VALÈNCIA. La octava edición del Atomic Art tendrá lugar el próximo sábado 18 de octubre en La Rambleta. El encuentro multidisciplinar impulsado por Redacción Atómica se consolida así como una de las citas imprescindibles de la escena cultural valenciana. Con una vocación transversal desde sus inicios —cuando los conciertos se entrelazaban con la ilustración en espacios como la Fábrica de Hielo o Convent Carmen—, este festival ha ido incorporando nuevas disciplinas hasta conformar un espacio donde confluyen música, artes visuales, literatura, cine o moda. Tras tres ediciones en el Teatre El Musical, este 2025 el Atomic Art cambia de sede y se traslada a La Rambleta, en el barrio de San Marcelino, donde despliega una programación ininterrumpida desde las 17:45 de la tarde hasta la madrugada.
Al cartel conformado por Chancha Vía Circuito, Pumuky, Alba Morena y Neowarras se suman: La Antigua Fe, el proyecto de pop electrónico de Rafael Antón y José Aguado. Tras varios singles que funcionan como un exorcismo emocional, la banda presentará parte de su próximo trabajo Nuevo astro que surge, donde exploran texturas más abiertas y melódicas y Viriato, un trío valenciano de sonido contundente, que combina descaro y distorsión en sus temas propios y versiones de clásicos como Talking Heads o Novedades Carminha. Los DJs Hayapazz y MLCM, que completan la programación con sesiones que expanden el pulso electrónico hacia nuevos territorios sonoros.
Entre los nombres que forman parte de la edición 2025 destaca Chancha Vía Circuito, el proyecto del productor argentino Pedro Canale, referente en la fusión entre ritmos tradicionales latinoamericanos y electrónica contemporánea. Por su parte, la banda tinerfeña Pumuky, liderada por los hermanos Jaír y Noé Ramírez, presenta en València su quinto álbum, No sueltes lo efímero, un regreso a su característico slowcore de intensidad contenida. La programación también cuenta con la voz de Alba Morena, cantante y productora de Salou cuya propuesta mezcla pop electrónico, flamenco y experimentación vocal. Su nuevo EP, Trámite, la consolida como una de las artistas emergentes más personales de la escena estatal.
El cierre de la jornada corre a cargo de Neowarras, el colectivo fundado por Yasmina Elkak que combina electrónica de vanguardia y activismo, generando sesiones donde la música se convierte en un espacio de comunidad y celebración. Concretamente, el Atomic Art cuenta con TakeOver con Saya, DJ, productora y activista antirracista con raíces palestinas. Nacida en Santiago de Compostela y afincada en Oporto, combina la música con la producción y la curaduría cultural, además de disciplinas como la fotografía, la videografía o la experimentación sonora mediante field recordings. Fundadora de la plataforma colectiva Zamaan, que centra voces árabes, queer y BIPOC de la región SWANA y la diáspora, Saya entiende la pista de baile como un espacio de resistencia, con sesiones que oscilan entre la batida, el Arab club, el gqom, el rave funk o los hard drums. Su propuesta, profundamente política y estética al mismo tiempo, convierte la creación artística en un altavoz de memoria y lucha.
Un festival multidisciplinar
La propuesta multidisciplinar se amplía también en el terreno expositivo con “Palimpestos”, muestra de la ilustradora valenciana Valentina Maleza. Además, como cada año, el festival cuenta con un market artesanal formado por artistas locales, que se desvelarán en las próximas semanas, consolidando esa mirada plural y comunitaria que caracteriza al Atomic Art desde su nacimiento. Y es que, si hay algo que define al festival valenciano es que se trata de un espacio donde lo artístico sirve también como altavoz. Una celebración que reivindica lo colectivo y que visibiliza y cuida. Lo ha hecho desde sus inicios y este año lo hace con más contundencia, apostando por artistas con una visión crítica y un espíritu combativo. Voces que no rehúyen lo incómodo, que cuestionan, que interpelan y que, desde sus propuestas, entienden la música y la creación como herramientas de resistencia y transformación social.