VALÈNCIA. Toda buena hija de la década de los 2000 soñó, como mínimo una vez en la vida, con tener una vida como la de Hannah Montana; una cantante que, cuando se quitaba la peluca rubia, se convertía en Miley Stewart, una adolescente americana “corriente y moliente” con amigos, dramas e intereses amorosos un tanto cuestionables. Su historia duró cuatro temporadas, pero su historia se quedó en el imaginario colectivo para siempre. Esta idea pareció recalar especialmente en algunas artistas valencianas que han trabajado con alter ego de manera paralela a sus proyectos, un juego en el que ellas mismas son la cara A y B de un mismo vinilo.
Para comprender esta manera de crear, Culturplaza conversa con La Maria, Jimena Amarillo y Chlöe’s Clue, tres artistas valencianas que han nacido con alter ego y que se han puesto a cantar y crear siendo varias personas dentro de una misma. Un ejercicio muy complejo que demuestra su capacidad para convertirse en personaje y saber disfrutar de la música desde sus diferentes facetas.

- Jimena Amarillo junto a Angélika -
- Fotos: JUDITH MELSIÓ/HAIZEA OGUETA
En el caso de Jimena Amarillo, el reto se lleva al extremo a través de su personaje Angélika, que da nombre a su nuevo disco y que le ayuda a perfomar -aún más- con “su persona”. Como en sus conciertos y su proyecto musical ya ha ido a todo tipo de extremos, ha pensado que para este nuevo disco -publicado el pasado 9 de mayo- podía trabajar con “un muñeco gigante y feo” que le hiciera sentir más acompañada sobre el escenario. Entrando a su terreno, el de los “muñecos”, da a luz a Angélika para que se libere de las presiones de la industria y haga lo que ella no puede.
“Me gusta desdoblarme a través de un cabut para poder experimentar con quién soy y como es mi trabajo. Cuando me subo con Angélika al escenario, soy capaz de hacer cosas que antes no me habría imaginado y me ayuda a hacer un rebranding de mi proyecto a algo más madurado”, explica Jimena. Para ella este trabajo sigue teniendo un estilo “divertido” en el que ha ido las cosas como le han ido naciendo para separarse de la idea preconcebida sobre ella misma.
“Soy una artista que trabaja por impulsos y que tiene varias Jimenas dentro. No soy la misma persona que pegó el boom hace años con los primeros temas porque ahí era muy pequeña y no estaba madurada del todo. Quiero dejar un poco atrás el indie y el pop y poder trabajar en un nuevo concepto”, explica Jimena, quien tiene claro que por muchos cambios que haga en su proyecto su target siempre seguirá siendo el mismo: “lesbianas locas, porque no me ando con tonterías”.
Su personaje Angélika le sirve para “volverse loca”, hablar de nuevos estímulos y rarezas y desplegar su arte para hablar de amor, desamor, amistad y fiestas entre sus letras. “Noto que hago el disco en mi propia jerga y eso me encanta, sé que escribo canciones que no todo el mundo entiende y hay temas que han salido de forma muy natural, hasta en menos de media hora en algunos casos -ríe- es un disco para mi gente, mis amigos y mi círculo”, al que siempre le revelaría que hay una Hannah tras la Miley.
Hay quienes hacen esta “división” desde un terreno más emocional, como es el caso de la cantante La Maria, quien en su último trabajo plantea una historia de superación a través de sus canciones: “Se trata de mi disco más emocional y en el que quería hablar de La Robina con un símil con el rubí, una piedra preciosa que representa la belleza dentro de la naturaleza y que me ayuda a hablar de la vida a través de esta metáfora”.
Para ello construye un álbum en el que La Maria es la piedra base que se va puliendo y da forma más adelante a La Robina y conforme se van descubriendo sus capas salen sus canciones. “Es una idea que me ayuda a hablar de la ruptura y lo que hay después del enamoramiento, ese vacío. Con este proyecto me centro en los procesos y en la parte más invisible de las historias”.
En su caso, La Robina nace del planteamiento del contexto de su álbum, y de tener que comprender las partes en las que se divide su proyecto con el que pone música al “sufrimiento y la tristeza”. “Este concepto me sirve para darle forma al duelo y hacerlo más presentable, me interesa tomarme mi tiempo para generar un disco y trabajar en contra de los ritmos acelerados de la industria en un proyecto que de alguna forma se divide en quien soy en mi luto”.
“No solo es un disco que habla sobre la salud mental sino que en su proceso se aplica a lo que le cantamos, no se podía hacer de forma acelerada o sin atender a las dos partes de quien soy”, apunta la artista, quien se desdobla en persona y personaje para encontrarse en su intimidad más absoluta.

- La Maria -
- Foto: LURDES BASOLI
Por su parte, Chlöe’s Clue es la cantante que vive dentro de la artista valenciana Raquel Adalid, quien comprende este proyecto artístico como su “gemela que se quedó más tiempo y la incubadora”: “Chlöe’s Clue y Raquel son complementarias, pase lo que pase viven dentro de mí y son dos pilares clave en mi vida. Mi proyecto artístico me sirve como un colador de las emociones y de la vida porque a Raquel le cuesta más estar triste o enfadarse, pero Chlöe se permite ser dramática”. Comprendiendo a Chlöe como un catalizador de sus emociones, ha publicado Jolín, el primer single de su próximo EP Nanas Para Adultos en el que a través de teclados infantiles y algunos sintetizadores le canta a un amor “provocativo e infantilizado” mientras se enfada un poco con quienes le rodean.
“Con Chlöe creo un personaje que se enfada y es un poco más puñetero. En este nuevo EP soy muy franca con lo que cuento y mi proyecto se vuelve más franco y cotidiano con lo que soy. Los temas recalan en la belleza de lo obvio y la música me sirve para hablar de una forma muy despechada y poco maquillada de mis emociones”. Con su gemela Raquel se permite hacer el ejercicio de rascar en las situaciones cotidianas de su vida y hacerle un himno a sus “quejas más tontorronas” mientras se toma la vida menos en serio. “Muchas de las cosas que me rodean merecen una canción y me encanta verlo y elevarlo. Le canto a lo sencillo y a mi cotidianidad”.
Por su parte, contempla que la idea de generar un personaje con el que contar sus emociones le sirve también en un momento en el que siente que tiene dos vidas: desdoblada entre dos ciudades, en un momento de madurez muy especial y con toda la vida por construir. “Quiero abrazar mi proyecto y darle espacio y cariño por lo que ahora estoy 100% enfocada en Chlöe. La he metido en una cuna y le voy a dar el mejor biberón que le pueda dar”.
Tanto Chlöe's Clue, como Jimena Amarillo como La Maria abrazan, a través de la música, a ese pequeño alter ego que vive dentro de ellas, que les permite experimentar una vida increíble sobre y bajo el escenario y que les lleva a unas composiciones en las que todos sus “yoes” se dan la mano, y se escucha a través de la música aunque de momento no se televise.