MURCIA. Derrota ante un Jannik Sinner excelente para quedarse sin su tercer título consecutivo en Wimbledon. Carlos Alcaraz Garfia, quien se adelantó al llevarse el primer set, acabó cediendo por 6-4, 4-6, 4-6 y 4-6 en 3 horas y 3 minutos. Es la primera final de Grand Slam que pierde el murciano después de haber ganado las cinco anteriores que disputó.
Era el decimotercer enfrentamiento entre el de El Palmar, de 22 años y número 2 del mundo, y el de San Cándido, de 23 y que ocupa el primer puesto del ranking ATP, y el cara a cara presentaba un 8-4 a favor del español, que además había ganado al italiano las cinco últimas veces que se midieron, la más reciente hacía apenas un mes y cuatro días cuando estuvieron cinco horas y media batallando en la final de Roland Garros.
Estando muy presente el recuerdo de ese precedente, en el que CA venció a JS con una remontada de época -se impuso por 4-6, 6-7 (4), 6-4, 7-6 (3) y 7-6 con un 10-2 en el súper tie break del quinto set-, se reeditó este nuevo clásico del tenis mundial con otro título de Grand Slam en juego.
Alcaraz, quien llegaba lanzado con 24 triunfos consecutivos y 20 en Wimbledon, buscaba revalidar el trofeo que conquistó tanto en 2023 como en 2024 y su sexto major -también se llevó el US Open 2022 y fue campeón en París en 2024 y 2025- mientras que Sinner perseguía su primer entorchado en la hierba del All England Club Lawn Tennis and Croquet de Londres tras ser ganador en Australia los dos últimos años y en Nueva York en 2024.
Con las gradas de la pista central repletas -no faltaron ni el rey de España, Felipe VI, ni los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, entre los 15.000 asistentes- el arranque fue inmejorable para el murciano -su primer punto fue un ace en un juego que se llevó en blanco- y luego, también con bastante autoridad, sumó el 2-1. Su contrincante respondió con firmeza también al servir y de ahí que el marcador reflejara un 2-2 sin que hubiera aparecido ninguna opción de break.
Esa tónica cambió en el quinto juego porque Alcaraz se lio tras ir 40-15 arriba. Cometió varios errores y Sinner consiguió el quiebre cuatro puntos seguidos. Dominando con su revés, seguramente el mejor del circuito, el transalpino confirmó la ventaja (2-4) y a Carlos le tocaba apretar para contener ese ímpetu y lo hizo elevando su agresividad. Su primera dejada le dio el 4-3 y a continuación niveló la contienda con una ruptura que le debía dar más confianza para seguir.
Solventó la papeleta de verse 15-30 abajo al saque después de su primera doble falta en el choque y enlazó tres juegos seguidos ganados para voltear el tanteo (5-4). Esperando la llegada de la pelota tuvo dos posibilidades más de quiebre para llevarse el set y en la segunda obtuvo su propósito con la mejor jugada de esa manga inicial. Un revés cortado le hizo encadenar ya cuatro juegos y acercarse un poco, sólo un poco, a su objetivo después de 44 minutos.
El palmareño, quien se echó el dedo al oído pidiendo ruido a la grada, reanudó la final de forma errática y eso le llevó a ver truncada su progresión. Sinner, reactivo, rascó al resto e inició el segundo parcial por delante y, sobreponiéndose a un 30-40, estableció el 0-2.
CA, exigido por su oponente, perdió bastante de su precisión pero ni eso le hizo perder su gen competitivo, el cual le valió para levantarse de ese mal momento en la final. De hecho, colocó el deuce dos veces para poder igualar a 2 aunque no concretó y debió seguir a remolque aunque con la sensación de que podía -el 2-3 lo logró en blanco-.
Sin embargo, Carlos se volvió a enredar y, con su saque, se vio con una desventaja que posibilitaba a Sinner estar cerca de casi sentenciar el set a su favor. Como ha hecho tantas veces el vigente campeón resurgió y, con tres puntos seguidos, llegó al 3-4 que aún le daba sus opciones en esta manga. Jannik, inapelable, avanzó sumando con su servicio en blanco pero no lo tendría tan fácil para igualar el partido porque Carlos replicó también con solvencia (4-5).
Lo intentó pero se topó con un contrincante muy centrado y que, tras 48 minutos, presentó su seria candidatura al título y eso a pesar de que no había logrado ningún ace por los nueve que llevaba el español.
Las dobles faltas jugaron en contra de CA y dos prácticamente seguidas -ya acumulaba seis- le complicaron el primer juego del tercer parcial (15-40). Superó el apuro y el choque transcurrió con cada sacador cumpliendo con su parte. De ahí que se sucedieran los empates (1-1, 2-2 y 3-3) con la tensión yendo a más, lo propio de una finalísima de Grand Slam.
El todavía número 2 de la ATP, con su decimotercer saque directo para firmar otro juego en blanco, siguió mandando (4-3) pero el 1, que ya había empezado con los aces -en un instante se colocó con media docena-, volvió a igualar en un encuentro que estaba para no regalar absolutamente nada.
En ese contexto JS mostró mucho aplomo y, moviendo a CA, consiguió un quiebre de tremendo valor. Fue como un golpe a la mandíbula de su rival, a quien se le vio protestar ante Ferrero. "¿Como es posible que en el fondo de la pista sea mucho mejor que yo?", le dijo. Aún alterado tras pasar por la silla no apretó lo que debía en ese momento y encajó el 4-6 después de 46 minutos.
O épica o KO. No había otra para el murciano a partir de entonces y tenía que recuperar la magia y sentirse bien sobre la hierba de Londres ante un contrincante tan estable como el que tenía al otro lado de la red. El recuerdo de lo ocurrido hace un mes en París era un buen argumento al que agarrarse. Que Carlos necesitaba un rearme moral lo sabía él mejor que nacdie y, por eso, al sumar el 1-0 soltó un ¡vamos! de los que retumban.
Sinner, frío como la nieve sobre la que deslizaba en su etapa de esquiador, ni se inmutó y logró el empate en blanco con un saque-volea y en el siguiente juego en el que restó hizo más daño todavía. El 1-2 y las sensaciones de uno y otro en la pista auguraban un desenlace negativo para el español y más aún el 1-3 sin que tuviera ninguna posibilidad esperando la pelota.
En todo caso, el de El Palmar no es de los que se rinden. Sin estar súper lo intentó un rato más para establecer el 3-4. ¡Sí se puede, sí se puede!, gritó el público español que había en la grada. Y casi pudo. Tuvo un 15-40 pero un tiro a la red y otro largo le hicieron perder esa renta y eso relanzó a su adversario, que consiguió un juego que valía más de medio título para el transalpino, que golpeó de derecha con gran fiabilidad.
Aún hubo un 4-5 pero el de San Cándido, excelente, acabó ganando ante un Alcaraz que corrió sin descanso pero cedió frente a un rival que fue superior tras otros 45 minutos de un encuentro en el que el puntaje general fue de 113-125 para el que sigue liderando el ranking ATP.
"Es díficil perder una final", dijo Carlos sobre la pista tras su honrosa derrota, pero derrota al fin y al cabo al tiempo que apuntó que "es un placer jugar contra Sinner" y añadió que siempre tiene ganas de volver a un lugar en el que se siente "como en casa".
Además, le dio las gracias a su equipo, a su familia, a quienes le acompañan en el día a día y también al rey de España, para el que tuvo su particular dedicatoria.
"Es un honor ser campeón en Wimbledon ante un rival al que respeto mucho como es Carlos Alcaraz", apuntó Sinner.




