VALÈNCIA. El kaki Persimon es el gran producto de Carlet. Su alcaldesa, María Josep Ortega, afirma que "el 85 por ciento de la población vive directa o indirectamente" de esta fruta. Y es que la agricultura de la localidad, sector que ha tirado clásicamente de la economía local, ha sabido pivotar para sobrevivir a la caída de los cítricos. En la cara amarga de la balanza se sitúan las impredecibles inclemencias del tiempo. Las últimas lluvias torrenciales han afectado tanto a las cosechas, que el Ayuntamiento ha solicitado la declaración de zona catastrófica.
Carlet, con tres polígonos industriales, tiene también una importante presencia en el sector secundario. Sus más de 360 empresas gozan de instalaciones que, si bien necesitan mejoras, no han quedado obsoletas con el paso de los años.
La alcaldesa habla también en esta entrevista de las cuentas del Ayuntamiento, completamente saneado, al que, curiosamente, la Ley de Gasto no permite invertir en servicios para los ciudadanos su superávit.
El convenio pretende hacer el municipio atractivo para la instalación de empresas y posicionar a Llíria a nivel internacional y estatal para la captación de nuevas inversiones