"La propuesta situaría a España en la media de la UE en términos de tiempo de trabajo", ha indicado la economista jefe de la OCDE, Claire Lombardelli, durante una rueda de prensa en Madrid, donde ha presentado el 'Estudio Económico de España'.
La economista jefe del 'think-tank' de las economías avanzadas ha subrayado que lo más importante para el crecimiento a medio y largo plazo es la productividad, por lo que ha expresado la necesidad de implementar reformas encaminadas a mejorarla y fomentarla, añadiendo que este tipo de reformas "pueden ser pasos en esa dirección dependiendo de cómo se implementen".
"Tengo entendido que la propuesta se hará sin problemas y de forma gradual, que es sin duda lo que consideraríamos que es la forma correcta de pensar en este tipo de propuestas, porque conviene pensar en cómo se adaptan los costes de las empresas y eso debería hacerse gradualmente", ha explicado.
Asimismo, Lombardelli ha señalado la importancia en este tipo de cambios de garantizar que haya apoyo y consenso y que se hagan "de manera colaborativa entre los empleadores, el Gobierno y los sindicatos", por lo que hay que pensar en cómo hacerlo de manera que reciba un amplio apoyo.
En cualquier caso, ha reiterado que la cuestión principal es realmente la productividad y centrarse en la importancia de mejorarla como fórmula para incrementar de forma sostenible el crecimiento en España y el nivel de vida.
De su lado, el secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Gonzalo García, ha defendido que el objetivo es que la medida tenga un efecto positivo macroeconómico y un efecto positivo también sobre el bienestar de los trabajadores.
En este sentido, en línea con la representante de la OCDE, García ha defendido la importancia de que estas reformas se hagan con diálogo social, con los sindicatos y con los representantes de las empresas, para tener el mejor resultado en términos económicos y sociales.
Ligar la subida del SMI a las ganancias de productividad
Por otro lado, Lombardelli ha defendido la importancia de que los aumentos en el salario mínimo "deben ser progresivos y deben estar en línea con las ganancias de productividad en la economía", puesto que esa es la forma de hacerlo para que beneficie a las personas sin reducir las oportunidades de empleo.
En este sentido, ha señalado que la evidencia disponible sobre los aumentos del salario mínimo sugiere que el aumento de los ingresos permitió reducir la desigualdad salarial, lo que fue especialmente beneficioso para los trabajadores más jóvenes, mientras que sobre su impacto en el empleo la evidencia varía entre los diferentes estudios, por lo que hay una variedad de información sobre cuál ha sido el impacto.
De este modo, lo que la OCDE recomienda al respecto es establecer una comisión independiente con carácter permanente a la que se le dé un mandato más amplio para asesorar sobre la cuestión del salario mínimo de acuerdo con las condiciones del mercado laboral y la productividad para garantizar que los aumentos se puedan lograr de una manera que mejore los resultados distributivos, pero sin un coste en términos de empleo.