ALICANTE. Según el Banco Mundial, 4.200 millones de personas -el 55% de la población mundial- vive actualmente en ciudades y se prevé que en 2050 esta población urbana se doble, reuniendo casi el 70% de la población mundial. Si además sabemos que el 80% del PIB global ya se genera dentro de los núcleos urbanos, entonces este aumento va a contribuir aún más al crecimiento global. La presión que esto representa supone un reto muy importante en cuanto a la sostenibilidad medio ambiental, competitividad y calidad de vida si no se elige un modelo resistente de crecimiento. Muchas ciudades -para hacer frente a ese problema- han ido implementando el concepto de 'smart cities' o 'ciudades inteligentes', cimentando las bases de nuestros núcleos urbanos futuros.
La filosofía que hay detrás de las ciudades inteligente es conseguir beneficios significativos para la población urbana existente, además de tener en cuenta su crecimiento futuro. Los objetivos se centran en lograr un incremento en la calidad de vida de la población urbana, así como aumentar la competitividad económica para atraer industria y talento. Y todo ello dentro de un enfoque de sostenibilidad ambiental.
No cabe duda de que el impacto de la tecnología ha cambiado progresivamente, introduciéndose en las actividades diarias y casi sin darnos cuenta. Costumbres de antaño como ir al banco para actualizar la libreta, ir a presentar a la AEAT el IRPF en papel, pagar el ticket del aparcamiento o simplemente coger cita en el centro de salud han desparecido, dando paso a un proceso informatizado de estas tareas, que aportan celeridad y efectividad al usuario. Y ni siquiera nos podemos imaginar lo que nos viene dentro de muy poco. Las 'ciudades inteligentes' introducirán cambios a nivel de infraestructuras; mientras las tecnologías para conectar objetos/personas ayudarán a optimizar el rendimiento de dichas infraestructuras. Al tratarse de proyectos muy ambiciosos se necesita de la implicación de la población urbana, de los gobiernos y también de los organismos nacionales y supranacionales.
Ya existen desde hace tiempo organismos, a nivel europeo, que están enfocando esta nueva situación. El Banco Europeo de Inversiones (BEI) proporciona asesoramiento técnico y financiero, así como financiación para proyectos de ciudades inteligentes. La transformación de las ciudades para hacerlas más inteligentes y sostenibles son objetivos importantes del enfoque de inversión, basado tanto en la Estrategia 2020 de la Unión Europea (UE) como en la Agenda Urbana de la UE. Las probabilidades de éxito de estos proyectos están muy condicionas a los avances y a la implementación de la tecnología para aumentar la competitividad. Para quienes quieran profundizar en el tema les invito a que lean el documento 'Investing in smart cities'.
Por otra parte, la Comisión Europea ha creado el Marketplace de las 'ciudades inteligentes' para apoyar y guiar la transformación de las ciudades con unos objetivos muy claros: mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, aumentar la competitividad de las ciudades y la industria europeas, así como alcanzar los objetivos europeos en materia de energía y clima. Se están dedicando muchos recursos para preparar las ciudades y lograr que las europeas sigan siendo competitivas frente a otras como Shanghai, primer premio Smartcity Expo World Congress 2020. Este logro se basó en un plan de cuatro años dotando a la ciudad de infraestructuras digitales, egoverment, 'city brain', integración tecnológica, industrial y medioambiental. Sin embargo, algunas de las medidas impuestas por el Gobierno chino no podrán ser adoptadas por las ciudades europeas, ya que suponen una clara invasión de la intimidad por los sistemas de reconocimiento facial.
Ahora, la pregunta es cómo sacar rentabilidad del impacto de esta megatendencia que claramente se va a imponer en los próximos años. En el mercado de activos financieros cotizados podemos distinguir dos maneras de inversión por parte del inversor minorista para tener exposición en 'smart cities'. Por un lado, a través de la compra de acciones donde primero hay que identificar las compañías cuya actividad está relacionada con los objetivos anteriormente citados, y que incrementarán su actividad conforme avance esta tendencia.
Podemos citar, entre otras muchas compañías, a Ericsson, Nokia, Huawei, Microsoft (telecomunicaciones, 5g, IoT), Siemens, Codan (infraestructuras urbanas), Cisco, Oracle (cloud), PayPal, Visa (servicios de pagos)... Hay que tener en cuenta que estos valores suelen ser también componentes de muchos fondos de inversión, por lo que el inversor puede ser que esté ya invirtiendo en ellos. Su asesor financiero le comunicará si existe solapamiento de acciones en la propuesta para evitar una sobrexposición no deseada a estos valores.
Por otro lado, entrando a través de fondos de inversión o ETFs, con la estrategia definida por su gestor:
El asesor financiero puede proponer a su cliente diferentes alternativas de inversión ante esta megatendencia e indicarle cómo integrarlas dentro de la cartera de inversión. También es importante ver cuál de estos productos resulta fiscalmente interesante según el plazo de inversión fijado por el cliente o por la estrategia de inversión implantada.
René Bauch es asesor financiero de la EAF alicantina gCapital Wealth Management, EAF que asesora el fondo Gestión Boutique gCapital Total Market (ES0116831050). Puede contactar con el autor para solventar cualquier duda o interesarse por los servicios de gestión patrimonial de gCapital escribiendo a [email protected] o [email protected]