VALÈNCIA. Me corroe la envidia cuando Tom Quintans, vocalista de Bestia Bebé, me dice por teléfono que han estado viendo a Oasis. “Somos fans, la idea era ir y como nos salió la gira por España nos salió como anillo al dedo”, dice. Bestia Bebé se enfrentan a una gira enorme por la península, con once fechas, y como no podía ser de otro modo, recalarán en València. Esta es su quinta gira por España, la primera en verano, y vienen a tocar todo su repertorio, que no es poco, con la excusa de un disco en directo muy bueno y crudo, Siempre escucho las mismas canciones (Primavera Labels, 2025). Estarán en la sala 16 Toneladas junto a Cien Galgos el 24 de julio
Con un sonido ramoniano, de rock alternativo de los 2000 y unas letras que a través del humor tratan temas comunes llenos de realidad, Bestia Bebé son una de las bandas más interesantes de Argentina, herederos, en cierta medida, de los magníficos Él mato a un policía motorizado. ¿Qué tuvo Ramones para cautivar tantos a estos chicos? “En Argentina fueron muy populares, mientras en otros sitios llenaban salas chiquitas aquí llenaban estadio. En su último show en Argentina tocaron en River, mientras que el último en Estados Unidos fue en una sala pequeña”.
La banda llega a València con la publicación de un álbum en directo, sin cortes, ni segundas tomas, sin una edición de cortapega. Todo grabado en una noche bonaerense frente a su público en el Patio Konex. Solo audio, nada de video, como se hacía antes. “La gente dice que la banda tiene algo especial en vivo, así que después de varios años escuchando que nos dijeran eso, dijimos: vamos a grabarlo y que quede registrado, que quede en el recuerdo”, señala.
Siempre escucho las mismas canciones suena fresquisímo, directo, contundente. “Está grabado en un solo lugar y fue bastante informal todo”, comenta. “La idea de sacar un disco en vivo siempre me gustó, siempre la tuvimos en la cabeza y justo este año, que el disco salió hace dos años casi, era un buen momento de sacar algo que no se pise con otra cosa. Y dijimos: vamos a probar de grabarlo en este show que tenemos en Buenos Aires, y si queda bien lo lanzamos. Tocamos, tocamos bastante bien, lo escuchamos y dijimos saquémoslo”.

La magia de un disco sin imágenes, donde tu imaginación rellena los huecos a tu forma es algo que se ha perdido, o al menos en el mainstream. Sin embargo, ese ejercicio de imaginación al poder es maravilloso. La sala es como tu quieres, los músicos se mueven como tu quieres y el calor de la sala la notas en la piel. Todo se vuelve misterioso y esa intriga lo hace especial y único. Solo tú lo has vivido así. “Es otra cosa, con los años el disco en vivo fue reemplazado por los DVD, los videos, y sí, tiene una magia de tener que usar la imaginación para que te lleve al lugar de esa noche, puedes escucharlo y no saber cómo era el lugar donde tocamos y te vas a imaginar algo, como cuando éramos más chicos”, comenta.
Tom hace una analogía que me deja pensando, le doy la razón y le envío un abrazo virtual porque estamos en el mismo barco. “Es como leer o ver una película, las dos cosas están bien, pero es de usar un poco la imaginación. Siempre me gustaron los discos en vivo solos, luego tenía un dvd y no lo veía, sentarte a ver un recital no es lo mismo. Así lo escuchas en más oportunidades, lo puedes escuchar en todos los lados y siempre te llevan a ese lugar”
Bestia Bebé nació a principios de la década de los diez, cuando el rock no atravesaba un buen momento. “En un principio, estamos hablando del año 2009 o 2010 más o menos, yo tocaba la batería en una banda que se llamaba Go-Neko, era una banda instrumental medio experimental, una cosa muy diferente, en cierto sentido, pero a la misma vez estaba haciendo canciones más melódicas, con una guitarra acústica y me dio por tocar así medio solo, con amigos pero nada formal”, dice.
La fortuna hizo que Tom conociera a gente que tenía las mismas inquietudes musicales. “En 2012 me entraron ganas de tocar de esa manera, con Go-Neko ya estaba dejando de tocar, y conocí a los chicos, que dos de ellos siguen tocando conmigo, y ahí empezamos a tocar con la premisa de tocar mucho, de ir a todos lados y tocar un montón”. Y los conoció en un ambiente musical, el laboratorio perfecto para el nacimiento de un grupo.
