VALÈNCIA. Cuando tenía seis años, la que suscribe estas líneas no podía concebir un plan más extraordinario que pasarse la tarde dibujando ardillas moradas. Mi padre andaba preocupadísimo tratando de averiguar qué problema de percepción visual tenía su hija. El pobre no entendía que mi motivación era casi mística: mi animal y mi color favorito ¡juntos! Un síndrome de Stendhal casero a golpe de plastidecor. No recuerdo cuándo dibuje una ardilla morada por última vez. Supongo que abandoné la costumbre al ir haciéndome mayor. Y no soy una excepción. De pequeños todos pintamos, continuamente. Pintamos en folios sueltos, en cuadernos, en los manteles de papel de los bares mientras esperamos que nos traigan el plató combinado nº3… Incluso, si no hay vigilancia y tenemos ganas de emociones fuertes, pintamos furtivamente sobre las paredes del pasillo. Hasta que llega un momento en el que nos empecinamos en aprobar el máster de adultez y dejamos a un lado los lápices de madera, las ceras y esos rotuladores que fingen ser lavables.
El proyecto valenciano Salir con Arte propone recuperar la pasión infantil por el dibujo y llevarla a un terreno tan cotidiano y adulto como los bares. La idea es sencilla: quedar en un local de ocio para pintar un cuadro mientras te tomas un vino, una cerveza o un café. En cada evento se propone una obra diferente y un pintor profesional guía y aconseja a los asistentes para que ejecuten su propia y personalísima versión. Al frente de la iniciativa se encuentra Noelia Vera (Vila Joiosa, 1988) quien reivindica el goce de pintar “sin una meta fijada, solamente por el placer de hacerlo”. Además, esta licenciada en Periodismo, Comunicación Audiovisual y Bellas Artes anima a perderle el miedo al lienzo en blanco, pues Salir con Arte, que el pasado 8 de abril cumplió tres años, está pensado precisamente “para personas que no han cogido un pincel en su vida o que llevan más de una década sin tocarlo”.
-¿Cómo surgió Salir con Arte?
-Yo llevaba un tiempo pintando en bares con músicos de jazz y conocí a una chica informática que había empezado a pintar por su cuenta porque quería desarrollar su parte creativa. Para ello, utilizaba tutoriales que encontraba en Youtube. Comenzamos a reflexionar sobre por qué mucha gente practica deporte sin pretensiones de llegar a ser profesional, simplemente por placer, mientras que esto no sucede tanto con las disciplinas artísticas. Y pensamos en que sería interesante poner en marcha un proyecto que aunara esas dos experiencias: pintar por diversión y hacerlo además en un local de ocio.
-Una de las claves que transmitís a los usuarios de Salir con Arte es que el resultado no tiene que ser exacto al original, no se busca una copia perfecta.
-Efectivamente, nuestra idea siempre es que los participantes se diviertan, que experimenten sin presión y jueguen con la pintura. Además, pueden cambiar colores respecto a la obra propuesta, añadir o quitarle elementos... Insistimos mucho en que el resultado no importa, que depende de cada persona y lo esencial es que se vuelvan a casa contentos, con su cuadro bajo el brazo, sí, pero contentos independientemente de cómo haya quedado.
-Pintar es una actividad muy común durante la infancia, pero conforme vamos creciendo dejamos de hacerlo…
-Sí. Hay muchos estudios que abordan este fenómeno, es muy interesante. Algunas teorías dicen que es por vergüenza, porque sentimos que no lo hacemos lo suficientemente bien ...La cuestión es que dejamos de verlo como una manera de disfrutar y lo abandonamos. Claro, luego, veinte años después todo el mundo dice que no sabe dibujar. Imagínate que no hubieras escrito ni leído desde que tenías siete u ocho años, evidentemente no serías capaz de hacerlo bien.
-En el eterno debate sobre qué se considera arte y qué no, supongo que os habréis encontrado detractores.
-Yo intento dejar siempre claro que no pretendemos hacer arte, sólo queremos que las personas se lo pasen bien pintando como cuando eran niños pequeños. Tampoco es “voy a aprender a pintar”, obviamente, en dos horas es imposible hacerlo, pero enseñamos unos cuantos trucos. Y si con eso les pica el gusanillo y quieren saber más, pues mucho mejor.
De hecho, hemos lanzando también la opción Pinta en casa para gente que necesita más tiempo y tranquilidad. Hace unos meses, montamos un plató improvisado y grabamos los mismos procesos que hacemos en los encuentros personales. Así, con cada pack incluimos esos tutoriales para pintar un cuadro concreto y el material necesario para hacerlo. Hay gente que lo compra para regalo o para ellos mismos porque viven en algún sitio al que aún no hemos llegado.
-En la sociedad actual existe cierta obsesión con la productividad, todo lo que hacemos debe ser funcional y ‘servir’ para algo. ¿Crees que pintar por placer constituye una forma de escapar de este discurso?
-Sin duda alguna. Pasamos la vida persiguiendo metas, marcándonos objetivos que se puedan medir y cuantificar. Sí que estamos acostumbrados en nuestro tiempo de ocio a salir de bares, a ir a tomar algo, pero ¿por qué no mezclarlo con una actividad creativa y cultural?
-En ese sentido, ¿por qué apostasteis por realizar los eventos en bares en lugar de cualquier otro espacio?
