Marylène Albentosa, nueva coordinadora artística del Escalante

VALÈNCIA. El Escalante comienza a ver la luz. El teatro dependiente de la Diputación de València ya tiene quien lo dirija, tras haber concluido el proceso de selección puesto en marcha el pasado mes de agosto. Será la gestora cultural Marylène Albentosa (Montpellier, 1965) quien asuma el cargo a partir de la próxima semana, convirtiéndose en la nueva cara visible del proyecto escénico provincial y en la encargada de dar forma a la programación del curso 2021/2022. Albentosa, que ha sido seleccionada a través de un proceso dirigido únicamente a funcionarios, ocupará la plaza por un periodo de seis meses prorrogables a otros seis, con lo que, de estar un año al frente del teatro, le permitiría poner en marcha algo más que la próxima programación, de la que este año ha sido el encargado Gabi Ochoa.  

Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, Albentosa es actualmente gestora cultural del Ayuntamiento de Guardamar del Segura, municipio del que fue alcaldesa por el PSOE. Además, entre el 2000 y el 2003 fue gerente de la compañía Teatre Micalet, una experiencia en el ámbito de las artes escénicas que podrá ser clave a la hora de ponerse al frente del Escalante, y es miembro de la junta directiva del Circuit Cultural Valencià y de la junta directiva de l’Associació Valenciana de Professionals de la Cultura. La gestora no es una extraña para los circuitos culturales y, de hecho, recientemente participó como una de las potentes de la mesa de debate ‘Decisiones políticas e industria musical después de una pandemia’, en la Fira Valenciana de la Música Trovam. “Necesitamos que la administración autonómica tenga más cuerpo, una capacidad mayor de hacer y decidir […] Debemos colaborar más también con la actividad privada, es muy interesante lanzar proyectos [conjuntos]”, defendió durante su intervención, en la que apuntó a la necesidad de aprovechar el contexto para “diseñar un nuevo escenario” en el ámbito cultural. 

Con la selección de Marylène Albentosa la Diputación espera dotar de una mayor estabilidad al teatro tras un proceso que no ha sido sencillo. Y es que, parte del conflicto interno entre la diputada encargada del teatro, Glòria Tello, y la sección de Personal radicaba en la propia forma del concurso, que dejaba fuera a cualquier persona no funcionaria que quisiera presentarse al mismo. “Me resisto a la respuesta de Diputación. La Mutant y el TEM acaba de hacer un concurso no cerrado, ¿por qué la Diputación no puede?”, planteaba Tello durante una entrevista con este diario el pasado mes de marzo, en la que incidía: “no me hace mucha ilusión que me obliguen o me ciñan a que sea un funcionario. Puede que el mejor de España [para este puesto] no sea funcionario”. 

Finalmente, sin embargo, el proceso no solo quedaba limitado a personal funcionarial sino que, además, se plantea solo para seis meses, a los que se podrían sumar otros seis como máximo. Una vez finalice este periodo, la Diputación deberá iniciar un nuevo proceso de selección. Esto choca con otro tipo de procesos, como el del propio TEM o La Mutant, en el caso del Ayuntamiento de València, abiertos a profesionales de fuera de la administración pública y con contratos por un periodo de tres años. 

Con la llegada de Albentosa se da respuesta a la gran pregunta del teatro: quién será su coordinador artístico, plaza que quedó vacía hace meses con el vencimiento del contrato temporal de Gabi Ochoa, fichado mediante un contrato de servicios de asistencia técnica. Fue el dramaturgo el encargado de ‘salvar’ la temporada 2020/2021, ocupando un espacio intermedio entre este nuevo concurso, que se esperaba dotara de una mayor estabilidad al teatro, y el anterior director. Fue en junio de 2019 cuando Josep Policarpo se despidió del Escalante tras tres años en el puesto, una salida en la que aprovechó para demandar a la administración que pusiera fin al estado de “provisionalidad” en el que se mantenía el proyecto Escalante. No solo por lo que respecta a su dirección, sino también al problema sobrevenido de la falta de sede fija.