Miembro del Grupo Parpalló, José Martínez Peris construyó la imagen de una Valencia moderna y europeísta a través de proyectos que han permanecido en el imaginario colectivo de la sociedad valenciana
VALÈNCIA.- «José Martínez Peris fue un visionario y un referente». De este modo tan sencillo y directo Carmen Alabau, doctora en Bellas Artes y directora académica de escuela Barreira, sintetiza la personalidad de Martínez Peris. Alabau es una de las grandes conocedoras de la trayectoria del diseñador nacido en València en 1925 y fallecido en 1989, gracias a una tesis dirigida por Manuel Lecuona, en la que Alabau analizaba y sistematizaba el corpus de proyectos desarrollados por él desde mediados de la década de los cincuenta.
Formado en Arquitectura Técnica en Madrid, José Martínez Peris comenzó su trayectoria profesional en València en 1956. De personalidad particularmente inquieta, el futuro diseñador se relaciona desde un primer momento con las vanguardias artísticas de la ciudad y especialmente con los componentes del Grupo Parpalló, que había iniciado su andadura durante 1956 en el entorno del Ateneo Mercantil. Debemos tener en cuenta que en aquellos tiempos Valencia no contaba con una asociación propia de «decoradores», en la que Martínez Peris pudiera insertarse y compartir inquietudes.
Los caminos de Martínez Peris y Parpalló parecían destinados a cruzarse, tal y como se adivina en una misiva publicada ese año en dos diarios regionales, desde la que se invitaba a arquitectos, diseñadores y «decoradores» a incorporarse al grupo; una llamada algo inaudita hasta el momento. Recogiendo el guante, un año más tarde, Martínez Peris y los arquitectos Roberto Soler y Juan José Estellés pasan a engrosar las filas de Parpalló. Según Pablo Ramírez, autor de El Grupo Parpalló, la construcción de una vanguardia (Alfons el Magnànim, 2000), fue el artista Manolo Gil quien cursó la invitación oficial. Ambos colaborarían posteriormente en proyectos como los murales de la cafetería del Ateneo o el interior de la tienda de electrodomésticos Almarche.
Ese mismo año, Martínez Peris expone fotografías de proyectos en la tercera muestra colectiva del grupo en la sede de la Diputación de Valencia. El diseñador participará posteriormente en otras muestras colectivas como las celebradas en Sala Gaspar (Barcelona, 1958), Club Urbis (Madrd, 1960) y la denominada Primera exposición conjunta de Arte Normativo español (Ateneo Mercantil de Valencia, 1960). Grupo Parpalló abrió esta última muestra a otros colectivos nacionales como Equipo 57 o Equipo Córdoba. Pronto se convertiría, tras Vicente Aguilera Cerni (ideólogo del grupo), en el miembro más duradero de Parpalló y colaboraría en el lanzamiento de Arte Vivo, medio público de expresión del colectivo.
La relación de Martínez Peris con el mundo del arte valenciano es transversal a todos sus proyectos, ya que siempre contó con la colaboración de distintos artistas a la hora de materializar sus interiores. Un ejemplo es el proyecto para Almacenes Cuadrado (1974), para el que Martínez Peris adquiere obras de Sempere, Equipo Realidad o Yturralde. Para restantes proyectos contará con obra de Anzo, Andreu Alfaro, Hernández Mompó, etc.
Martínez Peris traspasa ampliamente la frontera del ‘decorador’ al uso. Sus proyectos de interiorismo no se detienen en la mera distribución de espacios o elección de mobiliario. Martínez Peris amplía su radio de acción al diseño y fabricación de piezas o el diseño gráfico en forma de rótulos. De este modo, se convierte en un diseñador 360º, con proyectos globales.
En su tesis, Carmen Alabau recoge y clasifica en una extensa base de datos hasta 732 piezas diseñadas por Martínez Peris, quien empleaba con frecuencia la combinación de madera con cristal y acero. Para la investigadora es importante «tener en cuenta que el mobiliario que producían los fabricantes valencianos entre los años cincuenta y setenta —a excepción de casos como el de Martínez Medina— era totalmente clásico, por lo que a Martínez Peris no le quedó otra salida que diseñar en muchas ocasiones sus propias piezas par transmitir a través de ellas la impronta de modernidad deseada». Un ejemplo del detallismo de Martínez Peris es el mobiliario creado para la cafetería San Remo, proyecto para el que el diseñador llevó a cabo una exhaustiva investigación, realizando distintos bocetos y hasta más de diez variaciones para el mismo mueble.