-Teníamos muy claro que queríamos unir la posibilidad de pintar con una propuesta de ocio. Lo planteamos también como una forma de socializar, hay participantes que vienen solos y hacen amistad en el evento, algunos incluso ligan jajaja No queríamos ser ni un taller de pintura ni una clase a la que hubiera que asistir con asiduidad. La gente va siempre con prisas y deja de hacer muchas cosas por falta de tiempo. Pensamos que quizás habría personas a las que les gustaría probar la pintura, pero no lo hacían porque no podían comprometerse con un horario continuado.
Por eso, Salir con Arte es sólo un primer contacto con el lienzo de manera divertida. Simplemente tienes que acudir una tarde a un bar, tomarte algo y coger el pincel. Si te gusta, puedes seguir, empezar a formarte en serio, incluso apuntarte a una academia, nuestro proyecto te permite perder el miedo a lo desconocido.
-¿Resulta complicado convencer a los propietarios de estos locales para que os cedan el espacio?
-Al principio era dificilísimo, pensaban que les íbamos a ensuciar el local, se lo imaginaban todo lleno de manchas de pintura…Por suerte, tuvimos el apoyo de la cafetería Ubik, en Russafa, cuyos dueños están muy abiertos a propuestas culturales. Allí pudimos realizar una primera sesión, documentarla y mostrarla como ejemplo al resto de establecimientos. Poco a poco se han ido animando, para ellos también es una forma de darse a conocer y ganar clientela.
-Habéis tenido una expansión muy rápida y ahora mismo estáis presentes en más de veinte ciudades de toda España. ¿Cómo habéis vivido este crecimiento?
-La verdad es que ha pasado todo muy deprisa. Realizamos ese encuentro piloto en Ubik y, partir de ahí, decidimos moverlo por otros lugares además de Valencia, como Madrid, Barcelona o Alacant. Empezamos con poquitos eventos y fuimos aumentando tanto en ciudades como en frecuencia. Tenemos la sede central en València, desde donde un equipo de seis personas gestionamos todos los temas de logística, y en cada urbe contamos con un pintor y un fotógrafo que se encargan de ejecutar los eventos concretos. La plantilla en general es muy joven y está formada en su mayoría por mujeres.
-¿Qué respuesta habéis tenido del público en este tiempo?
-La verdad es que estamos muy, muy satisfechos porque vemos que la gente sale feliz y eso siempre da alegría. Muchos hasta repiten. De hecho, hay personas que llevan viniendo a nuestros eventos una y otra vez desde que empezamos.
-¿Cuáles son vuestros criterios a la hora de elegir los cuadros?
-Empleamos dos tipos de obras: o bien creaciones muy conocidas, que la gente siempre ha mirado, pero nunca ha intentado pintar, como La noche estrellada, de Van Gogh, o El Beso, de Klimt; o bien trabajos propios que realizamos desde Salir con Arte. Cuando se trata de cuadros famosos, intentamos simplificarlos mucho, sintetizarlos al máximo para poder explicarlos en dos horas y que sean asequibles incluso para personas que no han cogido un pincel en su vida. Respecto a los ideados por nosotros mismos, algunos están basados en iconos culturales muy populares, como El Principito, y otros son creados desde cero como el del flamenco.
-¿Qué tipo de cuadros tiene más éxito entre vuestro público?
-Es algo que hemos estudiado mucho. La noche estrellada es uno de ellos, sin duda, pero también triunfan otros que no son conocidos, como La chica del paraguas, uno de los que pintamos adrede para Salir con Arte. El retrato de Frida Kahlo también tuvo mucho tirón. A veces depende de la estación, no nos apetece pintar lo mismo en otoño que en primavera.
-¿Tenéis alguna propuesta de pintura no figurativa?
-Hemos probado con algunas obras abstractas, pero no tienen el mismo éxito de público. Creo que la gente que no está muy metida en el mundo de la pintura prefiere lo figurativo. Un cuadro de Miró sí que ha funcionado bastante bien, pero creo que porque es un pintor español muy conocido.
-¿Te has planteado hacer alguna sesión en la que no haya un cuadro de referencia, que simplemente sea pintura libre?
-Sí, lo estamos probando poco a poco en eventos especiales. Por ejemplo, en sesiones de team building para empresas: proponemos ciertos valores y darles herramientas para los desarrollen y los expresen. También tuvimos una experiencia con personas con síndrome de Down en Zaragoza en la que estuvimos trabajando cuestiones de psicomotricidad, tiempo y libertad.
-¿Qué novedades te gustaría introducir en Salir con Arte de cara al futuro?
-Quiero poder organizar eventos especiales sin ánimo de lucro con oenegés. También quiero poner en marcha alguna actividad para niños, pero habría que cambiar varios conceptos del proyecto para adaptarlo a su edad. Y otra idea es trabajar con adultos en museos, existen muchas propuestas infantiles, pero los mayores solamente van a las salas de exposiciones a mirar, sería muy bonito organizar una muestra de un artista y que después los visitantes probaran a pintar una obra de ese autor.
-Ante todo, Salir con Arte es un negocio. ¿Resulta difícil manejar el combo de ser mujer, joven, artista y, a la vez, ejercer de empresaria?
-En el mundo de la empresa tienes que luchar una barbaridad para que te tomen en serio, existe bastante paternalismo. Muchas veces en reuniones de negocios me preguntan cosas como “¿no viene tu jefe?”, “¿tú eres la chiquita que pinta?” o “¿pero lo vas a decidir tú todo, no tienes a un superior que te dirija?” A veces lo dejas pasar, pero otras lo peleas y pones las cartas sobre la mesa.
“Dedicarse al arte significa elegir una realidad donde instalarse”.
Jordi Teixidor