VALÈNCIA. Ocultarse, no ser descubierto hasta el final y conseguir distraer a los que "persiguen". Las normas del escondite parecen sencillas, pero no todo el mundo sabe jugar bien a este juego infantil. No es lo mismo resguardarse en un bosque, que en una casa o en un espacio más grande como un palacio. También hay lugares perfectos para jugar: como los laberintos, y otros absurdos cómo podría ser un desierto, aunque todo depende de la suerte del que se oculta y de la astucia de quien le busca.
El escenario de Les Arts se convierte -del 3 al 15 de octubre- en el escondite perfecto para Manon Lescaut, una joven a la que su familia decide enviar a un convento pero cuya vida da un giro de 180º cuando conoce al caballero Des Grieux, del que se enamora perdidamente y con quien decide huir para poder vivir su historia de amor.
Esta protagonista es la encargada de dar el nombre a la ópera de Manon, que abre la temporada en la Sala Principal de Les Arts con la propuesta escénica de Vicent Huguet para la Opéra national de Paris. Lo hace con una ópera en cinco actos y seis escenas -que dura casi cuatro horas, con dos pausas de veinticinco minutos- en la que se juega entre la Grand Ópera y la Ópera-Comique. Se hace con partes cantadas y dialogadas que cuentan la historia de la joven Manon, interpretada por la excelentísima soprano Lisette Oropesa a quien le acompaña Chales Castronovo interpretando a su amante: Le Chevalier des Grieux.
Esta producción, de la Opéra national de Paris, cuenta la historia de “vida, muerte y redención” de una joven que no quiere enclaustarse en el convento, y que descubre que hay una vida más allá gracias al amor. Todo sucede por culpa de un flechazo que tiene en la estación de tren, en la que escapando de la tutela de su hermano, el militar Lescault -interpretado por Carles Pachon- se fuga con Le Chevalier des Grieux.