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mar abierto / OPINIÓN

Multinivel es desnivel

Foto: JESÚS HELLÍN/EP
3/08/2021 - 

VALÈNCIA. Les voy a confesar una cosa: cada vez que termino un artículo, me propongo no volver a mencionar a Pedro Sánchez en el siguienteMe hastía su vacuidad. Su política de reclamos publicitarios, mercadotecnia hiperactiva y esa frialdad tan (políticamente)  patológica. Es implacable con los demás, e impasible consigo mismo, incluso cuando, continuamente, se contradice. En su catálogo desplegable de baratijas cambiantes y efímeras, el ‘sálvese quien pueda’ siempre lo juega a su favor. Y a quienes no compartimos sus montajes, nos llama, allá donde va, oposición “virulenta”, término especialmente desafortunado ahora que “virus” es una palabra maldita.

Pero, por más que lo intento, no consigo apartarlo del teclado. Porque, una y otra vez, nos sorprende con nuevas ocurrencias. La (pen)última, lo de la “España multinivel”. Ya se sabe que hacer como que se inventan conceptos, ocultando lo que en realidad suponen, es recurso de embaucadores. Porque dirigen el foco a la pretendida invención, cuando, en realidad, lo que se pretende, es disfrazar el objetivo para hacerlo más digerible. O, directamente, irreconocible.

Ya explicaba Prat de la Riba, nacido en el último tercio del siglo XIX e icono entre ideólogos del nacionalismo catalán, que utilizar la ambigüedad del lenguaje es una eficaz herramienta para conseguir los fines: “Pusimos toda la nueva doctrina, omitiendo solo la terminología propia…. Bajo los nombres viejos hicimos pasar la mercancía nueva, y pasó…”. De eso se trata. De hacer una ‘envolvente’ con los conceptos para que ‘cuelen’ los objetivos.

Así que, queriendo ser rigurosa, he buscado en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, qué significa, exactamente, “Multinivel”. Primera sorpresa: la palabra no está entre las más de 88.000 del DRAE. O bien pensado, tampoco es tanta sorpresa, porque no hay nada más característico del PSOE sanchista que utilizar mensajes vacíos de contenido (y, desde luego, de eficacia).

A falta de significación literal, hay que encuadrar el término en el contexto. Y se justifica lo de la “España multinivel” en “dar encaje al autogobierno de Cataluña”. Pero, a renglón seguido, nos encontramos con una Conferencia de Presidentes, donde precisamente el que hay que encajar, ni aparece (y el del País Vasco, solo previo pago, ora en euros, ora en acercamiento de presos). Y al que, además, el Presidente del Gobierno recibe por separado en inmediata Cumbre Bilateral, con exigencias inminentes de recursos y competencias, entre las que están aeropuertos y puertos. Por cierto que, mientras en Valencia ERC, en comandita  ‘pagafantas’ con Compromís, está intentando frenar la ampliación de nuestro Puerto, el de Barcelona, para cuyo crecimiento incluso se desvió el río Llobregat, construye un nuevo muelle. Y no se oye a ningún nacionalista-ecologista cuestionarlo. Ni allí, ni aquí.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Foto: MANUEL LAYA/EP

Y yo me pregunto: ¿Como se puede predicar el multinivel cuando lo que se privilegia es la bilateralidad? Pues, claramente, porque para Sánchez y los agentes del procés, “multinivel” no es otra cosa que “desnivel”. Diferencia y desigualdad entre españoles. De modo que, para encajar a unos, desencajamos a los demás. 

Unos somos la España ‘pasapalabra’ de los 5 minutos de intervención y otros los de las Mesas Bilaterales. A unos ni se les contesta y a otros hay que dedicarles cumbres. El Sánchez que -con Puig de subalterno- quiere federalizar España, relega sin embargo  las Comunidades Autónomas a meras gestorías de los fondos europeos, sin permitirles decidir sobre su destino. Menos a algunas, claro. Multinivel, lo llaman. Y a los Ayuntamientos, ni eso. Pero PSPV y Compromís, callados.

El multinivel en realidad nos desarticula. Y, desde luego, no beneficia a la Comunidad Valenciana. Pero Puig, cada vez más ninguneado por Sánchez que, una y otra vez, le hace ‘la cobra’, se deshace en aspavientos pero vuelve sin hechos.

Y eso, a pesar de intentar agradar a Sanchez, y a su España multinivel, convirtiéndose  en atizador oficial de Madrid, lo que, lejos de conseguir más financiación, está atrayendo hacia la Comunidad que preside, la antipatía de los agentes de un territorio  con el que tenemos tantos vínculos e intereses. Eso sí: nunca habla del cupo vasco ni del desnivel que supone, cada vez más, el multinivel que pretende Sánchez para dar más autogobierno, y más de todo, a Cataluña.

Y mire, ya nos vamos hartando. Porque mucha retórica, pero ni financiación, ni vacunas, ni test, ni deuda histórica, ni agua, ni infraestructuras, ni derecho civil que ni siquiera cuesta dinero.

Además, dicen Sánchez, Puig o el catalán Aragonés, que lo de la España multinivel se propone para “armonizar”. Y, de nuevo, el diccionario les desmiente: porque armonía significa equilibrio, proporción, correspondencia entre las distintas partes de un conjunto. Y eso es justo lo contrario al multinivel. Que es -a estas alturas lo saben ya-oficializar el desnivel.

Así que, vuelvo a cerrar el artículo con el propósito de no tener que mencionar a Sánchez a la vuelta. Veremos. Entretanto, tengan el mejor verano posible. Y, sobre todo, cuídense. Que quiero que sigan por aquí en septiembre. 

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