VALÈNCIA. Con el verano, el mar y los ríos de la Comunitat Valenciana son el lugar perfecto para refrescarse del calor. No es para menos pues las largas playas de arena fina
y las aguas cristalinas que bañan la costa son parte de la esencia de nuestra comunidad.
Son el recuerdo del verano, de los atardeceres, de los paseos por la orilla y de las veladas en los chiringuitos. Más de quinientos kilómetros de costa donde la Bandera Azul ondea en 132 playas, este 2018. Y en el interior, cerca de los pueblos, también hay increíbles paisajes que dejan piscinas naturales y riachuelos para refrescarse en un enclave natural único.
Pero el verano es también el recuerdo de las fiestas de los pueblos, donde el fuego, la pólvora y la música son los protagonistas en más del millar de fiestas que se celebran en la Comunitat Valenciana.
Unos festejos que son organizadas en la calle, lo que propicia la participación en los actos festivos de todo aquel que se acerque sino que también invita a contagiarte de la alegría de un pueblo que vive con pasión sus fiestas y tradiciones. De hecho, no faltan excusas para acercarse hasta la localidad: haber nacido allí, ser el pueblo de nuestros padres, abuelos, amigos, acompañar a algún conocido…
Cada una de las festividades tiene una programación pensada para que grandes y pequeños disfruten de ella. Así, no suelen faltar las verbenas, las actuaciones en directo, las atracciones de feria o los hinchables. Tampoco faltan los concursos de paellas o las cenas de bocadillos en medio de la plaza o en las calles del pueblo. Una mesa gigante en la que todos se juntan para cenar a la fresca y charlar.
Pero no es solo jolgorio; las fiestas también son cultura y tradición pues no hay que olvidar el componente religioso de las celebraciones patronales. Todas ellas amparadas por la virgen o el patrón de cada pueblo, no faltando, por lo tanto, procesiones recorriendo las calles o una eucaristía. Además, muchas poblaciones de la Comunitat Valenciana realizan durante estos meses sus fiestas de Moros y Cristianos, como Villajoyosa (del 24 al 31 de julio) y Ontinyent (del 17 de agosto al 7 de septiembre).
Historia, leyenda y espectáculo se fusionan para recordar cómo cristianos y musulmanes lucharon por el dominio de España. Eso sí, cada población ha moldeado la fiesta en función de sus tradiciones locales, confiriéndole su propia personalidad. Asimismo, en estos días se celebran fiestas que por su singularidad, tradición y repercusión han sido declaradas de Interés Turístico Nacional (las fiestas patronales en honor de la Virgen de Ermitana de Peñíscola o el Sexenni de Morella) o Internacional (El Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía de Torrevieja).
Una excusa más para seguir recorriendo la Comunitat y descubrir sus celebraciones. Se puede vivir en un lugar diferente, pero cuando alguien menciona el nombre de tu pueblo o de alguno cercano, sientes que a pesar de la distancia, jamás olvidarás tus orígenes.