VALÈNCIA.- Ha vivido de primera mano el crecimiento de una compañía, Actiu, que es hoy referencia internacional en mobiliario. Fundador de Alegre Design, apostó en su día por una expansión internacional que se ha saldado con una colaboración estrecha y de éxito con firmas japonesas de diversos sectores.
— Desde hace años mantiene una relación estrecha con Actiu. Desde esta posición, ¿cuál es su opinión sobre el desarrollo de la compañía?
— Un desarrollo muy importante que he vivido muy de cerca, después de quince años de colaboración en primera línea. Actiu ha basado su crecimiento en el desarrollo de producto, lo que les ha hecho muy fuertes en competitividad. La creatividad y el diseño se han transmitido a las decisiones empresariales y esa es una de las claves: la anticipación.
— ¿Esta colaboración ha cambiado el proceso de diseño en Alegre Design?
— El primer cambio fue del 2D al 3D, lo que implicaba mayor complejidad. En Actiu lo asumieron y fuimos adelante, por lo que cambiamos nuestro propio proceso de diseño. Cuando trabajas con compañías de este volumen te das cuenta de que tienen sus propios códigos empresariales, a los cuales te has de adaptar y mejorar para darles respuesta.
— ¿Sostener en el tiempo esta relación aumenta la exigencia en el estudio?
— Es una mejora continua que nos permite evolucionar y crecer como estudio. Si hubiéramos sido más conformistas nos habríamos quedado en un mercado más local, europeo. En estos momentos la facturación de nuestro estudio está en un 51% en Japón. Tenemos un objetivo: trabajar para las mejores marcas. Eso no significa que sean las más famosas, son las que más invierten en su producto. Eso es lo que nos hace romper los límites.
*Lea el artículo completo en el número de julio de la revista Plaza