VALÈNCIA. El pasado fin de semana la Comunitat Valenciana volvió a estar en el centro de la agenda política y comunicativa nacional. Las elecciones autonómicas y locales que tendrán lugar el próximo 28 de mayo han propiciado un protagonismo tangible a un territorio que, lamentablemente, no suele tener la comprensión nacional a la hora de atender reivindicaciones como la reforma de la financiación, el trasvase del Tajo-Segura o la recuperación del derecho civil valenciano.
Sin embargo, ahora, una parte de la batalla de las próximas elecciones generales de finales de año se juega en las autonómicas y, especialmente, en la Comunitat Valenciana. El PSOE de Pedro Sánchez necesita retener la región más grande donde gobierna, mientras que en el PP ven obligatorio desalojar a Ximo Puig de la Generalitat puesto que se consideraría ese triunfo el primer escalón en su escalera hacia La Moncloa.
Así pues, el bipartidismo ha decidido acometer una precampaña desde lejos con el objetivo de recuperar su hegemonía especialmente en la Comunitat Valenciana, donde otras fuerzas como Ciudadanos, Compromís, Unides Podem y Vox habían discutido el liderazgo en sus respectivos bloques. Una carrera de larga duración en la que Puig querría no entrar de forma implícita, pero en la que trata de competir mediante hitos en la gestión o a través de impactos de imagen que apuntalen la figura presidencialista.
El PP está jugando fuerte. Su fin de semana en València con la Intermunicipal ha sido una sucesión de hechos que evidencian cómo Génova está volcada con el objetivo. Reunir a Mariano Rajoy y José María Aznar, homenajear a Rita Barberá, una puesta en escena potente con un mitin multitudinario o la propia presión pública de Núñez Feijóo sobre sus candidatos, evidencian lo prioritario que es el triunfo en la Comunitat Valenciana y también en el Ayuntamiento de València.
Mientras, Puig respondía con uno de los ases en la manga de esta legislatura: el Benidorm Fest, una ola de audiencia -aunque este año con algo menos de expectación que el anterior- que el Palau de la Generalitat se supo sacar de la chistera y cuyos beneficios políticos se resumen en el vídeo de Twitter que circulaba el sábado del presidente de la Generalitat siendo aclamado por el público.
También se están caracterizando ambas formaciones por generar expectación con fichajes. Días atrás, el líder del PPCV, Carlos Mazón, presentaba a su nueva incorporación para el equipo económico del partido: Ruth Merino, la hasta hace unas pocas semanas portavoz de Ciudadanos en Les Corts. Puig, por su parte, no ha movido ficha todavía en este aspecto, pero sí lo ha hecho la candidata socialista a la Alcaldía de València, Sandra Gómez, quien presentaba a bombo y platillo días atrás a su futura concejal de Cultura Festiva -si gana las elecciones-, la periodista y en su día fallera mayor infantil, Nuria Llopis.
Y es que otra característica de esta precampaña es la gran sinergia existente en la carrera hacia la Generalitat y el Ayuntamiento de València. En el PP, los motivos son obvios: la secretaria general en el ámbito autonómico es también la candidata a la Alcaldía, María José Catalá, por lo que, unido a su papel como portavoz en Les Corts y el respaldo nacional que está recibiendo, provocan que la precampaña de Mazón también tenga mucho peso en el Cap i Casal. Así, aunque la provincia de Alicante es fundamental, existe el pensamiento en el PP de que València capital es la llave para el Palau de la Generalitat y, por supuesto, para la Diputación de València. Una victoria de Català es clave para tomar la Generalitat.
Es por ello que la candidata socialista Sandra Gómez también se ha lanzado desde lejos a buscar la remontada que le conduzca a la vara de mando. Este fin de semana celebraba junto a la ministra de Ciencia e Innovación, la gandiense Diana Morant, unos encuentros con vecinos de Montelolivete dentro de la iniciativa 'De tú a tú con Sandra Gómez' que puso en marcha semanas atrás. Al mismo tiempo, la vicealcaldesa ponía en marcha este domingo un podcast bajo el título Voces que me representan con la presencia del promotor de la iniciativa #SoyMayorNoIdiota, Carlos San Juan.
Toda acción de PPCV o PSPV tiene respuesta inmediata. Mazón y Catalá celebraban una rueda de prensa este lunes para valorar la actualidad política y, este martes, lo harán la vicesecretaria socialista y el secretario de Organización, Ana Domínguez y José Muñoz. Algo que ya ocurrió la semana pasada.
Esta potencia de fuego del bipartidismo está teniendo su respuesta en el resto de formaciones, incluso en ocasiones logrando -a codazos- obtener un eco notable en la agenda política. Compromís, todavía inmerso en su siempre llamativo proceso de primarias, trata de hacerse valer como alternativa a sus socios del Botànic: este mismo jueves formularán preguntas en la sesión de control dirigidas a poner en aprietos a Puig sobre la financiación autonómica y la recuperación del derecho civil valenciano.
Unides Podem, por su parte, mostró la semana pasada su cara más beligerante con sus ataques al presidente de Mercadona, Juan Roig, y su proposición para limitar los precios de los alimentos además de estudiar la implantación de un impuesto para las cadenas de supermercados que obtengan "beneficios extraordinarios".
Menos agitada está la actualidad en el bloque conservador. Mientras Ciudadanos trata de contener su crisis mediante su nueva portavoz Mamen Peris, que ya ha anunciado algunos cambios de postura y su paso al frente para ser candidata a la Generalitat en una celebración exprés y previsible de primarias; Vox ultima para el próximo fin de semana su lanzamiento de candidatos locales, incluyendo el del Ayuntamiento de València –suena el diputado autonómico José Luis Aguirre– tras el anuncio de que el cabeza de lista a la Generalitat será Carlos Flores.