Vanesa Martín hace tiempo que se hizo un hueco en la escena musical española y ya nadie la baja de ahí. Su pureza, su sinceridad en cada canción, la convierten en una artista que desprende un magnetismo especial. Ahora se encuentra de gira con un disco, Casa mía, en el que se reinventa sin perder su esencia. La artista estará girando por toda España y, en concreto, por el Levante español estará el 10 de julio en Valencia (Conciertos de Viveros), el 25 de julio en Alicante (San Juan, Noches Mágicas) y el 16 de agosto en San Pedro del Pinatar (Festival Sal de Música).
Reconozco que cuando escuché este nuevo disco tuyo, Casa Mía, que salió el 23 de mayo, me rompí un poco la cabeza porque es un disco muy valiente en el que te atreves con todo. Ahora comentaremos un poco, pero hay de todos los estilos que te puedas imaginar y tu voz encaja muy bien. ¿Tenías esa idea de componer estos temas, de romper esquemas, para lanzar este álbum?
Me encanta que me digas esto porque ha sido, por mi parte, un riesgo. Reconozco que en algún momento he sentido vértigo, pero sí es cierto que es la música que yo hago normalmente. Quiero decir, el pop rock que yo venía haciendo y que, por supuesto, también está presente en este disco, me encanta, pero yo después hacía música muy variada. Yo mezclo siempre mi presente musical, digamos, lo que escucho, lo que me va calando, con mi pasado, con la música que vengo escuchando y vengo haciendo desde siempre.
Últimamente, en los últimos años, me vi, sin darme cuenta, en una inercia y sin ser consciente estaba haciendo pop rock todo el rato porque teníamos que ir a unos medios concretos. Adoro al equipo humano de mi discográfica anterior, Warner, pero al final cada discográfica tiene una línea editorial.
Y entonces, con este cambio de discográfica y demás, pues Jesús López, el presidente de Universal, que es el museo de España y Latinoamérica, recuerdo que en casa me dijo: “Mira, yo quiero a la Vanesa de la raíz, a la Vanesa de la identidad, a la Vanesa que yo sé que está ahí, porque yo te llevo estudiando un montón de años y te he visto, y te he visto en ocasiones, no en la industria, sino en privado, a lo mejor en alguna fiesta, en algún amigo en común y demás. Entonces, siéntete con total libertad de hacer”.
Y ahí me voló la cabeza a mí, porque dije, “ay, Dios mío, por favor, lo que me ha dicho este hombre, qué locura”. Y claro, yo que soy una persona muy curiosa, muy inquieta y que me encanta mezclarme con otras culturas… Tú imagínate mis viajes en la gira a Latinoamérica, cómo yo me impregno de la cultura mexicana, me impregno de, pues, un poquito de la colombiana… Voy cogiendo un poquito de aquí, un poquito de allí.
Tenía clarísimo que no quería sentirme disfrazada ni como decimos comúnmente, de una manera así coloquial, “pisar los regaos”. Yo no quiero meterme donde no pego, no quiero disfrazarme de nada ni de nadie. Entonces, le pedí a mi equipo tiempo. “Necesito tiempo para este disco, porque quiero probar muchas cosas y necesito tiempo para equivocarme también, si de repente tengo que reestructurar y cambiar alguna canción”, les dije. Entonces, necesitas tiempo. Exhibí 42 canciones, de las cuales quedaron 12. Imagínate los 30 dolores de cabeza, terrible. Pero, bueno, yo creo que todas las canciones tienen un momento para nacer y un momento para brillar como las personas.
Resultaron estas 12 canciones. Yo quería un productor, además, que mezclara un poco esos dos mundos que te digo, la vanguardia y lo clásico. Casta ha sido increíble en esto. Me ha permitido jugar con elementos nuevos que yo no tenía trabajado, ni por asomo, como el auto tune.
El auto tune utilizado como un instrumento más, como un complemento. En el que cambiamos la escala de mi voz y le ponemos una serie de efectos y parece que es un chico el que está cantando. Son referencias de artistas que yo admiro y que escucho, como Billie Eilish, Miley Cyrus, como Rihanna. Y mezclado también, pues, con Carín León, con Natalia Lafourcade. Mezclar lo más de vanguardia, digamos, con la parte también más pura y más clásica. Y de ahí ha resultado este disco, de ese viaje y de esa búsqueda y esa conexión o reconexión, mejor dicho, con mis raíces y con mi identidad.
Lo que hablabas ahora de que hay momentos que tu voz parece la de un chico, en 60s.
En general este disco tiene una estética muy sesentera. Sabes que en los años 60 fue la revolución urbanística, feminista, de sonidos también, la que rompió con un montón de clichés. Y bueno, y este disco tiene un poco esa filosofía, ¿no?
Yo estaba escuchando esa canción y pensaba que en 60s era una colaboración
Es que en Universal, cuando vinieron al estudio a escuchar el 80% del disco, que ya lo teníamos prácticamente avanzado, habíamos dicho que en este disco no había ninguna colaboración. Y entonces, surgió la colaboración con Joaquín Sabina. Somos grandes amigos y somos como familia.
