VALÈNCIA. El MIT Technology Review ha publicado su lista de las 10 tecnologías emergentes que cambiarán la manera de vivir y de trabajar. Hay grandes avances en diferentes campos. Uno de ellos es el de la salud. En el Hospital Infantil de Boston están investigando con éxito medicamentos hiperpersonalizados que pueden reemplazar los genes o “editarlos”, lo que abre una vía de esperanza para las personas que padecen, por ejemplo, enfermedades raras. También se está avanzando mucho en el campo del envejecimiento, algo que ha obsesionado a todas las culturas de la historia. Ya hay prometedores fármacos, que abordan dolencias eliminando ciertas células que se acumulan en el organismo a medida que nos hacemos mayores. Las vacunas contra la covid también son un ejemplo de innovación sin precedentes. Por primera vez se ha enseñado a nuestras células a producir una proteína, o incluso una porción de una proteína, que desencadena una respuesta inmunitaria dentro de nuestro organismo que nos protege del virus.
Esta revolución sin precedentes, impulsada por la introducción de las tecnologías disruptivas, se está produciendo también en muchos otros campos como las sostenibilidad, la movilidad, la alimentación…y la comunicación debe estar a la altura de estos cambios, no se puede quedar atrás.
Pongamos el ejemplo de la pandemia. Las organizaciones nos hemos enfrentado a un reto sin precedente pero, en general, nos hemos “adaptado” a las circunstancias, no hemos aprovechado la oportunidad para repensar en la estrategia que deberíamos seguir. El paso a lo digital no es solamente un cambio de canal. De hecho muchas veces supone un cambio de la presencialidad a la multicanalidad, donde retener la atención de tu receptor es mucho más complicado. No se trata de hacer formatos híbridos sin más. Tendremos que utilizar formatos más cortos, más personalizados, crear experiencias…para conseguir el “engagement” que las marcas buscamos.
Hablamos de “pensar” en digital. Tenemos más posibilidades que nunca de reunirnos, de formarnos… pero nos falta cultura digital y lo cierto es que si no lo tenemos en cuenta, no vamos a conseguir los objetivos que deseamos en nuestras comunicaciones.
¿Hemos cambiado los mensajes para los nuevos públicos mucho más saturados e hiperdesbordados? ¿Hemos abortado o minimizado acciones que han demostrado que ya no sirven? ¿Estamos integrando criterios de sostenibilidad, reputación… en nuestra marca? ¿Estamos adaptando nuestra comunicación a la fragmentación de audiencias?
Los medios de comunicación también deben abordar con urgencia esta reconversión. Al igual que las empresas, pueden aprovechar las ventajas que les aportan las nuevas tecnologías. La inteligencia artificial, el big data, la introducción de las tecnologías conversacionales que son con las que los públicos más jóvenes se sientes cómodos…son clave para dar a nuestras audiencias un valor añadido diferencial. Solo así, apostando por la innovación, la industria de los medios de comunicación podrá ir superando los grandes retos a los que se enfrenta en la actualidad y que son muchos. Uno de los principales, que los usuarios paguen por estar informados y que no se conformen simplemente con lo que ofrece Internet de manera “gratuita”.
El mundo va muy rápido y las organizaciones y las empresas necesitamos comunicarlos de manera ágil y efectiva. Tenemos un gran puzzle ante nosotros cuyas piezas hemos de saber encajar. Superar esta situación solo será posible desde la iniciativa empresarial, con el apoyo de la administración y la ayuda de los agentes tecnológicos y de conocimiento. ¿Y tú? ¿Te sumas a la revolución comunicativa?
Dircom de REDIT
Miembro de la JD Dircom CV y Murcia