“Los conocí porque yo en aquella época para ganar un poco de plata daba clases de batería muy rústica, no era para nada profesional [risas], y los chicos me contactaron por eso, y nos hicimos más amigos que otra cosa, y las clases eran muy de salir juntos y de ahí se armó la banda”.
La cosa fue rápida porque había ganas de tocar. En 2012 publican un disco homónimo influidos, algo evidente si oyes el álbum, por los estadounidenses, The Strokes. “Strokes totalmente, y los Strokes también son fans de Los Ramones, en un punto es lo mismo, el gen es la canción, la melodía, la armonía. En aquella época The Strokes, Arctic Monkey”. En su segundo plástico hacen un pequeño homenaje al cine, a las películas. La portada de Jungla de Metal 2 es absolutamente demencial. Un homenaje a los carteles del cine nigeriano que en los 80 y 90 reinterpretaron a mano, los carteles de los grandes blockbusters. “En Argentina le decimos Duro de Matar”, me explica, “era una mezcla, nosotros somos fans de Duro de Matar, queríamos que el concepto del disco fuese medio de película, así que la tapa del disco es un afiche de un cartel de película medio mal dibujado. Y eso basado en un país de África, que redibujan los carteles y son así de una forma muy bizarra”.

Bestia Bebé se han mantenido en la independencia más absoluta, aunque licencien sus discos con discográficas, ellos se lo guisan y se lo comen. Son los dueños de su trabajo y material. “La independencia es el camino que elegimos, por más que no nos hayan ofrecido otra cosa, y es la manera que más se acopla a la forma de ver esta industria y más se acopla a lo que nosotros creemos, donde nos sentimos más cómodos”.
Su último disco de estudio tiene algunas particularidades, que ya vienen desde la portada que podían haber firmado Savatage o Black Sabbath hasta sus canciones, donde introducen algo de electrónica, El Humo negro, hasta solos heavies. “Me gusta que los discos tengan una identidad sonora, en éste encontramos una especie de hilo conductor relacionados con arreglos de guitarra medio heavy metal clásico y medio thrash también; entonces, a partir de la primera canción, que se llama El Verano, tiene un final medio Judas Priest o los Maiden. En el resto de canciones, en las que se podía, tratamos de meterle algún arreglito, algún solo que remita a una cosa medio heavy, fuimos por ahí. No quiere decir que sea un disco heavy metal, ni por cerca. Trato de meter algo original en la escena que hacemos nosotros”
Una de las esencias del grupo es su capacidad de lograr que desde el humor te sientas interpelado, de meter el dedo en la llaga entre burlas. Un documental sobre mí es una de esas canciones donde rápidamente piensas: me ha pasado, me ha pasado. “Es no tomarse tan en serio, va un poco por ahí, yo soy un poco así siempre. Intento meterle un poco de humor, no es un chiste, que no sea tan solemne las cosas”. Otra de las canciones, El rock pasó de moda también trata de algo que está ahí y de lo que nadie habla, que el rock, quizás, ya no esté tan de moda. De la gente que se quita la chupa y se pone el chándal. Es cierto, el rock no está de moda. “Obvio es real, y no es de ahora, pasó hace muchos años que el rock pasó de moda, no es lo que la industria más promociona, no es lo que escucha más la gente, eso es real. Las modas son una mierda, nosotros no seguimos las modas, sino, no estaríamos tocando esta música que hacemos”, sentencia.
“Todo nació de una burla de esa discusión de si el rock está muerto, el rock no va a morir… y siempre me ha parecido muy boludo discutir eso porque es imposible que el rock muera o desaparezca. Era como un chiste y reírnos un poco de eso. La burla es a la discusión, que me parece una tontería”, apunta.
Siempre escucho las mismas canciones, es un gran título, y también el leitmotiv de mucha gente. Yo mismo casi siempre caigo en las mismas canciones, me hacen sentir bien, es un lugar seguro. “Esa frase la pensé más en mí que en el resto de las personas, cuando eres más chico, eres más esponja, estás más abierto, yo cuando era chico siempre escuchaba punk y heavy metal, y escuchaba siempre lo mismo. Yo soy un poco así, lo que me gusta lo consumo al máximo, me compro una banda y la escucho todo el rato”
A finales del año pasado estuvieron en València en La Marina, junto a El Momento Incómodo. Un lugar que deja huella. “Estuvo buenísimo porque fue de día, fue ahí en La Marina. Fue una cosa muy loca, había un montón de gente, que no lo esperábamos, es rarísimo tocar al mediodía, fue un concierto inusual”.