Foto: KIKE TABERNERVALÈNCIA. El nuevo proyecto para la avenida de Pérez Galdós ganará espacio para el peatón con la ampliación de las aceras y para las bicicletas con un carril segregado, y lo hará en detrimento de los dos carriles bus existentes, que se suprimirán para evitar una afectación al tráfico del vehículo privado. Así, la nueva planta viaria para la avenida, que como se anunció mantiene el túnel, contará con dos carriles por sentido donde convivirán los coches con autobuses y taxi.
Los concejales de Urbanismo y Movilidad, Juan Giner y Jesús Carbonell respectivamente, expusieron a mediados de mayo el proyecto, cuya principal novedad es que mantiene el túnel. Una decisión sustentada en un informe que cifraba la supresión del viaducto en un sobrecoste de 19 millones o un retraso de tres años, ambos no contemplados en el proyecto inicial y que harían inviable la consecución de los fondos europeos solicitados. Así, explicaron que se ampliarán las aceras hasta los seis metros en total y se ubicará un carril bici segregado.
En ese sentido, lo que se eliminará será el carril bus por cada sentido que ahora existe. La concejalía de Movilidad arguye, en una respuesta al grupo municipal de Compromís, que se ha optado por esta decisión atendiendo al tráfico que hoy en día discurre por esta avenida, que se vería afectado si sólo se dejara un carril para el vehículo privado junto al carril bus. "La circulación sería forzada en hora punta", explica la delegación a preguntas de la coalición.
La respuesta explica que para diseñar la nueva planta viaria "se ha estudiado la movilidad en conjunto y se han repetido los cálculos de capacidad evaluando los niveles de servicio resultantes con las diferentes configuraciones posibles de plantas viarias" y, concluye, "los cálculos hacen descartar la solución de carril bus segregado" por el mencionado motivo.
En ese sentido, acompaña la exposición con una tabla de tráfico en los múltiples cruces de la avenida comparando la situación actual con la situación propuesta y otra hipotética con el carril bus segregado. La propuesta de dos carriles libres ya afecta a la fluidez en horas punta, y la del carril bus segregado tendría una mayor afectación tanto en dirección a Giorgeta como a Campanar, es el argumento empleado por la concejalía de Movilidad.
Al respecto, el concejal de Compromís y ex titular del área de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, criticó que el Partido Popular no disponga de un informe de la EMT sobre las consecuencias de la decisión para el funcionamiento de las líneas de autobús que atraviesan la avenida, como la conocida C3 (antiguas 89 y 90), una de las más utilizadas de la ciudad, y que se verán perjudicadas al tener que compartir carril con los coches.
En ese sentido, Grezzi aseguró que "la única salida que le quedó" a Movilidad par ampliar aceras sin afectar al tráfico privado "fue sacrificar el transporte público" e incidió en que "penalizará el funcionamiento de las líneas más potentes y usadas de la ciudad, que se mezclarían con el intenso tráfico que Carbonell pretende mantener en esta autopista urbana". Una decisión que, a su juicio, es "un ataque contra el transporte público y ningún técnico de la EMT lo avalaría".
"Una vez más el PP ha tomado su decisión sin contar con ningún informe técnico. Decían que iban a hacer todo con informes y han traído caos y decisiones personales y unilaterales", según el edil. Así, rechazó que la tabla de tráfico tenga "validez para analizar las consecuencias a largo plazo de la supresión de carriles de tráfico privado" y explicó que normalmente "el tráfico se adapta a la reducción de carriles como ya quedó acreditado en la misma avenida Pérez Galdós", donde tras la supresión de dos carriles hace dos años, se eliminaron 20.000 vehículos diarios.
