VALÈNCIA. La Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana (JOGV), dependiente del Institut Valencià de Cultura (IVC), cambia de modelo para elegir a la persona que dirija la formación. Desde su fundación a finales de los 90 hasta 2017, la JOGV estuvo bajo la tutorización de Manuel Galduf. Desde entonces, han pasado hasta tres directores más.
En este contexto de inestabilidad, el último fue Ricardo Casero, que fue contratado para una temporada, desde agosto de 2024 hasta el encuentro de primavera de este año. Ahora, la idea del IVC es dejar atrás el modelo de que una persona esté al cargo de la formación durante todo el curso curso en favor de directores invitados en cada encuentro —la actividad de la formación se basa en tres encuentros, en invierno, primavera y verano.
Según explica el ente, con este cambio se busca “favorecer, ampliar y mejorar la experiencia de cada uno de los músicos que conforman la JOGV”. Así, el director musical será seleccionado “según los diferentes repertorios o proyectos musicales que se aborden en los diferentes encuentros. Esto permite a los jóvenes músicos tener la oportunidad de aprender, a partir de distintas formas de trabajar y dirigir, y ampliar una experiencia musical enfocada a la profesionalización”.
En este sentido, la intención del IVC es combinar perfiles locales e internacionales para que el proyecto cuente con las dos dimensiones. El ejemplo lo ponen en el pasado encuentro de julio, que contó con el director búlgaro Edmon Levon, especializado en la dirección de jóvenes orquestas y “ha sido un éxito de participación por parte de los jóvenes, así como de parte de la audiencia que, llenó el aforo de los cuatro conciertos celebrados en Castellón de la Plana, Alicante, Valencia y Chiva. El éxito también se puso de manifiesto con el nivel de ejecución de la orquesta alcanzado en este último encuentro, que gozó con un complicado repertorio que incluyó la sexta sinfonía de Chaikovski”, resume la subdirección de Música del IVC, desde hace unos meses a cargo de Beatriu Traver.
De esta manera, la elección de la dirección continua siendo discrecional, aunque ahora será de manera temporal y por proyecto. Esto, según fuentes oficiales, abre también la puerta a poder contratar perfiles de mayor nivel, que no pueden comprometerse una temporada entera pero sí durante un periodo de tiempo menor.
Cambio tras la polémica con Ricardo Casero
Este giro de timón se da después de que el penúltimo director (el anterior a Levon) se rebelara contra la propia institución. Ricardo Casero entró por la puerta grande con un contrato de agosto a diciembre, prorrogable seis meses más y con la intención de impulsar la JOGV.
Con su llegada también se anunció la creación de la JOGV+, un proyecto paralelo “para preparar a los jóvenes músicos para su incorporación al mundo profesional real”. La cancelación inesperada y a última hora de la producción que estaban ensayando los músicos seleccionados tensionó la relación entre Casero y el ente, hasta el punto que el maestro pidió abiertamente la destitución del director general, Álvaro López-Jamar.
Además, tal y como publicó este diario, Casero fue elegido de manera discrecional (como el resto de sus antecesores) tras haber participado en el comité de selección que eligió a López-Jamar. Además, guardaba una vinculación familiar con el entonces subdirector de gestión del IVC, Marcial Díaz.
A pesar de que se esperaba que Casero agotara su contrato hasta agosto, el IVC solo prorrogó su contrato hasta la finalización del encuentro de primavera. Ahora, el ente quiere huir de las polémicas y apuesta por contrataciones temporales de directores de prestigio. No habrá una figura que de le estabilidad a la JOGV, pero sí un modelo a seguir que tal vez aporte a la formación otras ventajas.
