MADRID (EP). El operador de telecomunicaciones MásMóvil advierte de su "alto nivel de endeudamiento" y de la "ausencia de beneficios" derivadas de la compra en 2016 de Yoigo y Pepephone, así de instrumentos convertibles por "importes relevantes" con un precio de conversión muy inferior al cotización en el Folleto publicado este jueves con motivo de su salto del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) al Mercado Continuo.
El documento, aprobado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), detalla que como consecuencia de las adquisiciones de Yoigo y Pepephone, que requirieron un "importe considerable de recursos", la deuda financiera neta era de 777 millones de euros a 31 de marzo de 2017, lo que supone un ratio respecto al Ebitda de 4,8 veces.
En este sentido, apunta que una "abrupta modificación" de las expectativas de negocio del grupo como consecuencia de un significativo deterioro de la demanda en el mercado que opera, así como una desviación material en la consecución de los ahorros de costes contractuales por los acuerdos con terceros operadores de telecomunicaciones, "repercutirían negativamente" en su capaces de generar efectivo. Así, la compañía añade que esto tendría un "impacto en la capacidad de afrontar sus necesidades de inversión y, en última instancia, en su capacidad de atender el servicio de la deuda".
Otra de las "advertencias importantes" que realiza MásMóvil tiene que ver con que no obtuvo beneficios en 2015 y 2016, cuando perdió 1,5 y 58 millones de euros, respectivamente, en parte justificadas el pasado años por las compras de Yoigo y Pepephone. A cierre del primer trimestre de 2017, las pérdidas eran de 41,77 millones de euros, de los que 34,05 millones proceden de la variación a valor razonable de determinados instrumentos derivados emitidos por el grupo, aunque incide en que este hecho no comporta salida de caja.
Por otra parte, MásMóvil informa de que, como parte de su estrategia de crecimiento inorgánico, su fondo de comercio a 31 de marzo ascendía a 388 millones de euros, un 20,8% del total del activo a esa fecha. Por su parte, los activos intangibles eran de 778 millones de euros, un 41,7% del total. En este contexto, admite que un "deterioro material" de las expectativas de negocio de las compañías adquiridas comportaría un deterioro del fondo de comercio y de otros activos intangibles, con el consiguiente impacto adverso en los resultados y el patrimonio neto. Pese a ello, la compañía considera que no concurren circunstancias que requieran la necesidad de dotar provisión alguna por deterioro de los fondos de comercio y otros intangibles.
Por otro lado, MásMóvil recuerda que existen instrumentos convertibles por "importes relevantes" con un precio de conversión muy inferior al cotización, que podrían obligar al grupo en caso de que todos se conviertan en acciones a ampliar capital con la emisión de 13,1 millones de acciones, lo que representaría hasta 65,67% del capital social del grupo a fecha de registro del folleto. En este sentido, agrega que en este caso se diluirá la participación de los actuales accionistas hasta un 60,36%, pero también se traduciría en una "relevante disminución" de la deuda financiera del grupo y en el consiguiente incremento de su patrimonio neto.
Uno de esos instrumentos son las obligaciones en manos de Providence por valor de 165 millones de euros, cuya conversión quedó fijada en 22 euros por acción. Providence podrá convertir estas obligaciones en acciones de forma voluntaria pasados tres años y tres meses de su emisión, realizada en 2016. Además, detalla que mantiene un acuerdo de deuda convertible con ACS, antiguo accionista de Yoigo, en el que se recoge que una subida del precio de la acción supondrá un incremento del valor de estos instrumentos derivados con el consiguiente efecto negativo en la cuenta de pérdidas y ganancias y en el patrimonio neto del grupo.
A este respecto, apunta que, teniendo en cuenta que el valor de la acción a 10 de julio de 2017 es de 56,50 euros, el impacto negativo en la cuenta de resultados podría alcanzar al menos 64 millones de euros, sin que estos cambios suponga ninguna saluda de caja, ya que no afecta a los compromisos de pago en efectivo acordados con ACS. La conversión, a un precio fijo por acción de entre 25 y 40 euros, en función del momento de conversión es voluntaria por parte de ACS y puede ejecutarse desde el momento de su emisión y hasta que transcurran seis años.