VALÈNCIA. "Nos hemos salvado, no sé por qué, pero nos hemos salvado". Las pedanías de La Torre, Forn d'Alcedo y Castellar-l'Oliveral, situadas rambla arriba, quedaron anegadas. Pero la última población de València antes de llegar al mar, Pinedo, esquivó la riada. Entiéndase el verbo esquivar, dado que el pueblo no se movió, sino que el agua desbordada río arriba no llegó con fuerza y la 'autopista' del Saler pudo hacer de barrera.
"Nada de nada, al núcleo de Pinedo no llegó nada", explica la alcaldesa pedánea, Cristina Peris. El agua se quedó al otro lado de la carretera que conecta de norte a sur València y las pedanías. "Alcanzó la zona del Tremolar, al otro lado de la vía", relata: los campos de arroz se anegaron por completo y frenaron la gran avenida.
"Muchos dicen que la autovía nos salvó porque está un poco más alta, pero yo creo que si el agua hubiera llegado con fuerza, no la hubiera parado", opina la dirigente pedánea. Recuerda que aquella noche "las previsiones decían que el agua podía llegarnos por dos o tres puntos". Incluso por el propio cauce del río Túria, por donde el agua "bajaba con rapidez y violencia". Pero no ocurrió. "Ha sido asombroso".
Sin embargo, y a la vista de lo que estaba ocurriendo en diversas poblaciones situadas cauce arriba, el Ayuntamiento de València decidió actuar con "bastante previsión". "La alcaldesa de València, María José Catalá, me llamó al ver cómo venía el agua hacia Pinedo y tomamos medidas por precaución", relata Peris, quien rememora la "incertidumbre" de aquellas horas "porque no sabíamos por dónde iba a venir el agua".
Así, se anunció lo que venía para que la gente evacuara las plantas bajas y las primeras plantas. Esto permitió que bastante gente saliera en coche del núcleo de la pedanía en dirección "a casas de familiares o amigos" fuera de Pinedo. Además, el Ayuntamiento organizó un dispositivo de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) para ayudar en la evacuación.
"Pedimos cuatro autobuses de la EMT para evacuar a la gente que no pudiera subir a las plantas superiores o cuyas viviendas no disponían de más altura", si bien es cierto que todos no se acabaron llenando al salir mucha gente en vehículo privado. Cerca de 70 personas consiguieron escapar así del lugar y fueron transportadas para refugiarse en l'Alquería del Basket. Al día siguiente, podrían volver a sus viviendas.
Al final, todo el material arrastrado por la corriente a través del cauce acabó en el mar, y buena parte "ha ido a parar a la playa". Ahora, los operarios se fanan en las labores de limpieza. "Días atrás tuvimos que parar para que fueran a limpiar los colegios de pedanías afectadas y se trasladaron hasta allí, pero ya están de vuelta". La playa se ha cerrado al público y "se hizo una batida con Policía, Bomberos, Guardia Civil, perros y lanchas por si encontrábamos algo". Se tiene constancia de un cuerpo.