VALENCIA. Marcos Benavent, el exgerente de Imelsa y garganta profunda de la Operación Taula, tiene un nuevo frente judicial abierto. Al rosario de delitos por corrupción a los que se enfrenta en el juzgado de Instrucción número 18, ahora se une una nueva acusación en otro juzgado. En este nuevo caso, el autodenominado yonki del dinero está imputado como presunto autor de un delito de estafa tras ser presentarse una querella en 2015 por parte de la empresa de la que fue gerente, Imelsa.
Según ha podido saber Valencia Plaza de fuentes conocedoras de los hechos, Benavent acudió este miércoles al juzgado para explicar su presunta relación con el caso, pero se acogió a su derecho a no declarar, por lo que la declaración duró tan solo unos minutos.
La querella que ha terminado con Benavent imputado la presentó la empresa pública Imelsa en 2015. Según consta en ella, el exgerente habría dado el visto bueno a un contrato ‘a dedo’ a una empresa para que cambiara la iluminación de la localidad valenciana de Llutxent en 2012. Dicho contrato estaba valorado en 60.000 euros que le fueron abonados al empresario.
Sin embargo, dicho empresario nunca realizó la obra para la que fue contratado, es más, ni tan siquiera presentó un proyecto para la misma. Tras las quejas recibidas en Imelsa, la empresa decidió denunciar el caso en los tribunales. Marcos Benavent se encuentra como imputado porque según las normas de Imelsa, “él era el único, como gerente, que podía y debía controlar que existiera un proyecto y que se ejecutase la obra”, algo que nunca hizo.
Además de Benavent, este miércoles acudió a declarar el exdirector financiero de Imelsa, José Enrique Montblanc. Al contrario que Benavent, Montblanc estuvo declarando durante cerca de dos horas ante el magistrado instructor. El exdirector financiero aseveró que no sabía de qué le estaban hablando y que no era competente para controlar la obra.
Pero lo más llamativo de la declaración fue cuando le dijo al magistrado que: "Nadie controlaba los proyectos de Imelsa. Que nadie controlaba la ejecución de ninguna obra financiada con dinero de la diputación dentro de esa empresa pública".
Por su parte, el empresario investigado ha reconocido que se quedó el dinero y no ejecutó el contrato y ha comenzado a devolver el dinero público que recibió por cambiar la iluminación de Llutxent. Según ha podido saber este periódico, el acusado entrega una parte de la deuda cada mes desde que fue acusado de estafa junto a Marcos Benavent.
No es de parte del 'caso Imelsa'
La empresa adjudicataria se llevó el contrato sin presentar ningún proyecto ni pasar por la mesa de contratación. Este hecho hizo que, a principios de este año, hubiera un pequeño conflicto jurisdiccional entre juzgados. Se llegó a plantear que el Juzgado de Instrucción número 18 traspasara toda la causa al juzgado de su compañero.
Sin embargo, la Audiencia Provincial de Valencia resolvió que no era necesario porque un delito de estafa no guardaba conexión con los que el 18 estaba investigando.
