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VALÈNCIA. La búsqueda de qué define que un amor sea un buen amor, la ceramista Ana Illueca, y el fabricante de joyería ELE KA emprenden un trabajo conjunto que a través de una serie de piezas cerámicas reflexionan sobre las relaciones personales y amorosos. Para sus artífices, este proyecto titulado Sobre el amor, “es una exploración de cómo el amor puede elevarnos y hacernos mejores, cómo la interacción con el otro y lo que compartimos puede crear un espacio seguro y tranquilo. ‘Cada pieza creada profundiza en un aspecto del amor compartido, desde la individualidad hasta la construcción conjunta con el otro. El otro, yo’, resume Illueca”.
Con esta colaboración, ELE KA y la ceramista buscan potenciar nuevas interpretaciones sobre la cerámica que con la mirada puesta en la sostenibilidad. Por ejemplo, ELE KA ha sustituido las esponjas de plástico por soportes cerámicos, lo que elimina el foam de su proceso de producción. Tanto ELE KA como Ana Illueca adquieren sus materiales de proveedores locales, con tal de reducir el impacto ambiental y apoyar a la economía local. “En mi caso, para lograr mayor sostenibilidad, reutilizo el fango resultante de limpiar pinceles, de lavarme las manos o de limpiar las herramientas. Las piezas las realizo de manera que no vuelvo a generar más residuos, y así toda la basura cerámica del taller se convierte en un pieza cerámica nueva. Siempre sorprendente e incontrolable, ya que no puede prever el aspecto de la suma de los residuos. Pero ahí también radica su encanto al abrir el horno. El proyecto se llama Sorpresa circular".
Circular también es la economía en la que se engloba la cerámica según investigaciones y del Instituto de Tecnología Cerámica, que estudia cómo avanzar en el uso de materiales, bien empleando elementos de desecho, como las cáscaras de huevo, o el vidrio usado. Tras un proceso de reconversión, podrían llegar a ser usados en la formulación de productos cerámicos. La reutilización de la de cerámica procedente de las reformas y derribos aumenta las posibilidades de sostenibilidad que tiene el material.
¿Nos dirigimos hacia nuevos usos y formatos cerámicos? “Desde los íberos poco más se ha inventado en cuanto a formatos en el torno. En cerámica plana (revestimientos y suelo) hay un gusto por el formato grande que ahora es posible gracias a la tecnología. Y en uso cotidiano estamos introduciendo la cerámica como mobiliario. Pero no creo que haya una evolución sorprendente en usos y formatos, pero sí en la percepción de la cerámica que ahora ha empezado a adquirir un mayor valor percibido. Sobre todo en València, hemos tenido tanta cerámica a nuestro alrededor que dejamos de verla y eso ha pasado, que hemos empezado a verla y a quererla”. El auge de talleres, estudios, galerías y tiendas bien refleja este aprecio: PLOU Estudi, CUIT Espai ceràmic, Espai Gresca, Kon La Kalma, Canoa, Domanises, Takashi, Patricia Varea… el talento abunda.
Para Illueca, si se da esta evolución es debido “a que la demostración no solo reside en el poder de las características técnicas del material, sino también a su capacidad de ser una herramienta de expresión. Para el ceramista es su vocabulario y para la persona que lo adquiere es el objeto que le representa”.
La colaboración con ELE KA surgió a través de Merche Navarro, la Directora ejecutiva de ELE KA: “Merche se acercó a mí para sustituir el foam del interior de las cajas de las alianzas que fabrican en Paterna. Nos unen muchos valores, entre ellos la sensibilidad a impactar lo menos posible en el medio ambiente. Pero lo que empezó como una necesidad medioambiental se desarrolló también hacia un proyecto que reflexiona sobre el ‘buen amor’, que es el contexto en el que se utilizan sus piezas. Es un proyecto creativo que me ha permitido preguntarme qué es lo necesario para que una pareja funcione, he crecido mucho con él. Pero además también ha implicado una crecimiento de estructura, de equipo, innovando en el proceso de desarrollo de la ejecución de los soportes cerámicos que ellos entregan en su caja. Ha impactado también en proveedores locales y en la economía local, todo eso en un radio de diecisiete kilómetros, demostrando que la cerámica contemporánea y su visión artística puede sumar a la empresa actual”.
Las colaboraciones entre marcas con la cerámica como hilo conductor son, afortunadamente, cada vez más habituales: en septiembre del año pasado, la muestra Mujeres que no son florero exploraba la cerámica contemporánea y su relación con el diseño a través de una única tipología de pieza, el jarrón y los arreglos florales de Fulanito y Menganita. Las diseñadoras Inma Bermúdez, Aleksandra Zeromska, Ana Milena (masquespacio), Inma Carpena, Raquel Vidal (Canoa), Adriana Cabello, Sandra Mar, Ana Illueca y CUIT se expresaron con sus respectivos estilos sobre las mencionadas piezas.
En 2022, la iniciativa ADN Cerámico, diseñando el Mediterráneo, dirigida también por Ana Illueca, puso en valor esta “forma única de hacer diseño en la Comunitat Valenciana gracias a su vinculación con la tradición cerámica”. El proyecto mapeó un buen número de responsables de hacer que este material y sus técnicas tengan un desarrollo contemporáneo que no pierde de vista el pasado. “En un taller artesano la manufactura de miles de piezas implica una relación de confianza, un lenguaje común, respetando la creatividad y el tiempo que ello implica. Para ser rigurosa con las fechas de entrega he tenido que ampliar mi equipo y trabajar con personas que también aman la cerámica. Impacto: proteger la cerámica, y a sus amantes”, resume la ceramista.