VALÈNCIA. El juicio por el presunto saqueo del Palau de Les Arts está llegando a su fin. En la sesión de este jueves fue el turno de declaración de los procesados, el exdirector financiero Ernesto Moreno; el presidente del consejo de administración de Patrocini —empresa vinculada al Palau y dedicada a captar patrocinadores—, José Antonio Noguera Puchol; el ex consejero delegado de esta firma Joaquín Maldonado, y el administrador de la sociedad Radcliffe —mercantil que actuaba de intermediaria en las contrataciones—, Pablo Broseta.
El primero en contar su versión de los sucedido fue Moreno. El exjefe financiero explicó que daba asistencia de naturaleza administrativa y económica a la intendente Helga Schmidt. Sobre el contrato de Patrocini dice que, “ella me muestra un contrato en 2008, pero no recuerdo si estaba firmado o era un borrador. Yo no intervengo en la firma del primer contrato, sabía que había unas conversaciones y luego ella me lo confirma. Helga no podía firmar en el contrato sin mi intervención, pero lo hizo. Cuando ella me da una copia del contrato, lo analizo y le hago consideraciones”.
Ha proseguido diciendo que: “hay una primera nota interna en la que le hago una serie de apreciaciones. En 2009 le digo a la comisión ejecutiva que se analice el contrato. La iniciativa de consultar a Broseta fue idea mía, y lo pido porque no soy jurista y como teníamos una asesoría externa, era bueno que se mirara. Traslado las consideraciones a la jefe de gabinete y ella habla en directo con la intendente y se anula el primer contrato”.
Sobre el contrato que sí se firmó, aseguró que, “no se sigue procedimiento porque había dos teorías, una de suscribir el procedimiento y otra que estaba fuera de la contratación pública por tratarse de captación de patrocinios, pero Broseta pensaba que sí. Solicité que se consultara a la Abogacía de la Generalitat pero no lo hicieron. Se sustenta en una breve nota de Vicente Garrido, expresidente de Consell Jurídic Consultiu, y cuando pregunto se me viene a decir que ese es el informe jurídico. Me lo dice la intendente”.
Aunque ha apostillado que, el informe del despacho de Broseta dejaba la puerta abierta a otras posibilidades, y obviamente, “cuando me facilitan el informe de Garrido y la aprobación de la máxima autoridad de Cultura, la consellera Trini Miró, yo poco puedo decir. En el segundo contrato tampoco se siguió ningún procedimiento de contratación”.
Pero apostilló que él pasó notas diciendo que había elementos de naturaleza “estética” que no beneficiaban a la imagen del Palau como la pertenencia de la gerente a un consejo de administración de una empresas o determinados nombres de empresas.
Moreno expuso que fue Helga Schmidt la que pidió que se pagara a Patrocini una cantidad a cuenta. “A mí presupuesto no me pasan, había una factura proforma. El evento Viva Europa se venía gestionando desde principio de año. No se presentaba presupuesto sobre ninguna actuación artística del Palau”.
Pero la realidad según su versión fue que, aunque dijeron que llegarían a 20 millones en cuatro años en patrocinadores, “el primer año no llegan a cinco y no se cumplieron las condiciones, y por tanto, no se pagó la factura proforma de 2009”. Pero no explicó si los porcentajes por nuevos patrocinadores se pagaron.
En cuanto al departamento de patrocinio que había dentro del Palau hasta que se creó Patrocini, Ernesto Moreno explicó que la idea era mantener el departamento de patrocinios y externalizar otros. Pero que finalmente la intendente “decide Patrocini iba al Palau de Les Arts a llevar patrocinadores. Se hacía con el departamento de protocolo. Y por último apostilló que “no se obtienen más patrocinios con la externalización”.
A mediados de 2008 es cuando me cuenta la intendente la idea de Viva Europa. No se sigue procedimiento administrativo. Hay un expediente que llevo a la comisión ejecutiva y doy cuenta del contrato. Los 300.000 euros entraban dentro de la estimación que hizo la intendente, la intendente presentaba la programación artística y se aprobaba con cifras globales. Si estaba aprobado por el patronato y la intendente, yo tenía que respetarlo.
Se aplican una serie de factores: no poner impedimentos a las ciudades ni pedirles dinero, y la plurianualidad del evento y, por eso se convierte de 200 a 300. Se me dice que por eso se paga más, eso me dice la intendente. El primer año se había pedido a algunas ciudades que aportaran dinero, algunas lo habían hecho, pero se dijo que eso no se debía hacer.
La intendente siempre habló de que esto era un acuerdo que ella había pactado con la vicepresidencia de la Generalitat y que sería la Generalitat la que acabaría pagando. Nosotros no damos subvenciones.
Por último el fiscal preguntó por la empresa Radcliffe, de Pablo Broseta, del que dijo que no lo conocía, “no tenía relación con Pablo Broseta ni Radcliffe”. De hecho, cuando él se incorpora al Palau ya estaba en marcha un concurso, elaborado e informado por la intendente y otras direcciones generales, aunque no se había publicado (concurso 307) por comunicación y publicidad.
Colinas, autor del informe Diógenes, y Helga Schmidt le informan de un contrato a un proveedor, y según su versión hizo una observación sobre el precio en comparación con un concurso anterior. Y que fue después cuando conoció a Broseta que había venido a ofrecer los servicios de su agencia, “entiendo que él no sabía nada de ningún concurso”, aseveró.
En relación con los trabajos de Ratcliff y el conflicto con el departamento de dramaturgia me dice la intendente que Justo Romero amenaza con dimitir. Le di mi opinión. Al final se hace una especie de comisión con Justo Romero con las personas que trabajaban con él. La decisión que toman es que Ratcliff debe subcontratar el trabajo y tener en cuenta lo que decía Romero siempre que no tuviera coste para el Palau. Luego me desentendí del tema.
Hubo problemas con la facturación. Colinas empezó a circular el bulo de que Ratcliff era caro, solo él, nunca dramaturgia dijo nada. No tengo elementos de juicio para saber si se incrementaron los precios. Eso lo valora el departamento que lo contrata.
Soy conocedor de patrocinadores aportados por Patrocini merced a su trabajo. Los patrocinadores en especie era algo que nos interesaba a la intendente y a mí, solo había que reducir el aforo. Hubo impagos por parte de algunos patrocinadores, no sé si Patrocini consiguió que pagaran pero sí sé que se hicieron gestiones, aunque creo que en general no.