CASTELLÓ. Los 25 no es una edad fácil. Supone cumplir un cuarto de siglo y el solo hecho de mencionar esta última palabra ya da un escalofrío por todo el cuerpo. Es una edad para empezar a reflexionar, porque quizá eres demasiado joven para según que cosas pero también la vida urge respuestas maduras de ti. El FIB no es el más novicio de los festivales que hay ahora mismo en el calendario estival, de hecho, dobla la edad de la mayoría de ellos. Sin embargo, esta, la edición de su aniversario está siendo la más cuestionada de todas.
El propio director del Festival Internacional de Benicàssim, Melvin Benn, hacía autocrítica antes de arrancar su celebración reconociendo que la propia estructura del festival urgía "apretar un botón de refrescar" para convertirlo en rentable y aspirar a otro cuarto de siglo más. Si bien, la deuda que tenía el FIB ya quedaba saldada, la venta de entradas ya susurraba que el impacto del evento de Benicàssim iba a ser mucho menor que el de otros años. Se nota en las colas, en las zonas de aparcamiento o en la vip (donde no han habido apenas famosos esperando ver a los otros famosos). La llegada de los fibers ha ido así in crescendo conforme pasaban los días. El jueves fue el más flojo, debido a que este año solo había abierto un escenario; en el viernes ya se notaba más calor por actuaciones como la de Lana del Rey; y entre el sábado y el domingo es cuando se espera el gran salto.
Con todo ello, es evidente que el FIB languidece pero, eso sí, todavía resiste y con actuaciones estelares. Para este sábado la organización esperaba más de 25.000 personas. Una cifra que corresponde principalmente a deseados nombres en su cartel como son Blossoms, banda de indie rock que causa gran sensación entre el público inglés; los veteranos Kings of Leons que visitaban por tercera vez la ciudad; o artistas más nacionales como son Carolina Durante, los vizcaínos Belako o La Zowi con sus 'beats' pegajosos y sus letras bastante explícitas.