no hay mucha oferta de esta bebida en València y cada vez hay más demanda”, comenta. Lo hace recordando que dieron con ese sabor a hierbabuena por esa asociación de ideas de verano, Mediterráneo y chiringuito. 

Un triunfo también por ser una alternativa saludable al resto de bebidas. “El proyecto también nace para dar respuesta a esa dificultad de encontrar bebidas saludables, sin azuzar y sin alcohol, en los restaurantes y bares”, comenta Marta recordando los beneficios de la bebida: es probiótica, regula el apetito, mejora la flora intestinal,… De ahí que Makalú Kombucha Artesanal “sea una alternativa real y saludable”. 

Han pasado pocos meses desde su puesta de largo pero ya miran un horizonte repleto de objetivos, como llegar a las diez mil botellas mensuales a final de año. Un reto para el cual ya están aumentando la producción y haciendo contactos para mejorar y aumentar su logística, e incluso ya han entablado conversaciones con algunos restaurantes y tiendas. Asimismo, también esperan ampliar su pequeño obrador pues “ya nos están pidiendo la Kombucha algunas tiendas y restaurantes, incluso antes de elaborar la Kombucha ya la hemos apalabrado”. 

Una proyección que también coincide con su vinculación a Lanzadera, la aceleradora de empresas. “Estamos muy contentos de formar parte de este ecosistema porque aprendes mucho y además conoces a gente muy interesante con la que también trabajar y hacer cosas conjuntas”, comentan. Asimismo, destacan que recientemente han hecho una ampliación de capital conocida como las tres 'F' (Family, Friends & Fools), que han contribuido a impulsar el negocio. 

Una filosofía detrás de la marca

El nombre de Makulú no es arbitrario, hace referencia a Makalu, por ser uno de los catorce ochomiles que hay en el mundo. Alejandro cuenta que “nos gusta mucho el surf pero uno de nuestros sueños es subir el Makalu, de ahí que decidiéramos optar por este nombre”. En cuanto al logo, el joven explica que hace referencia al leopardo de las nieves, que habita esa zona y está en peligro de extinción. Una idea que encierra su compromiso con la sostenibilidad pues “con Makalú también queremos aporta nuestro granito de arena para el cambio y ayudar a la comunidad”. 

De hecho, entre un 10% y un 20% de los beneficios que tengan a partir de 2024 irán destinados a proyectos que generen un impacto social a la comunidad. “Esos proyectos se van a decidir de manera descentralizada y participativa a través de la comunidad virtual Makalú Social Club a través de NFT que se crearon el día de la inauguración (11 de mayo)”, especifican. Esas personas son las que, en 2024, elegirán el tipo de proyecto con el que quieren colaborar. No solo eso, Makalú Kombucha Artesanal colaborará con aquellos proyectos que también generen un impacto positivo en la comunidad, como encuentros de bienestar, charlas… 

Asimismo, también tienen en mente abrir las puertas de su pequeño obrador para acercar el proceso de elaboración a las personas. “Con la Kombucha estamos casi evangelizando porque estamos posicionando Makalú como marca pero, además, posicionado esta bebida al explicar sus beneficios, cómo se elabora…”, comenta Marta. Y tanto que lo hacen porque han puesto en marcha el primer obrador de Kombucha en València y ya se puede disfrutar de su Kombucha en algunos bares y restaurantes de la ciudad, así como comprar sus dos variedades en algunas tiendas de la ciudad. 

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