Qué difícil es ordenar los sentimientos, valorar lo que ocurre, saber si todavía va para largo, si los mensajes que recibimos de las autoridades son los correctos,…corremos el riesgo de que las durísima cifras, se conviertan solo en cifras. Estamos en plena crisis y es muy complicado tener perspectiva
La frialdad de los números. Vemos casi con desesperación en unos momentos y con esperanza en otros, como los sanitarios luchan contra el coronavirus, sin medios de protección y con su profesionalidad, mucho cariño y humanidad. Pero es que también los policías, los guardias civiles, los soldados, las cajeras del súper, los camioneros,…y tantos otros nos ayudan a estar confinados en casa. Todos los días casi inmunes hacemos balance de contagiados, muertos, ingresados en UCI, de sanitarios afectados, mayores fallecidos en residencias, en hospitales y a los que no podemos despedir. Es todo muy doloroso y no sabemos ya como deslindar tantas emociones y sentimientos mezclados con esas duras cifras. Queremos doblegar la dichosa curva y llegar al pico. Una montaña que se nos hace eterna. Tendrán que pasar días o meses para valorar en su medida todo lo que está pasando. Ese personal sanitario tan entregado va a quedar tocado, necesitarán recuperarse al igual que toda la sociedad, de este gran choque emocional. Pero siempre se renace. Y estos días vemos muchos gestos de solidaridad y confianza en los balcones de toda España con esos aplausos reparadores y de sentimiento de grupo.
Sanidad de todos y para todos. Nos hemos cansado de decir siempre que nuestra sanidad pública es la mejor del mundo. Lo es, pero los recortes y falta de producción propia de materiales y este endemoniado Covid 19 han sacado a relucir sus carencias. La locura para buscar las mascarillas, batas, EPIS, respiradores, test rápidos, etc,… son un despropósito. Falta de previsión, competencias delegadas a las autonomías nada efectivas, centralidad mal entendida y desarrollada por falta de experiencia. Como si de un mercado persa se tratara, los gobiernos autonómicos más operativos que el nacional, empresarios chinos afincados en España y que controlan las plataformas de compras en el gigante asiático, el Rey haciendo gestiones, han convertido a China en el proveedor y solucionador de todos los males con el consiguiente desconcierto. Son los máximos productores en cantidades industriales y están en plena puja con dinero contante y sonante. Lo explicaba el ministro de Sanidad, Salvador Illa que daba cuenta de la operación previo pago en cash de 432 millones de euros para adquirir ingentes cantidades de material sanitario que se irá repartiendo escalonadamente ¡con la falta que hace y lo perentorio que es! A futuro y ya hoy mismo, los chinos se han convertido en los amos del mundo. En un mercado tan agresivo las comunidades autónomas han reaccionado con celeridad comprando nada menos que 52 millones de mascarillas y la centralización inicial del gobierno no ha sido nada operativa. No salen las cuentas. Y mientras la UE no reacciona, se ha olvidado del sur. Alemania y Francia retienen los materiales y se niegan a vendérselos a sus vecinos. Todo un ejemplo de solidaridad. Sánchez ha buscado la alianza con el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro italiano Giuseppe Conte para pedir a Europa un plan de choque. Veremos.
El tablero político. En esta columna siempre se repasan las cuitas partidarias de todas las formaciones políticas. Es momento de unidad y de decisiones conjuntas así que vamos a lo global. Ha ocurrido en el pleno del Congreso para convalidar el decreto de prórroga del Estado de Alarma. Solo los independentistas como era esperado han dado la nota. Apoyo muy crítico en especial del PP y su líder Pablo Casado. Sesión con voto telemático,-ya se ha convertido en costumbre-, de la mayoría de los diputados. Esta crisis se llevará por delante a algunos responsables políticos por falta de liderazgo y capacidad de gestión y favorecerá a otros por lo contrario e inesperado. En un gesto pueril el gobierno ha pedido ayuda a la OTAN que lógicamente ha derivado la petición a la UE que todavía no reacciona ni sanitariamente y apenas económicamente. Y aunque hablamos de que el momento requiere unidad, no puede ser que no haya control al gobierno porque las decisiones que se toman son críticas para un momento crítico, y es necesario el concurso de todos. Estamos ante una situación de emergencia nacional, europea y mundial. Ha faltado agilidad en las decisiones y confusión a la hora de ponerlas en marcha. ¿Para cuándo se suprimirá la actividad en la construcción? Dice el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, que a lo mejor a partir del 12 de abril se relajará el confinamiento. Mal dicho, hay que ser prudentes cuando no se controla una crisis de esta magnitud.
