MURCIA (EFE). Torre Pacheco, municipio agrícola del campo murciano, vive semanas marcadas por la inquietud debido a unas concentraciones violentas nocturnas que han sacudido la rutina diaria de sus 40.000 vecinos de distintas nacionalidades. En medio del malestar, muchas voces reclaman calma y una mirada mucho más matizada sobre todo lo que está ocurriendo.
Se trata de un pueblo que ha vivido toda la vida de la agricultura y su feria agrícola desde hace décadas atraía a campesinos del sureste a comprar máquinas para el campo. Hoy sigue siendo el motor económico, pero la realidad educativa es precaria con 2.000 personas que tienen estudios primarios incompletos o analfabetas. En este contexto, el empleo se vuelve clave no solo como sustento, sino también como herramienta de integración.
Ana, vecina del municipio y trabajadora del Servicio de Empleo y Formación (SEF), ha visto pasar por su oficina a varias generaciones. “Aquí hay mucha gente que vino a trabajar hace décadas, que se nacionalizó y ha vivido siempre como un vecino más”, cuenta. Reconoce un cambio reciente, especialmente entre los más jóvenes. “Algunos no quieren trabajar en el campo, otros esperan ayudas. Pero no se puede generalizar: hay de todo, entre españoles, marroquíes, ecuatorianos… Lo que está pasando ahora, no lo reconozco. No sé a quién beneficia tanta tensión”.
Mohamed, un joven español de origen marroquí, expresa su rechazo a ser asociado con los incidentes. "Yo trabajo normal; ni robamos, ni delinquimos ni nada de eso. Llevo toda mi vida aquí en Torre Pacheco, nacido aquí, veintipico años ya y jamás he tenido un problema la verdad".
“Lo que pasa últimamente no viene de los que vivimos aquí, sino de gente que llega de fuera y genera lío. Nosotros solo queremos seguir con nuestra vida, sin que nos miren como culpables”, comenta un amigo de Mohamed que no facilita su nombre por temor a que algún ultra lo identifique. Añade: San Antonio es un barrio tranquilo, y ahora salen con que es un barrio peligroso y tal, pero dime dónde has visto si alguien ha muerto o alguna cosa mala, nunca pasa nada y nos llevamos bien con toda la gente, y con la policía porque saben que somos chicos tranquilos".
En algunos barrios, la inquietud ha crecido y Bruno, agente inmobiliario, comenta que “hay muchas calles sin vigilancia y la policía no da abasto. La convivencia diaria no es mala, pero la inseguridad acaba afectando a todos”.
Además de marroquíes, abundan los hindúes de la comunidad Sikh, que mantiene un perfil discreto y centrado en el trabajo. Kulvir Singh, uno de sus miembros, lo resume así: “No venimos a causar problemas. Muchos de nosotros estamos en almacenes, en el campo, en tiendas. Solo queremos vivir tranquilos y todo se ha alborotado mucho". Opina que no se debería de incitar tanto a la violencia y tendrían que intentar solucionarlo.
El Equipo de Atención al Inmigrante (EDATI) de la Guardia Civil ofrece orientación y asistencia a personas extranjeras, pero según comentó a Efe un agente, muchos migrantes no se atreven a acudir para recibir ayuda.
Eduardo, un vecino del pueblo, comenta que siempre ha habido delincuencia en toda la zona de mucho tipo y de varias etnias.
Respecto a la concentración de jóvenes marroquíes anoche, sin presencia de ultras, Eduardo se sorprendió que aunque los cuatro imanes de Pacheco hablaron con ellos, "siguieron liándola. A mí me enseñaron en mi casa otra cosa, pero a ellos no sirve de nada, porque es otra cultura, educación y en definitiva; civismo".
En el barrio de San Antonio los locales comerciales han cerrado por temor a desperfectos. Ana lo cruza cada día y no siente temor. “Yo compro allí, paso por sus calles. No tengo problemas. Pero hay que tener cuidado con los discursos que quieren convertir esto en una guerra entre vecinos”.
Mientras tanto, el municipio se prepara para nuevas convocatorias nocturnas. En las plazas y calles la sensación es compartida; algo se ha descontrolado. Y quienes conocen la historia del pueblo piden no dejar que el miedo deshaga lo que el trabajo y la convivencia han construido durante años.
Región
La violencia de noche agita la paz del día en Torre Pacheco y amenaza la convivencia: "Solo queremos seguir con nuestra vida"
Muchas voces reclaman calma y una mirada mucho más matizada sobre todo lo que está ocurriendo
- La Guardia Civil de Murcia y la policía local montan guardia en el acceso al barrio de San Antonio, en Torre Pacheco.
- Foto: EFE/ Pablo Miranzo
Últimas Noticias
-
1Los directores valencianos Moisés Romera y Marisa Crespo, grandes ganadores del festival de cine Maniatic
-
2Renfe recupera el servicio de tren de la línea C3 en el tramo Aldaia-Loriguilla
-
3La Conselleria de Justicia adjucia las obras del Palacio de Justicia de Ontinyent por 8,9 millones
-
4Indra apuesta por una fabricación y un diseño "100% españoles" para el contrato de lanzapuentes para Defensa
-
5Mazón se somete este lunes al interrogatorio del Congreso por su gestión la Dana
Suscríbete nuestro newsletter
Siempre al día de las últimas noticias
