Nacho Casado, 'Verão' de bossa novísima entre palmeras

ELCHE.- La Familia del Árbol eran Pilar Guillén (Elx, 1977) y Nacho Casado (Elx, 1976). Con sus dos discos, La Montaña y el Río (Mushroom Pillow, 2011) y Odisea (Cydonia Records, 2015), se convirtieron en la revelación del folk pop hispano, empujados por la gran corriente indie. La familia creció, llegó Nacho Jr. y el tiempo de la música se redujo a un sosegado rasgar de cuerdas nocturno, junto a la mesa de la cocina. De aquí, y del sobrevuelo del espíritu de João Gilberto, ha surgido el primer proyecto en solitario de Nacho Casado. Verão será uno de los discos de 2018.

—¿Cómo se da el paso, en plena consolidación de La Familia del Árbol después de dos discos, hacia la desnudez de un hombre y una guitarra?
—Todos los discos que he hecho han sido fruto de las circunstancias personales; ninguno ha nacido de forma premeditada. El nacimiento de nuestro hijo marcó nuestras vidas y nos hizo centrarnos en él y en la experiencia de ser padres. Veníamos de unos años dedicándole todo nuestro esfuerzo al mundo de la música y eso nos agotó bastante, dadas las crueles circunstancias que vivimos en este país para los músicos sin apoyo comercial.
Pongamos que tienes un rato a última hora del día y no quieres despertar a nadie, coges la guitarra española y te pones a tocar y a cantar de la forma más sutil y susurrada que puedes, en la cocina de tu casa. A esto le sumamos una crisis personal con mi música y el devenir de mis experiencias profesionales. Así que me dije a mí mismo que si no era capaz de hacer una canción solo con guitarra y voz, y que yo pensara que mereciera la pena, dejaría esto de la música, por lo menos de una forma tan intensa como hasta ahora. Pienso que es un hobby para gente con dinero.

—¿La Familia del Árbol es un proyecto cerrado definitivamente?
—No. Es más, estamos trabajando en nueva música, con mucha influencia de la música funk, disco y soul… Tenemos muchas ilusiones puestas en Verão, esperamos que todo ayude a impulsar a La Familia del Árbol, echo de menos tocar con Pilar.

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—Con el grupo ya recuperasteis el sonido de Harry Nilsson, ahora te impregnas del espíritu lánguido de la bossa nova, ¿te supondría un problema que te relacionaran con el easy listening y el lounge?
—Para nada, todo lo que sea salir del mundo indie, ¡bienvenido sea, jajaja! Ya sabes, las etiquetas son solo eso, etiquetas. Sí que me gustaría subir un escalón a nivel profesional y que se tome más en serio mi trabajo.

(Lea el artículo completo en el número de febrero de la revista Plaza Alicante)