VALÈNCIA. Fue en 2012 cuando Mazda lanzó al mercado el Mazda CX-5, un auténtico pionero de la seguridad activa, ya que fue el primer SUV compacto en incorporar de serie el Sistema de asistencia a la frenada en ciudad (SCBS) y también uno de los primeros en ofrecer el Sistema de alerta de cambio involuntario de carril. Una década después, en 2022, la Unión Europea obligará a incorporar estos y otros sistemas de seguridad en todos los vehículos nuevos.
Asistente de frenada de emergencia, alerta de somnolencia, aviso de cambio involuntario de carril, sistema de reconocimiento de señales, aviso de cinturón de plazas traseras…son algunos de los elementos de seguridad que serán obligatorios a partir de 2022 en todos los vehículos nuevos que se comercialicen en la Unión Europea. Sin embargo, Mazda lleva años contando con muchos de estos elementos que contribuyen a mejorar la experiencia de conducción minimizando el riesgo de accidentes.
Fiel a su Espíritu Mukainada de superación constante, Mazda lanzó al mercado en 2012 el Mazda CX-5. Este SUV compacto inauguró toda una nueva generación de vehículos con diseño KODO, tecnología ultraeficiente SKYACTIV y se situó a la vanguardia en tecnologías de seguridad activa gracias a la incorporación de i-ACTIVSENSE, un conjunto de sensores de radar que ayudaban al conductor a identificar peligros potenciales en la carretera y contribuían a reducir drásticamente el riesgo de accidente. Además del SCBS, entre las principales tecnologías i-Activsense se encontraban el Control de luces de largo alcance (HBC), el Sistema de alerta de cambio involuntario de carril (LDW) y el Asistente de cambio de carril (RVM), que detecta otros vehículos que se acercan por los carriles contiguos y alerta al conductor. Un innovador elemento este último que en 2011 permitió a Mazda ser merecedora del premio Euro NCAP Advanced, convirtiéndola en marca pionera y referente en materia de seguridad activa dentro del sector.
Con el avance de la década, i-Activsense se fue estandarizando en todos los modelos de la gama Mazda, además de incorporar nuevos elementos. En 2013, los modelos Mazda3 y Mazda6 contaban, además de los sistemas ya mencionados, con Control de crucero adaptativo (MRCC), Seguridad pre-impacto (SBS), Señal de parada de emergencia (ESS) y Sistema de iluminación frontal adaptativa (AFS).
En una clara apuesta por democratizar estos sistemas, Mazda decidió extender también i-Activsense a sus modelos de menor tamaño. Así, en 2015 el Mazda CX-3 estrenaba una dotación de seguridad activa inédita hasta el momento dentro del segmento B-SUV, con dispositivos tales como el Sistema de asistencia para el reconocimiento de distancias (DRSS), que muestra la distancia a la que se encuentran los vehículos precedentes por medio de señales de radar, o el Aviso de obstrucción delantera (FOW), que hace sonar una alarma y avisa al conductor en caso de riesgo de colisión.
La llegada de la nueva generación de modelos en 2019, de la mano del Mazda3 y del Mazda CX-30, ha supuesto una incorporación masiva de sofisticados y novedosos sistemas como el Detector de fatiga con cámara, el Detector de tráfico delantero (FCTA) para mejorar la seguridad en las intersecciones, el Asistente de tráfico y crucero (CTS), el Control de ángulo muerto con Detector de tráfico trasero, el Asistente de mantenimiento en el carril, el airbag de rodilla, el Sistema de llamada de emergencia automática eCall, los Faros Smart Full LED adaptativos y el Reconocimiento de señales de tráfico y de peatones, entre otros. Una mejora constante que ha supuesto numerosos galardones internacionales, el más reciente de ellos el otorgado este mismo año por el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS, Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras). Este prestigioso organismo estadounidense ha reconocido por segundo año consecutivo con el premio TOP SAFETY PICK+, el máximo galardón que reconoce a todos los modelos de Mazda analizados; en concreto, el Mazda3 (Sedán y 5 puertas), el Mazda6, el Mazda CX-3, el Mazda CX-30, el Mazda CX-5 y el Mazda CX-9. Todos ellos pasaron con éxito cada uno de los seis apartados que valora esta organización.
En 2020, dos años antes de la entrada en vigor de la normativa europea, la práctica totalidad de los vehículos vendidos por Mazda en España incorporaban el Sistema de asistencia a la frenada en ciudad (SCBS), mientras que nueve de cada diez contaban con Asistente de mantenimiento en el Carril (LAS) y Control de ángulo muerto avanzado (BSM) con Detector de Tráfico trasero (RCTA).