Concretamente, el sistema de formación sanitaria especializada (FSE) en España, conocido como MIR, se encuentra regido en un sistema dual que contempla un modelo de relación laboral recogido en el RD 1146/2006 y una relación de carácter formativo recogida en el RD 183/2008. No obstante, debido al estado de alarma generado por la pandemia por covid-19, y para poder hacer frente a la emergencia sanitaria, la FSE ha sufrido un desmantelamiento temporal en pos de la faceta laboral de los MIR. Es por ello que, con dicho estudio, se busca poner datos de hasta dónde ha alcanzado el perjuicio formativo en España.
Precisamente, según se refleja en el documento, este deterioro de la formación MIR viene dado por la alta participación de los residentes en áreas covid, cifrada en un 70 por ciento. Debido a esto, el 50 por ciento de los residentes han visto interrumpido su programa formativo, lo que además ha provocado un importante impacto emocional en el 98 por ciento de los encuestados. Esto último también se relaciona con el hecho de que más del 70 por ciento de los residentes han notificado una percepción de sobrecarga laboral durante la crisis sanitaria.
Además, tal y como ha recalcado el representante nacional de Médicos Jóvenes y promoción de Empleo, el doctor Domingo Sánchez, el 50 por ciento de los residentes ha tenido que realizar un mayor número de guardias a consecuencia de la covid, y la mitad continúa haciendo más guardias. En relación a esto, Sánchez también ha lamentado que el 50 por ciento de los residentes ha tenido que aumentar su jornada laboral, y casi el 70 por ciento de estos sin recibir remuneración económica por el trabajo realizado.
"Este documento revela el deterioro en el que se encuentra un sistema de formación que es el resultado de la suma de diferentes acciones concatenadas que han llevado al colapso del mencionado sistema de formación sanitaria especializada, y pone en evidencia la necesidad de un plan de acción para sacar de la situación crítica en la que se encuentra el sistema de formación de médicos especialistas en España", ha asegurado el doctor.
Por otro lado, según el informe, que recoge un total de 2.889 encuestas respondidas, de los residentes que han trabajado en el área covid, la mitad de ellos considera que no le ha aportado nada a su formación; además, el 97 por ciento de los residentes ha perdido horas de formación en quirófano. Así las cosas, el 60 por ciento de los residentes piensa que sería necesaria la ampliación del periodo de residencia para compensar la formación perdida durante la pandemia.
Así, los autores del informe también han fijado una serie de propuestas de mejora, como un plan de acción que retome las auditorías formativas a nivel nacional y que, además, tenga como objetivo potenciar dichas herramientas para conocer y mejorar la situación de las unidades docentes en la actualidad.
Otra de las sugerencias pasa por la creación de una comisión ministerial que analice, con los agentes implicados, las consecuencias formativas que la pandemia ha tenido en estos residentes. En este sentido, desde las vocalías de la OMC también abogan por trabajar en el estudio de mecanismos de evaluación de la calidad de la formación sanitaria especializada, así como por la realización de un "libro blanco de la Formación Sanitaria Especializada", con la participación de los diferentes agentes implicados en la misma.
Otros de los puntos planteados son: trabajar en la modificación de los Reales Decretos RD 1146/2006 y RD 183/2008 para modificarlos y adaptarlos, llevando a cabo una actualización; tratar de aumentar la participación de representantes de residentes en los debates y tomas de decisiones que afecten a la FSE en España; y, por último, ofrecer a las diferentes unidades docentes el poder realizar una prórroga del contrato MIR de forma individualizada y según los déficits formativos de cada residente y especialidad.
El punto de vista de los tutores
Por su parte, el representante nacional de Médicos Tutores y Docentes, Francesc Feliu, ha puesto de manifiesto la "mala percepción" que tienen los tutores de la FSE durante la pandemia; en concreto, esta sensación es compartida por alrededor del 80 por ciento de los tutores. Según los datos, la docencia es considerada como peor o mucho peor en el 87 por ciento en consultas externas, el 74 por ciento en plantas de hospitalización, el 77 por ciento en quirófanos, el 70 por ciento en urgencias, el 60 por ciento en las guardias, y el 91 por ciento en relación a las sesiones clínicas donde participan los residentes.
Así, el doctor Feliú ha destacado que "la mayor sensación de un deterioro significativo de la docencia es en las sesiones clínicas, vital para la formación MIR, que solo se mantienen como antes de la pandemia en el 6 por ciento de los encuestados, admitiendo que no se realizan en este periodo en un porcentaje del 47 por ciento".
Además, según el informe, los residentes de especialidades quirúrgicas han visto reducidas las posibilidades de operar y entrar en quirófano en un 69 por ciento respecto la situación previa a la pandemia, y la percepción de la calidad de supervisión por parte de los tutores ha sido mucho menor en un 75 por ciento de los casos. Por otro lado, la capacidad de reorganizar las rotaciones, muy importante para los tutores, ha sido nula en más del 50 por ciento de las ocasiones. En cuanto al impacto emocional, el 80 por ciento de los tutores confiesa sentirse peor anímicamente y, de hecho, un tercio de estos profesionales se ha planteado renunciar a ser tutores.
Así las cosas, en representación de los tutores, Feliu ha puesto en valor la importancia de empoderar a este profesional, dotándolo del tiempo necesario para estar con su residente. Asimismo, ve necesario aumentar el número de tutores y de colaboradores docentes; agilizar los trámites burocráticos con el fin de poder acreditar a un mayor número de tutores y disminuir la ratio de alumnos por tutor, que actualmente se encuentra en un máximo de cinco. El especialista también apuesta por el fomento de cursos y formación online, así como por intentar prolongar la residencia en los casos donde sea necesario.
Inspecciones asistenciales
Por último, el director de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad, Vicenç Martínez, ha reconocido que "la pandemia ha puesto sobre la mesa lo que ya se sabía y la crisis ha agudizado". Una de las medidas que ha propuesto para mejorar la formación de los residentes ha sido aumentar las inspecciones asistenciales "como oportunidad de mejora y que no se quede en un mero análisis de datos en los documentos, y es preciso conocer cómo lo está viviendo el propio residente", ha aseverado, aclarando que no serían "inspecciones punitorias".
Ha asegurado que la mejor manera de conocer la situación es hacer una inspección de la realidad, "revisar la evidencia, no limitarse a cumplimentar un cuestionario". Ha añadido que "una inspección continuada y con participación de las comunidades ayudaría notablemente; si los residentes están en su sitio, el sistema mejora mucho" ha concluido.