«Negar el coronavirus no solo es insensato, sino una irresponsabilidad muy grande»

VALÈNCIA.-Hace catorce años que Sole Giménez (París, 1963) arrancó su carrera musical en solitario, y casi treinta del lanzamiento del disco de Presuntos Implicados Ser de agua, donde figuraba el tema Cómo hemos cambiado. Y, sin embargo, desconocidos de varias generaciones siguen sonriéndole en la calle para, acto seguido, tararearle la canción. En nuestro encuentro, mascarilla en reposo, manzanilla con hielo mediante, no interrumpe ningún anónimo cantante, pero la camarera le revela que es hermana de una de las cinco componentes del grupo valenciano de la movida Mamá ya lo sabe, en cuyo primer y único disco, El beso, Giménez estuvo involucrada. La autora de Alma de blues y Mi pequeño tesoro forma parte de la banda sonora vital de no pocos españoles.

­—El año pasado decías que en los últimos tiempos te sentías en la mina, picando granito puro. ¿A qué veta os enfrentáis los músicos ahora?

­—Imagínate. Esto ha sido un tour de force tremendo. La digitalización ya lo complicó todo y cambió el sistema de negocio. Los artistas vivimos de los directos, porque ya no se venden discos pero, ahora, con la pandemia, tampoco hay conciertos. Y no estamos solos; no se trata de mi propia supervivencia sino de toda la estructura que me acompaña, técnicos, músicos... ¿Cómo la mantienes? Nuestras pequeñas empresas se van a ir al garete si esto no cambia. O si no hay algún reconocimiento y ayuda. Estos días hemos lanzado una propuesta para que los diferentes gobiernos, central y autonómicos, se tomen en serio la legislación, porque la que nos rige deja a mucha gente fuera. Se llama #dignidadmusical y estamos reivindicando que se cumpla el estatuto del artista, la ley de mecenazgo, trabajar en mejores condiciones... Hay muchísima gente que no sabe a qué acogerse, tal es el desconocimiento de nuestra profesión a nivel legislativo. Así que ahí estamos, intentando que este momento sirva para poner las cosas en su sitio.

— ¿Cómo se sobrevive en una industria tan precarizada después de casi cuatro décadas?

— Siendo muy cabezota y teniendo fuelle para aguantar. Me apasiona la música y mi profesión, así que hago lo posible para seguir adelante. Y hay muchas cosas que decir, muchas por hacer. Me ilusiona hacer de manera diferente. Pero no es fácil. En ninguna profesión lo es, pero en la nuestra siempre estamos en la cuerda floja.

* Lea el artículo completo en el número de septiembre de la revista Plaza