Lo que ha ocurrido en Torre Pacheco es grave/gravísimo. Pero conviene poner las cosas en su sitio para que no acabemos todos cazando moscas con las manos. Una minoría de descerebrados, incluido algún que otro neonazi, han montado una gresca importante a propósito de la paliza que recibió un hombre, Domingo Tomás, a manos de un magrebí veinteañero que ni siquiera era del municipio: ya lo detuvieron al poco de la agresión cuando intentaba pasar a Francia desde Rentería. El sistema funciona. También está detenido el líder de una organización , 'Deport Them Now', instigadora en redes para los impresentables que acudieran a la llamada de la campaña cazar al moro.
Los medios de comunicación han tenido a bien proporcionar solo las iniciales de este tipejo C.L.F que reside en Mataró: manda huevos. Un tipejo que, junto a algunos más, merecería unos años de exilio en la isla de Perejil a ver si se calma. Mejor aún: los mandamos a los viveros y plantaciones del Campo de Cartagena con jornadas de 10 horas diarias, temperaturas extremas, y sueldos de miseria (tal y como circula en las redes como la espuma).
Evidentemente Vox se ha puesto las botas: ebrios de satisfacción porque lo de Torre Pacheco les viene al pelo. Es más, necesitan más 'torrepachecos' para que penetre su discurso. El líder regional en Murcia, José Ángel Antelo, se ha puesto las botas en decir barbaridades y de ahí que haya sido denunciado ante la Fiscalía por los partidos de izquierda. Y el presidente Fernando López Miras, con pintas de buena persona, nadando entre dos aguas (necesita a Vox para aprobar los Presupuestos). Es lo mismo que Feijóo reforzando su discurso de alarma contra la inmigración para tenernos a todos acojonados sin ser consciente de que de esta melé gana fundamentalmente Vox. En algunas ocasiones el silencio es una forma de sabiduría (proverbio sufí). El silencio o la prudencia.
TVE1 prolongó el otro día un telediario a la espera de que algún ultra rajara a un moro, a un policía, o a la propia reportera que enviaron. Querían sangre en términos freudianos, lo mismo que casi todos los medios de izquierda. El fascismo mata. El nazismo remata. "Reportera degollada por un ultra". "Castran a un magrebí de Torre Pacheco y lo cuelgan de un árbol para que se desangre" como hacía el KKK en los estados sureños de EE.UU. Todo ello con el silencio cómplice del PP (Pilar Alegría): todo el mundo a sacar tajada. No nos engañemos: a los socialistas les conviene una ultraderecha envalentonada que fraccione las perspectivas de voto al PP.
Este gran lago de la histeria sensacionalista provocada por la paliza oculta otras cosas que paso a enumerar:
1) Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, incluyo a las policías autonómicas de País Vasco y Cataluña, han sido muy eficaces. En el recuelo de las manifestaciones, hace escasos días, había en Torre Pacheco más Policía y Guardia Civil (y medios de comunicación) que protestantes fascistas. Al principio igual flojeó su presencia, pudiera ser. Ya lo ha sentenciado la derecha: Marlaska estaba en la final de Wimbledon. Toda la culpa es del ministro.
2) La histeria colectiva provocada por una ultra-minoría, localizada por la Policía, solapa realidades mucho más graves. Según 'Sigma 2' seis de cada diez votantes del PSOE está a favor de deportar a personas 'sinpapeles'. La estadística roza el 80% si sumamos el conjunto de la población. En España hay xenofobia en distintos grados. Pero la hay, y no solo los de Santiago Abascal son los culpables.
3) Los casos de corrupción, el último el del ex ministro Cristobal Montoro (que pinta peor que fatal) no generan histeria colectiva. Lo que vende es que un moro descerebrado, con antecedentes de agresión policial y robo, apalee a un buen hombre: si no hubiera sido moro aquí paz y allá gloria.

- La Guardia Civil y la Policía, montan guardia en Torre Pacheco. -
- Foto: Pablo Miranzo /EFE
4) No existe ninguna estadística, ni del INE ni de otros organismos similares, que demuestre que el aumento de migrantes en la última década haya disparado la delincuencia. La ultraderecha cree que sí. La realidad les importa un cojón de pato. Nada ni nadie puede estropearles su discurso racista y xenófobo (pasa en toda Europa, lo que no es ningún alivio: mal de muchos, consuelo de tontos).
5) Urge introducir en la educación primaria y secundaria de forma obligatoria una asignatura que induzca a la chavalería al respeto hacia los diferentes. Algunos centros lo hacen por su cuenta a través de charlas o de talleres en colaboración con las ONGs. Hay que recuperar Educación para la Ciudadanía. Muchos papás también deberían cursarla por decreto ley.
6) Este último punto es el más complejo. Haría falta un monográfico. El modelo asimilacionista de Francia ha fracasado y eso que hasta Sarkozy nombró como ministra de Justicia, luego de Cultura, a una política hija de un marroquí y una argelina, Rachida Dati. La tercera generación de magrebíes que habitan en las barriadas de París, y otras grandes ciudades, no se sienten representados por las élites (salvo las estrellas del fútbol): van a institutos de tercera categoría, tienen servicios públicos de aquella manera, y habitan en contextos urbanos hostiles y degradados: un factor clave. No se sienten franceses por muchos zidanes que los rediman.
7) Derivado de lo anterior, los políticos tendrían que pisar más calle, abandonar las moquetas, y esnifar la realidad social, incluida la calidad del empleo (récord) que se está generando en el país. Pero no: se entretienen más con la corrupción y con mantenerse instalados en sus ricos sueldos y prebendas.
CODA: Si lloras porque no puedes ver el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas. Tagore.