VALÈNCIA. La multinacional MSC ha decidido finalmente renunciar a la construcción de dos naves industriales en la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Puerto de València ante la parálisis en la puesta en funcionamiento de esta zona logística. Se trata de dos proyectos que iban a contar con una inversión cercana a los 90 millones de euros.
"Nos salimos por cansancio y agotamiento. No podemos seguir esperando. Al amigo y al caballo no hay que cansarlos", asegura Francisco Lorente, presidente de MSC España. No obstante, esta decisión no supone que abandonen ambas iniciativas, sino que desisten de acometerlas en la ZAL, por lo que ya buscan nuevas ubicaciones.
"Estamos trabajando la zona del área metropolitana de València, cerca del bypass y con conexiones a la V-30", señala. Su foco está puesto en Silla, Paterna o Riba-Roja, es decir, localidades con una distancia de hasta 15 kilómetros del recinto portuario valenciano. "Lo que no se puede hacer es jugar eternamente con la inversión privada, por lo que mantenemos nuestro interés en acometer ambos proyectos, pero en otra zona", remarcó Llorente.
Y es que la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Puerto de València se encuentra en el limbo administrativa y judicialmente. En 2022, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) anuló el Plan Especial de la ZAL aprobado por la Conselleria de Territorio en 2018. Y, desde entonces, está estancado.
De hecho, hace solo unas semanas que un juzgado de València admitía a trámite una demanda presentada por el colectivo ciudadano Per l'Horta que pedía la nulidad de la reurbanización de este polo logístico.
Una parálisis que ha propiciado el movimiento de la naviera que este mismo lunes comunicaba su decisión a la presidenta de la Autoridad Portuaria de Valencia (APV), Mar Chao.
En concreto, el Consejo de Administración de Valencia Plataforma Intermodal y Logística (VPI Logística), entidad pública que gestiona esta zona, adjudicó a MSC un suelo en el que iba a construir una nave de 20.200 metros cuadrados para carga en seco y otra parcela en la que su filial logística Medlog iba a promover una plataforma especializada en el transporte por contenedor en frío para congelados y productos refrigerados. Ambas con una inversión que rozaba los 90 millones de euros y que iba a generar cerca de 100 empleos.
La ZAL nació en 1998 mediante un acuerdo del entonces Ministerio de Fomento (a través de la sociedad estatal de suelo, SEPES), la Generalitat y el Ayuntamiento. La idea era crear un enorme polígono, de unas setenta hectáreas, que debía servir para actividades logísticas de mercancías marítimas, principalmente en contenedores. Nunca ha llegado a entrar en funcionamiento en este tiempo aunque en su día se defendió que era indispensable para el crecimiento del Puerto.
La propuesta generó desde el inicio un movimiento vecinal y ciudadano de rechazo y las expropiaciones provocaron incidentes en 2002 cuando las máquinas entraron a derribar algunas de las Alquerias de la zona afectada.
En 2013, el TSJCV dio la razón a estos colectivos y declaró nula la ZAL, una decisión que en 2015 ratificó el Supremo. Alegando que se trataba de una situación irreversible, en 2018 la Generalitat activó un plan para reactivarla, pese a que militantes de los partidos que componen el Botànic habían participado en las protestas para tratar de frenarla en su día lo que provocó fricciones internas.
La Plataforma ‘Horta és futur. NO a la ZAL‘ presentó un recurso contencioso-administrativo contra esa decisión sobre la base de que se había declarado nula que es el que en 2022 volvió a parar el proceso. Según la APV, esta zona supondría la creación de 188 puestos de trabajo directos y 1.330 indirectos. También cifraron la inversión realizada hasta ahora en 133 millones.