La atención al detalle es una constante en todos sus proyectos. Carmen Alabau apunta especialmente hacia los proyectos de viviendas: «trabaja para distintos empresarios; Vilarrasa o Bellido le encargan sus viviendas o segundas residencias, en las que Martínez Peris realiza un análisis profundo del espacio. Todo está medido al milímetro: circulaciones, distribuciones… En sus trabajos hay un esmero extraordinario». En el interiorismo le llama la atención la belleza de los bocetos, dibujos y planos de Martínez Peris: «En aquellos años todo se hacía a mano, mediante estilógrafos, gracias a la formación artística que recibían delineantes y aparejadores. Por ello las perspectivas están muy bien ejecutadas».
La trayectoria de Martínez Peris se inscribe dentro de la tradición funcionalista. Entre las influencias más visibles destaca el diseño escandinavo y el italiano pero también nombres como el de Hugh Acton. Martínez Peris se mantiene constantemente informado de las novedades extranjeras e innovaciones en materiales gracias a publicaciones como Ottagono y Domus (Italia) o The Interior Design y The Japan Architect (Japón), a las que estaba suscrito. Martínez Peris revisaba y analizaba cuidadosamente estas revistas, realizando anotaciones a mano para futuros proyectos. El archivo bibliográfico del diseñador cuenta con 848 volúmenes —entre libros técnicos, catálogos o revistas— procedentes también de países como Holanda, Alemania, Dinamarca, Francia, Inglaterra y Estados Unidos. Para Carmen Alabau, «Martínez Peris está al tanto de todo lo que se movía en el extranjero. Esto le ayudó a cerciorarse de la brecha existente entre España y Europa».
Ante la ausencia de mueble extranjero, Martínez Peris decide abrir sus propias tiendas. El primer local, Marper (acrónimo de sus apellidos), se encontraba en la calle Sorní, y en él los clientes podían encontrar piezas contemporáneas de finales de los cincuenta procedentes de Alemania e Italia. Posteriormente abriría otros dos locales en la calle Colón —con la concesión de distribución exclusiva de firmas suecas— y en la plaza Alfonso el Magnánimo, este último dedicado a la línea MYC-Gavina.
El corpus de proyectos desarrollados por Martínez Peris es extraordinariamente amplio. Abarca viviendas, locales comerciales, sedes culturales, centros oficiales, entidades financieras y sedes de empresas e industrias. Martínez Peris fue uno de los diseñadores que contribuyó a crear la Valencia moderna. Entre sus trabajos más destacados y que permanecen en el imaginario colectivo están los hoteles Recatí, Excelsior, Astoria, Dimar y Bayrén, los Colegios Oficiales de Arquitectos, Ingenieros de Caminos y Abogados de Valencia, la cadena de tiendas de Julián López, Lladró o diferentes entidades financieras (Caja de Ahorros de Torrente y Valencia, Banco de la Exportación, Banco de Bilbao, Banco Hispanoamericano o Banco Español de Crédito).
Pese a que desarrolló también en Madrid distintos proyectos (Ministerio de Hacienda, cine Mónaco...), es en València donde su huella fue indeleble gracias, sobre todo, a las cafeterías Panvasa, Monterrey, Le Mans, Roma, San Remo o Barcas 7; proyectos que se caracterizaban por tres constantes: la economía, el orden y la eficacia.
La influencia de Martínez Peris se mantiene, y botón de muestra son las líneas que el diseñador Vicente Navarro dedicó a su colega tras el anuncio el pasado año del cierre de la mítica Barcas 7: «Se trata de una obra impecable, de exquisita precisión, ejecutada en un local de distribución compleja. Hace años que el local de la calle Barcas perdió su atractivo original pero por mi curiosidad profesional y admiración por el maestro, en más de una ocasión me he acercado a tomar un café con la única intención de revivir mentalmente su espléndido pasado».
Lamentablemente, en la actualidad se han perdido la práctica totalidad de los interiores diseñados por Martínez Peris, aunque su extraordinario archivo personal ha pasado a las instalaciones de l’Arxiu Valencià del Disseny. La desaparición de sus interiores ha supuesto en la práctica el olvido de una figura clave en la construcción de la Valencia contemporánea, tal y como señala Carmen Alabau: «Fuera del ámbito del diseño, nadie se acuerda de Martínez Peris y otros diseñadores coetáneos. Este olvido hace que sea muy difícil que los propios valencianos reconozcan su valía como creadores. Fue un referente a todos los niveles. En una época gris en materia cultural, insistió en la importancia de relacionar el diseño con el arte y luchó para conseguir que en Valencia pudiera contemplarse un diseño de vanguardia. Fue un visionario».
* Este artículo se publicó en el número 83 (septiembre 2021) de la revista Plaza