Y surgió de una manera muy orgánica y muy... muy bonita, muy especial, y para mí es un regalo caído del cielo. El caso es que, de repente, están escuchando el disco y cuando escuchan 60s me miran. Toda la gente de Universal que vino del estudio me miran y me dicen: “¿Con quién estás cantando? Habíamos dicho que no iba a haber colaboraciones. Y únicamente habíamos dicho que sí a la de Joaquín”. Y yo...Soy Vanesa.
Todos los temas son muy reflexivos. Hay frases como “No dejes que el orgullo se anteponga a tu manera de vivir” o “Cómo puede ser que te haya recorrido hasta el ombligo y ahora dos besos sin más”. Lo que te habrás ahorrado en terapia (risas).
(Risas) Pues mira, la verdad es que sí. Hay una frase que yo creo que resume muy bien mi manera de entender la vida, que es “callo más por lo que amo que por miedo a qué decir”.
La verdad es que para mí la música es terapia. Y simplemente... Yo a todos mis amigos e incluso a mi familia siempre les digo escribir cuando tengáis momentos de confusión, de no saber para dónde tirar, de tomar decisiones, de vértigo, de vulnerabilidad. Escribir, porque da igual. Simplemente con el ejercicio ya de llevarlo a un papel, bueno, o a un ordenador, ya con eso ya estás de alguna manera poniéndole claridad a tus ideas y a tu dirección. Entonces hay que escribir.
Imagínate ya si lo haces... Yo escribo desde las vísceras, desde las extrañas, desde el estómago. Tú debes escribir desde lo más profundo de tus entrañas, desde tu dolor, desde tu alegría, desde tu pasión, desde cuando estás revuelta para bien o para mal. Entonces procuro ser honesta y después cuando lo llevo a un estudio de grabación y empiezo a arreglar las canciones, pues procuro evolucionar y meterme en esa vanguardia que me fascina y que me saca de mi zona de confort también.
Dices que nunca buscaste gustar sino ser. ¿Cómo se conjuga eso en una profesión como la tuya, la de artista, la de cantante, que vive de gustar al público?
Bueno, pero no eres dependiente de eso. Porque yo sabía que este disco, por ejemplo, a alguna gente, a algunos seguidores míos de toda la vida, el tema del auto tune precisamente, como que ha levantado muchas ampollas. En las firmas de discos que hemos hecho estos días, ya me han dicho, “yo al principio detestaba esa canción, pero ya la estoy entendiendo y me están cantando”. Cuando empiezo, llevo dos conciertos ya de la gira, cuando empieza esa canción, la gente la aplaude como diciendo, ¡Ah, ¡qué bien! ¡Digo “qué fuerte!” Cuando te sales de la zona de confort, al principio provoca como una especie de rechazo en la gente más purista, que te sigue y después, sin embargo, se convierte también como que van evolucionando conmigo poco a poco y eso me encanta. Es necesario.
Te leí en una entrevista hace unos cinco años que necesitabas gestionar mejor el halago. ¿Lo llevas ya mejor?
Yo soy una tía, aunque no lo parezca, tímida. Entonces, yo siempre que me alaban de más o algo, empiezo, “¡gracias, gracias, gracias, gracias! Es que no sé ni qué... A ver, ¿cómo te digo? Soy una persona que hace música, que tengo la suerte de dedicarme a lo que amo, que la vida me ha dado mucho más de lo que yo jamás hubiera imaginado. Yo estudié pedagogía y magisterio de música. Yo no he sido una niña que desde chiquitita ya decía quiero ser artista. Yo tenía mi guitarra desde los seis años. A los doce años empecé a escribir mis primeras canciones, pero yo tenía claro que yo tenía que estudiar y probablemente terminar trabajando en un centro educativo. Sin embargo, la vida me ha dado la vuelta y me ha dado mucho más de lo que yo soñaba.
Una carrera internacional. De repente me recorro a España con mis discos, con mi música, con la gira, que es increíble. El concepto nuevo que hemos preparado ha sido una evolución. Es de locos. La verdad es que estoy feliz y por suerte la gente lo está disfrutando un montón. Y es un cambio sustancial con lo que venía haciendo. Sin perder identidad. De repente tienes que aprender a sostener ese halago cuando tú en el fondo eres una tía tímida. Por suerte mis padres no son unos padres que... A mí mucha gente me pregunta ¿Cómo mantienes los pies en la tierra? En mi familia es muy fácil mantener los pies en la tierra porque ellos tienen cero tonterías.
Además, yo soy una tía muy de raíz y muy de la naturaleza, de los pequeños detalles. Entonces, cuando tú estás tan conectada con la tierra y con esos pequeños detalles, con esos pequeños logros y valoras todo tanto, es imposible que levantes medio centímetro. Es imposible porque estás ahí anclada y te gusta ese anclaje de la tierra, de la naturaleza salvaje.