Las tractoradas que durante los últimos días se están produciendo por toda la geografía nacional han permitido difundir la dramática situación que sufre el sector primario en nuestro país. Igual que en el resto de los países de la UE, el sector agrario reclama soluciones estructurales que le permita mantener su actividad sin el inasumible lastre que suponen las numerosas y restrictivas normativas.
Las masivas movilizaciones han contado con el apoyo y comprensión de buena parte de la sociedad, más allá de los lógicos inconvenientes provocados por las retenciones de tráfico. Los ciudadanos han entendido el motivo del hartazgo de los agricultores y la necesidad de contar con un sector agrario potente que garantice una producción agrícola segura y de calidad.
"los partidos políticos deben pasar a la acción, sin excusas ni dilaciones"
La llamada de atención ha provocado que numerosos gobiernos europeos e incluso la propia Comisión Europea se estén replanteando las agresivas políticas medioambientales que castigan duramente la producción agropecuaria europea. Los incentivos para producir fuera de Europa (Marruecos, Egipto, Turquía) y favorecer acuerdos comerciales perjudiciales para el sector primario europeo dejan gran parte de nuestra alimentación en manos de otros países que tienen, en caso de que se controlen, normativas sanitarias mucho más endebles.
La crisis sanitaria y la guerra de Ucrania demostraron las consecuencias de una excesiva dependencia del exterior. La externalización de la producción de material sanitario de protección (batas, guantes, mascarillas, ...) provocó su desabastecimiento durante la fase más aguda de la covid-19, con las tristes imágenes de sanitarios con batas hechas con bolsas de basura. Por su parte la dependencia energética externa causó desabastecimientos y una extraordinaria subida de precios reduciendo la capacidad competitiva de la producción europea.
Las demandas del sector agropecuario ya son conocidas por todos: disminuir los costes de producción, modificar las restrictivas y burocratizadas políticas agrarias, evitar la competencia desleal de terceros países y reducir el desequilibrio de precios existente entre lo que recibe el agricultor y lo que paga el consumidor final. Se trata de reducir los precios de alimentos manteniendo una renta digna para los productores
La mayoría de las fuerzas políticas están siendo receptivas ante la situación de emergencia por la que atraviesa el sector primario, pero no terminan de concretar los necesarios cambios normativos. Por ello, 40 asociaciones agrarias de toda Europa, entre las que está la española SOS Rural, presentaron el pasado diciembre en Bruselas una Iniciativa Ciudadana para promover un cambio de la actual política agraria comunitaria.
"países de nuestro entorno ya están adoptando importantes medidas económicas y legislativas"
En paralelo, el pasado 29 de enero SOS Rural presentó en el Congreso de los Diputados una Iniciativa Legislativa Popular en defensa del sector primario. Reivindican la soberanía y seguridad alimentaria, garantizar el suministro de alimentos a precios razonables, el uso prioritario de las tierras agrícolas para el cultivo, la protección del regadío, la necesidad de un Plan Hidrológico Nacional que garantice el abastecimiento y la distribución del agua para todos y un plan integral contra la despoblación de las zonas rurales.
Los gobiernos nacionales y autonómicos tienen mucho que decir a la hora de promover cambios normativos que protejan el regadío, la ganadería y el mundo rural. Algunos países de nuestro entorno, ante la situación de emergencia agraria, ya están adoptando importantes medidas económicas y legislativas en apoyo al sector agropecuario.
Los agricultores se han movilizado exigiendo soluciones ante los graves problemas que amenazan su supervivencia y SOS Rural, recogiendo sus reivindicaciones, ha presentado una iniciativa legislativa para proteger y salvar el mundo rural. Ahora la decisión está en manos de los partidos políticos que deben pasar a la acción, sin excusas ni dilaciones. Se trata de salvar el campo y nuestra alimentación.