VALÈNCIA. El Palau de Les Arts inicia su 20º temporada por todo lo alto, volviendo al primer plano de las óperas europeas. El teatro valenciano estrena esta semana una nueva co-producción, acompañando a la Scala de Milán, la Staatsoper Unter den Linden de Berlín y el Teatro Real de Madrid.
Pero el nuevo Faust se verá por primera vez en València. Tal vez por eso su director de escena, el alemán Johannes Erath, quiere mantener contados los detalles antes de su primer pase. Al menos, tenemos los datos: más de 200 artistas, músicos y técnicos implicados, 18 toneladas de escenografía y más de 150 piezas vestuario.
“Con Faust, València vuelve al circuito de las grandes producciones”, resumía ayer el director artístico de Les Arts, Jesús Iglesias Noriega. Lo hace, además, con un título icónico en el que “tanto todos los intérpretes como el coro tienen momentos de gran lucimiento y que son reconocibles por el público”.
Para este estreno por todo lo alto, Faust cuenta con la gran promesa de la dirección musical Europea: Lorenzo Viotti —en su currículum ya se nombran formaciones como las filarmónicas de Berlín, Viena y La Scala, Concertgebouw de Ámsterdam, Staatskapelle de Dresde o la Orquestas de Cleveland—, en la primera vez que toma la batuta para dirigir una ópera en España.
Para el elenco, Faust cuenta con un trío de intérpretes que asegurarán aplausos: por un lado, Ruth Iniesta, que sigue forjando una relación prolífica con Les Arts en su sexta visita al teatro valenciano —en este caso, poniéndose en la piel y voz de Marguerite, auténtica protagonista de la historia.
El tenor peruano Iván Ayón-Rivas canta el papel de Faust, con el que ya es familiar y con el que ha recibido el calor del público, por ejemplo, en La Fenice de Venecia. Finalmente, el barítono italiano Alex Esposito, habitual en los repartos de los principales teatros del circuito, cierra la terna protagonista como Méphistophélès.
A ellos se les suman Ekaterine Buachidze (Siebel), Florian Sempey (Valentin), Bryan Sala (Wagner) del Centre de Perfeccionament de Les Arts, y Gemma Coma-Alabert (Marthe). Pero también el Cor de la Generalitat y un elenco de circo. Ciertamente, una producción en mayúsculas para Les Arts.

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- Foto: MIKEL PONCE / LES ARTS
Creer o no creer
Fue el director de escena de esta nueva producción, Johannes Erath, el que se presentó ayer en la rueda de prensa para defender su propuesta. Una mirada que destaca la dimensión existencial y teológica de Faust.
Desde el principio de la historia, “Fausto es un hombre mayor con miedo. Piensa incluso en suicidarse. Y, aunque se considere ateo, al reclamar a Mefistófeles asume indirectamente la existencia de Dios”, explicó.
“Siempre explicamos lo nuestro a través de nuestro contrario”, añadía. Y es que su propuesta ciertamente busca mantener esa dualidad entre Dios y el diablo, entre la resistencia de la bondad y la decadencia del narcicismo.
Para Erath, la historia está marcada por el movimiento centrífugo de los personajes, que muestra cómo Fausto, en su obsesión por rejuvenecer, provoca catástrofes a su alrededor sin apenas expresar compasión. “Todo aquel que se acerca a él queda arrastrado por ese vacío que no quiere tocar”, señaló Erath. Y eso, claro, tiene una lectura contemporánea: “Parece que hoy no tenemos derecho a envejecer con dignidad. Hay que empezar a reconocer que cada etapa tiene algo positivo. La vida es así, no podemos abarcarlo todo”.
En contraste con Fausto, el personaje de Marguerite se convierte en el verdadero eje dramático. A lo largo de la ópera, irá ocupando cada vez más espacio, hasta relegar a Fausto a un papel secundario, que “muere sin haber aprendido nada, mientras ella encarna la dicotomía con el diablo”. También
La producción juega con imágenes de circo, marionetas y fiestas populares. “Los acróbatas, discípulos de Mefistófeles, tienen un peso importante. El coro representa las almas del pasado, recordándonos que la suerte ya está echada”, describió Erath.
Aunque se han desvelado pocos detalles de la escenografía, sí se sabe que el contexto será difuso, incluyendo varios siglos en el mismo título. Preguntado, en todo caso, sobre su propuesta contemporánea, el director lo tiene claro: “Vivo en el siglo XXI y hablo de lo que conozco, pero los problemas humanos no cambian. Los siglos pasan y seguimos sin aprender. No se trata de actualizar por actualizar, sino de hacer más elocuente la obra”.
Faust, de Gounod, se representa el 3, 5, 8, 11 y 15 de octubre.