Cuando lo personal no te deja ver la realidad y se confunde con el poder. Confundir lo personal con la responsabilidad política o peor aún con la pro-actividad mediática de más de uno es incomprensible. Que tengamos que debatir y analizar las cuarentenas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ,-contagiados su esposa, su madre y su suegro-, o de Pablo Iglesias,-la ministra Irene Montero positivo-, y también el negativo “no concluyente” y finalmente positivo de la vicepresidenta Carmen Calvo, tiene delito. Ha resultado como poco confuso este trance, que sí, que no,…insensato. Por no decir ahora como se repartirán sus competencias entre los vicepresidentes. Más de uno tiembla pensando en Iglesias como vicepresidente organizando la agenda y demás delegaciones. Parece que para evitar más ruido será el propio Sánchez quien asuma todo si es que la cuarentena y un positivo extraviado dice lo contrario. Y es que al final el ministro Illa ha reconocido que el primer brote importante en Madrid ya se registró antes del 8M, con lo que fue contraproducente esa masiva convocatoria. Pero si es que también hubo mascletà durante unos cuantos días en València, liga de fútbol, congreso de Vox, semana de la educación en IFEMA con más de 170.000 participantes,…todo un desatino. Resulta casi naif y pueril que en plena crisis José Félix Tezanos publique un CIS que dispara nuevamente al PSOE. Sin comentarios.
Dar la cara y que te la partan. Le puede pasar al ministro de Sanidad, Salvador Illa que casi todos los días comparece. Y después de confesar el brote madrileño antes del 8M. Y también a Fernando Simón, el director del Centro de Alarmas y Emergencias Sanitarias. Al principio todos decían que bien comunica, que bien se explica, ahora se pide su relevo por inexacto en sus explicaciones, por animar a la gente a acudir al 8M y por decir una cosa y la contraria. Son tremendas esas comparecencias, con tensión, dando cuenta de esas cifras durísimas, de los índices de delincuencia y el grado de cumplimiento de las restricciones con la presencia del JEMAD (Jefe del Estado Mayor de la Defensa),-muchos militares no entienden tanta exposición pública-, el teniente general, Miguel Villarroya, con los DAOS de Policía Nacional y de la Guardia Civil. Les pueden sacrificar por ser correa de transmisión de decisiones políticas. Son el cortafuegos del mando único, el presidente Pedro Sánchez.
Comparecencias filtradas y manipuladas. Y además sin posibilidad de contrarrestar. Sánchez ha hecho un par de comparecencias públicas, largas, muy largas. Se supone que empáticas para levantar la moral. Para unos, auténticos mitines, para otros soporíferas y es que además no ha habido posibilidad de réplica o repregunta. El festival de preguntas filtradas en el que se han convertido estas comparecencias y las de los ministros y el comité técnico quedaran en los anales de lo que no es transparencia. En ningún país de nuestro entorno ocurre esto. Es que es tan ridículo que al propio Sánchez en más de una ocasión se ha equivocado de tachar la siguiente respuesta y ha respondido a otra cuestión que nada tenía que ver. Todos los días me armo de valor, sí de valor, para enviar unas cuantas preguntas a Moncloa,-las mías no han salido nunca-, lo hacen también compañeros de todos los medios, y al final extrañamente salen las que salen. Evidentemente con la respuesta preparada. Todo un dechado de libertad y transparencia. Lo del plasma telemático es todo un epítome de lo que no debería ser la comparecencia de un responsable político. Se olvidan de que los medios de comunicación somos canales de transmisión de lo que quieren saber los ciudadanos.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno: “Solicito tiempo, lealtad y unidad” ¡Lealtad y unidad casi la tiene al cien por cien. Si lo del tiempo se refiere al suyo, no sé. Si es por cómo está encarando esta crisis lo tiene complicado. A muchos contagiados les falta ese tiempo!
Pablo Casado, presidente del PP: “Le hemos dado poderes máximos y la eficacia ha sido mínima” ¡Ahora toca arrimar el hombro, después vendrá la exigencia de responsabilidades!
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea: “Españoles no estáis solos” ¡Cuento hasta diez para no decir lo que pienso. La UE ha ido tarde y cuando ha aparecido tampoco se ha estirado!
Salvador Illa, ministro de Sanidad: “Es el momento de la solidaridad con Madrid” ¡Pues sí. Madrid es el foco principal. A lo mejor tanta sinceridad le pasa factura!
José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid: “Habrá que pedir responsabilidades cuando la situación acabe” ¡Elogiado por propios y ajenos por su capacidad de liderazgo!
Joan Baldoví, portavoz de Compromís: “Hemos aprendido que se puede vivir sin fútbol, pero no sin médicos” ¡Sin duda los médicos son fundamentales y más en estos momentos. Nos dan su vida y esfuerzo para que sigamos vivos!
Ana Barceló, consellera de Sanitat: “Los sanitarios se han contagiado por hacer viajes y ver a familiares” ¡Qué barbaridad, aunque luego rectificó. Con lo que están pasando los sanitarios algo así ni se puede pensar!
Esteban González Pons, europarlamentario del PP: “Os confirmamos que el Ratoncito Pérez ha recibido el permiso de la Unión Europea para poder hacer sus visitas a los niños porque es un ratón y no se contagia” ¡Será lo único positivo que haga la UE. Pero aplaudimos las gestiones de González Pons. La ilusión es importante en un momento como este que vivimos. El ratoncito Pérez es imprescindible!