“El retorno de la guerra en Europa nos obliga a defender el orden y la seguridad europeos”. El Consejo de Exteriores y Defensa de la Unión acordaron la Strategic Compass en los albores de la primavera del Año II d.C. -después de la Covid-. “Las amenazas están aumentando y el coste de la inacción es claro. La Strategic Compass establece un camino ambicioso para nuestra política de seguridad y defensa para la próxima década. Si no es ahora, ¿cuándo?”, declaró el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell.
El Consejo aprobó un ambicioso plan de acción para reforzar la política de seguridad y defensa de la UE para 2030, “en un momento en que la guerra había regresado a Europa, tras la injustificada y no provocada agresión rusa contra Ucrania, así como de importantes cambios geopolíticos”. La conversación telefónica tres días antes entre los líderes del mundo, el presidente estadounidense Joe Biden y el presidente chino Xi Jinping, había quedado en tablas.
El presidente de China señaló a las dos partes en el conflicto. “Los Estados Unidos y la OTAN también deberían dialogar con Rusia para abordar el quid de la crisis de Ucrania y aliviar las preocupaciones de seguridad tanto de Rusia como de Ucrania”. Y amenazó la seguridad energética y alimentaria mundial dentro de su línea no beligerante, de seguir con las sanciones: “Si se intensifican aún más, podrían desencadenar graves crisis en la economía y el comercio mundiales, las finanzas, la energía, los alimentos y las cadenas industriales y de suministro, paralizando la ya languideciente economía mundial y causando pérdidas irrevocables”.
Por su parte, Biden fue más contundente en su amenaza y “describió las implicaciones y consecuencias, si China proporciona apoyo material a Rusia mientras lleva a cabo ataques brutales contra ciudades y civiles ucranianos”. El fantasma de la Covid-19, de origen chino, planeaba aún sobre el TerritorioEuropa, en plena recuperación económica y sanitaria tras una pandemia mundial. “No queremos crear un ejército europeo. Pero tenemos que trabajar juntos. Juntos somos igual que el ejército chino y cuatro veces el gasto del ejército ruso”, manifestó públicamente el Alto Representante. Las comparaciones son odiosas y más cuando se señala a dos grandes potencias como enemigas en medio de un conflicto bélico.
También… cuando se toma partido, como establecía la Strategic Compass. “La UE más fuerte y capaz en seguridad y defensa contribuirá positivamente a la seguridad global y transatlántica y es complementaria de la OTAN, que sigue siendo la base de la defensa colectiva de sus miembros. También intensificará el apoyo al orden mundial basado en normas, con las Naciones Unidas en su centro.
El documento DOC213/22 hacía propuestas concretas y viables, con un calendario de aplicación muy preciso. Para poder actuar de forma rápida y sólida, la Unión Europea (UE) estableció una fuerte capacidad de despliegue rápido de la UE de hasta 5.000 soldados para diferentes tipos de crisis; 200 expertos de misiones totalmente equipados en un plazo de 30 días; ejercicios regulares en directo en tierra y en el mar; mejorar la movilidad militar, y reforzar las misiones de Política Común de Defensa y Seguridad de la UE.
Una vez identificado el enemigo, había que aumentar sus capacidades de análisis de inteligencia desarrollar una caja de herramientas híbridas y equipos de respuesta que reúnan diferentes instrumentos para detectar y responder a una amplia gama de amenazas híbridas. Para ello, había que invertir. Los Estados se comprometieron a mejorar sus gastos de defensa para estar a la altura de “nuestra ambición colectiva” de reducir las brechas y fortalecer la Base Tecnológica e Industrial Europea de Defensa.
La UE señalaba de nuevo al enemigo, al señalar a sus socios estratégicos, incluidas la OSCE y la UA. También invitaba a firmar acuerdos internacionales con EE.UU., Canadá, Noruega, Reino Unido, Japón y otros. Y se volvía hacia Europa para desarrollar asociaciones a medida en los Balcanes Occidentales, África, Asia y América Latina, incluso mediante la mejora del diálogo y la cooperación.
-Todo comenzó con aquel pacto, David.
-Querrás decir que todo acabó Laura. Todo acabó cuando nos obligaron a marchar marcando el paso y sin brújula…