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Lorenzo García Tamarit / cofundador y ceo de thelogicValue

«Mi padre estuvo una semana sin hablarme por dejar la banca»

Dejó un buen puesto en la banca privada para lanzarse a la aventura de crear la ‘fintech’ TheLogicValue, reconocida por Innsomnia (Bankia)

| 29/05/2017 | 4 min, 49 seg

VALENCIA.- La Guerra del Golfo llevó a Lorenzo García Tamarit (Valencia, 1974) a interesarse por el mundillo bursátil. Bueno, a él y a su hermano, cuando su padre les dio 100.000 pesetas a la vista de la caída de las cotizaciones motivadas por dicho conflicto con el siguiente consejo: «Si las perdéis aprenderéis, y si ganáis ya tenéis un trabajo». No les debió salir mal la jugada porque dos décadas y media después el pequeño de los García Tamarit puede presumir de haber sido el responsable de banca privada en València del Banco Santander, Ibercaja y Banco Popular.

Licenciado en Empresariales por la Universidad de Valencia, máster IE Business School y profesor de Valoración de Empresas en el CEU San Pablo y de Macroeconomía en la Escuela de Negocios EDEM, se curtió como inversor en el histórico Club de Bolsa CIMAV de la Facultad de Economía. Un trampolín que le permitió incorporarse nada más acabar la carrera a la extinta firma de valores Asesores Bursátiles dirigida entonces por el actual ministro de Economía, Luis de Guindos.

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Tras esta etapa, no tardó mucho en llegar a la banca y en darse cuenta en primera persona de las carencias del sector. «Los empleados de banca en ocasiones carecen de aplicaciones que les faciliten información y formación suficiente para asesorar a los clientes. Esto en el pasado provocó situaciones que han generado desconfianza entre los clientes y una de las funciones de la ‘revolución fintech’ es dar soluciones para evitarlo y la banca puede beneficiarse de estas innovaciones».

Mientras tanto seguía —y continúa— combinando el mundo financiero con el académico «porque es una buena idea contribuir a formar a las nuevas generaciones». De hecho, una de sus condiciones en cada entidad por las que ha pasado es la de poder compaginar el trabajo con la docencia. A su juicio, «la cultura financiera engloba conocimientos de macroeconomía, fiscalidad, empresa, finanzas y política internacional. Desde el momento en que cada vez se lee menos de estas materias pienso que lo que se ha mejorado en las últimas décadas está en verdadero peligro, en gran medida debido a los sistemas de mensajería instantánea».

Hace dos años, y con gran disgusto para su padre —«estuvo una semana sin hablarme»—, abandonó su bien remunerada posición en la banca privada para embarcarse en un proyecto en el que ha venido trabajando una década: TheLogicValue (TLV). «No parecía algo racional y mucho menos teniendo dos hijos. Por eso tener el apoyo en casa ha sido fundamental como también el de grandes profesionales financieros y legales de Valencia».

Algoritmos y finanzas 

TLV es un modelo de análisis dirigido a entidades financieras, family offices, EAFI y asesores financieros para facilitar las decisiones de inversión y la relación con el cliente. «Las primeras semanas me costaba transmitirlo al resto de mi entorno porque en tu interior sabes que piensan que ha sido una locura y no te van a entender», pero los que sí lo han comprendido son los responsables del programa Bankia Fintech by Innsomnia al ser TLV una de las quince startups vinculadas a la tecnología para finanzas (fintech) seleccionadas dentro de dicho programa. «Tener a Bankia de partner es una validación de nuestras innovaciones financieras y algoritmos que nos ha permitido pensar en un futuro sin ponernos límites y proyectar en grande de manera realista».

Muchos definen a TLV como un producto disruptivo pero él prefiere que sea el mercado quien se encargue de poner los adjetivos

Son muchos los que califican a TLV como un producto disruptivo en el análisis financiero dentro de un sector tremendamente competitivo, pero García Tamarit es rotundo: «Los adjetivos los pone el mercado y nosotros lo que pretendemos es que las nuevas tecnologías ayuden a asesores e inversores». Pero, eso sí, reconoce que sigue invirtiendo a través de esta aplicación porque le sirve «para encontrar las divergencias del mercado entre lo que espera el mercado en las variables fundamentales y el precio que cotiza la acción». Además, y en su compromiso por incrementar la cultura financiera, TLV cuenta con una versión gratuita.

Desde que empezara a trabajar en el sector financiero, mucho han cambiado las cosas. Sin embargo, a su juicio «en esencia todo sigue igual porque las órdenes de compra/venta se hacían por teléfono hace veinte años, los informes se narraban por los asesores y la evolución histórica se describía por teléfono. Lo que prima ahora es la trazabilidad, es decir, que quede por escrito, porque cada vez hay menos confianza entre los actores de un sector que evoluciona constantemente».  

La revolución tecnológica de los últimos tiempos está provocando un gran cambio en el sector, como «la capacidad de generar aplicaciones que permiten hacer cosas a los usuarios que antes sólo podían hacer los profesionales». «Para mí eso es realmente el fintech», afirma. Pero ¿estamos ante una moda pasajera o algo más? «Si las empresas fintech llegan a los clientes finales, pasará de moda a realidad, y eso es cuestión de tiempo, bajo mi punto de vista», concluye. 

* Este artículo se publicó originalmente en el número 31 (XII/2016) de la revista Plaza

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