MADRID (EFE). Meliá Hotels International considera que Madrid tiene que hacer un esfuerzo, como ha hecho Barcelona, en internacionalizar mucho más su mercado hotelero, ha señalado a Efe su vicepresidente y consejero delegado, Gabriel Escarrer, en el marco de Fitur.
Ante la incorporación de nuevos hoteles en la capital como el de Barceló Torre de Madrid o el que prevé abrir Riu en dos años en el Edificio España, Escarrer ha manifestado que el hecho de que se sigan abriendo establecimientos por parte de cadenas nacionales "añade valor, pero relativamente escaso".
En Barcelona, están presentes prácticamente todas las cadenas norteamericanas y europeas, incluso asiáticas, mientras que, en Madrid, su representación es "muy limitada".
Según Escarrer, Madrid lo que necesitaría es "más compañías internacionales que nos ayudasen a poner en el mapa mundial a la ciudad" y, a su juicio, es el gran reto que tiene la capital no sólo a nivel hotelero, sino también extrahotelera y de oferta complementaria.
La oferta cultural de Madrid es muy buena, aunque, en su opinión, "muy enfocada al público nacional ya sea los teatros de la Gran Vía o los museos, que son los mejores del mundo, pero necesitamos también traer mucha obra extranjera, para conseguir que vengan mercados emisores como el alemán o el holandés".
El porcentaje del cliente internacional en Barcelona ha sido históricamente muy superior al de Madrid y aunque la ciudad ha mejorado su promoción, tendría que hacerse "de una forma mucho más contundente", ha agregado.
Por otro lado, Escarrer ha advertido de que la inestabilidad del norte de África y Turquía, que ha impulsado la llegada a nuestro país de más 75 millones de turistas en 2016, no es buena para el sector ni para el destino, ya que si pasa de ser un tema coyuntural y se convierte en estructural, puede generar "a medio-largo plazo una cierta burbuja turística en España".
Entre cuatro y cinco millones del total de turistas que recibió España el pasado año fueron "prestados" de los destinos competidores afectados, lo que "debe servirnos de acicate para seguir haciendo las reformas de gran calado que necesitan ciertos destinos maduros, pioneros del turismo", ha apuntado.
2016 fue "muy buen año" para el grupo mallorquín, con resultados ligeramente por encima de los previstos en todos sus mercados, a excepción de Francia (6 hoteles en París), donde la ocupación y la tarifa han caído de forma muy considerable (un 30 %, según datos oficiales).
Además, en invierno pasado, en el Caribe, el virus del Zika y la excelente climatología en los principales mercados emisores de la región, EEUU y Canadá, restaron algo de demanda.
Escarrer ha destacado, asimismo, la apuesta del grupo por Cuba, donde "estamos mirando más posibilidades de crecimiento", pese a ser la primera cadena vacacional y urbana, con 29 hoteles abiertos y 3 en construcción.
Las autoridades cubanas, con las que Meliá ha tenido siempre "muy buenas y honestas" relaciones, "van a tenernos como un fuerte aliado" en su desarrollo turístico que, para Escarrer, es "ejemplar".
Además de ser "extremadamente inteligentes", los cubanos son "muy cautelosos" y quieren liderar en todo momento ese proceso de cambio, que se está haciendo de forma muy cometida y estudiada. "No quieren sorpresas", ha explicado.