Música y ópera

LA XICA TRAS MARINA BOLEA

Rave, folklore y tradición: ‘La Xica’ le canta a la València más alternativa

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“La nena” es uno de los cientos de nombres cariñosos que muchas abuelas ponen a sus nietas. Es una forma de hablar de esa niña pequeña que poco a poco va creciendo y labrándose su propio camino. De pequeña la violinista y cantante valenciana Marina Bolea siempre fue “la xica”, un nombre que le pusieron sus tías y que la situaba en el mapa dentro del pueblo. Volviendo y honrando a sus orígenes, ahora publica La Xica I, su primer lanzamiento musical con el que arranca su carrera individual como artista fuera de la banda Maluks.

Con trazas de folklore y tradición, Bolea mezcla los tonos más tecno y raveros con letras con las que le canta al amor, al crecimiento, a la familia, a las amistades y con las que escribe los primeros cimientos de su nuevo camino: “La Xica funciona como un alter ego que me representa y que separa mi trabajo. Engloba a las personas que me quieren y me ayuda a conformar una nueva imagen. El proyecto nace de una forma muy natural y orgánica, de escuchar la música que me rodea y de experimentar con mi historia y con las melodías”.

Entre sonidos tradicionales en los que los violines y la electrónica se unen a la carrera, Bolea presenta tres temas que mezclan “pop electrónico, experimentación sonora y conexión con la cultura popular”. Lo hace con los temas Amagatall, Tarongina y Endimonià, una canción en la que directamente se introduce en un espectáculo de correfocs reinterpretado con cuerdas. “Con este primer lanzamiento muestro la primera cara de un proyecto que está compuesto por muchos contrastes, en La Xica busco mostrar algo diferente y que rompe un poco con los moldes de la industria”.

Lo hace con la producción de Jota Terranegra, gracias a las mezclas de Antoni Laguna y con la masterización de Víctor Llinares. Además, este trabajo cuenta también con la participación de un cuarteto de cuerda de la Orquestra Filharmònica de la Universitat y con el laúd del multinstrumentista Hèctor Peropadre. Todos ellos ayudan a Bolea a brillar a través de su voz con un proyecto en el que habla sobre su herencia entre las calles del pueblo y en el que evoca al imaginario valenciano entre acordes únicos.

“Canto sobre el amor y sobre la vida, viajo también a las fiestas de los pueblos en las que hay demonios y personajes mágicos que se ocultan en la noche. Me interesa contar esa parte de la cultura popular valenciana mientras presento mi propio imaginario. Hay canciones que hablan también sobre la noche y sobre la liberación, mis temas hablan de lo que me inspira”. Y dándole un toque único, La Xica, como siempre conocieron por el pueblo a Bolea, vuelve a las calles para jugar con los otros niños y niñas mientras baila al son de sus propias melodías. Una fiesta por la tradición que suena con mucha fuerza.

  • La xica en Amagatall 
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