Acabamos de empezar el año y, como suele ser habitual, es momento de hacer balance y coger impulso para alcanzar nuestros objetivos de los próximos doce meses. Sin titubeos, afirmo que el balance de 2023 ha sido muy positivo para la provincia de Valencia. El 28 de mayo, cuando los valencianos pidieron un cambio en las urnas, dio comienzo un nuevo ciclo que vendrá acompañado de progreso y bienestar. De hecho, ya se perciben los avances económicos y sociales.
En la Diputación de Valencia, desde los primeros días de agosto, estamos trabajando para conseguir esa transformación. Han sido unos meses intensos; pero, sobre todo, muy satisfactorios. Tenemos claro qué queremos hacer y estamos esforzándonos por obtenerlo. Nada se logra de un día para otro. Ahora bien, hemos puesto las primeras piedras para construir el camino hacia la provincia que queremos.
Uno de los principales objetivos es la vertebración del territorio. Por supuesto, hay que hacerlo desde las premisas indiscutibles de la seguridad y el respeto al medio ambiente. Además, otra de nuestras prioridades es poner a las personas en el centro de los proyectos, hemos de lograr que cada carretera que se mejora o se construye tenga en cuenta la salud y la vida cotidiana de los usuarios.
En solo seis meses hemos recorrido mucho. Gracias, sobre todo, al equipo de técnicos que, con una profesionalidad sobresaliente, realiza un trabajo fructífero y eficiente. Más allá del área de Carreteras; por cierto, soy la primera mujer que la dirige, hemos dado muchos pasos en pro de la igualdad, la asistencia a municipios y la protección de nuestras señas de identidad. Queda mucho por hacer, está claro.
Por eso, vamos a seguir en la misma línea de trabajo y realismo. Sí, somos realistas, lo hemos demostrado con un presupuesto que no solo se ajusta a las necesidades de la provincia, sino que plantea propósitos factibles. De nada vale presupuestar la cantidad más alta de la historia si luego no la ejecutas. Este gobierno de la Diputación no quiere engañar a nadie. Somos realistas y sinceros. Es lo mínimo que la ciudadanía espera de nosotros.
En la misma línea, para conseguir que la provincia progrese es imprescindible colaborar con el resto de administraciones. Así lo estamos haciendo y lo hemos dejado patente desbloqueando el acceso al circuito de Cheste, que ha estado a punto para el Gran Premio de la Comunitat Valenciana. El proyecto llevaba años paralizado a pesar de las demandas de los usuarios de la vía. Estamos para eso, para dar soluciones. A los vecinos no les importa qué administración es competente para hacer esta cosa o la otra, lo que quieren es que se responda a sus necesidades.
En todo caso, nada de esto tendría sentido si no es con nuestros 266 ayuntamientos. Por tanto, estamos a su lado y nos acercamos a ellos, también físicamente, con las oficinas comarcales. Es nuestra obligación que los consistorios, sobre todo los más pequeños, sientan que la Diputación les tiende la mano y les ayuda a todos los niveles. Para que sea así, el presupuesto para asistencia jurídica y técnica ha aumentado hasta los 5,7 millones. Nuestro lema, “La Diputació, la casa de totos els pobles”, no es un simple slogan, se fundamenta en medidas y acciones.
Así, con un presupuesto realista, con equipos preparados y con la certeza de que hemos de trabajar desde el entendimiento y el diálogo, seguiremos alcanzando objetivos. Cada paso cuenta. Acabamos de empezar un camino de cuatro años y lo hemos hecho teniendo muy claro cuál es la meta y por dónde se llega.
Eso sí, en esta ardua empresa no hay atajos. Solo el entrenamiento diario y el no bajar la guardia. Seguimos tomando nota de los errores, equivocarse es de humanos y nos proporciona el mejor aprendizaje; continuamos estando atentos a los obstáculos, identificarlos y superarlos es el revulsivo más potente; y no cejamos en el empeño de trabajar cada día por una provincia más vertebrada, solidaria y sostenible.
En conclusión, la segunda mitad del año ha sido gratificante y fructífera; pero, no me cabe duda, en 2024 conseguiremos más y será mejor. Para eso estamos aquí y para eso nos pagan. Lo hacemos con ganas, ilusión y convencidos de que el esfuerzo repercutirá en la vida diaria de todos los valencianos y valencianas.