VALÈNCIA. Una investigación pionera de los pecios sumergidos en el Mar del Ebro (Tarragona); el estudio del uso de la madera de los Neandertales del Abric Romaní (Barcelona); el análisis de las formas de organización de las comunidades neolíticas del yacimiento de La Draga (Gerona) y la investigación sobre la evolución del poblamiento rural desde los inicios de la romanización hasta la transición a la etapa altomedieval en la antigua villa romana de Villauba (Gerona), son los cuatro yacimientos ubicados en Cataluña que aspiran este año al Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq.
También aspiran a conseguir los 80.000 euros con los que está dotado el galardón, cuatro proyectos más liderados por equipos de investigación de universidades e instituciones catalanas que trabajan dentro del territorio nacional y en el exterior.
Se trata del proyecto Almoloya-La Bastida, en Murcia, en el que un equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) estudia la sociedad de El Argar; también liderada desde la UAB y el Instituto del Próximo Orienta Antiguo (IPOA) opta al premio la investigación sobre la evolución de los rituales, creencias y prácticas religioso-funerarias en el yacimiento de Oxirrinco (Egipto).
Completan las candidaturas los proyectos sobre dos yacimientos de América Latina: los cazadores recolectores en la Edad de Hielo del lago Tagua-Tagua de Chile, que dirigen investigadores del IPHES-CERCA, y el estudio sobre el asentamiento de las estancias coloniales españolas de los siglos XVI y XVIII en el Vall de Catamarca (Argentina), que desarrolla también la UAB.
La tercera edición contará con un total de 18 proyectos aspirantes. La entidad analizará ahora las candidaturas recibidas para determinar cuáles serán los 6 finalistas que entrarán en la carrera de esta edición del Premio. Todos los proyectos aspirantes están liderados por equipos de investigación pertenecientes a instituciones públicas españolas y, en todos los casos, se trata de investigaciones en curso, ya sea en territorio nacional o en el extranjero.
El 15 de junio, un jurado internacional de reconocido prestigio en el ámbito científico y cultural, elegirá el proyecto ganador que se hará público durante la gala de entrega del Premio. La gala se desarrollará en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), entorno que tradicionalmente ha albergado el evento. El certamen, con carácter bienal, es el primer premio de estas características concedido por una fundación privada dedicado a estas disciplinas y está dotado con 80.000 euros.
El ‘Proyecto arqueológico subacuático Mar del Ebro. Prospección y documentación arqueológica subacuática de los pecios de la Primera y la Segunda Guerra Mundial en el Mar del Ebro’, bajo los auspicios de la Asociación Nacional de Arqueología Subacuática (SONARS) y con los investigadores Manuel J. Fumás Soldevila, Josep María Castellví y Pere Izquierdo Tugas, es una de las iniciativas de arqueología subacuática más importante de época contemporánea.
Con más de dos décadas de prospección en las aguas del Mediterráneo, el objetivo principal de la investigación es obtener toda la información posible sobre los pecios (mercantes, navíos y aviones) hundidos en la zona sobre la Primera y la Segunda Guerra Mundial y conocer su vínculo histórico con Cataluña.
Respecto al ‘Proyecto Almoloya-Bastida: poder, género y parentesco en una civilización olvidada de la Edad del Bronce’, desde Murcia, el equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona formado por Vicente Llull, Rafael Micó, lCritina Rihuete Herrada, Eva Celdrán Beltrán, Camila Oliart Caravatti y Miguel F. G. Valério, avanza en la investigación de la sociedad de El Argar, en los inicios de la Edad del Bronce en el Mediterráneo occidental, a través de la excavación e investigación sistemáticas de los dos yacimientos emblemáticos -La Almoloya y La Bastida.
‘Explorando la Tecnología de la Madera de los Neandertales del Abric Romaní (Capellades, Barcelona)’ es otras de las iniciativas. El equipo del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social integrado por Palmira Saladié, Josep Vallverdú y María Gema Chacón, trabajan en uno de los yacimientos más importantes del Paleolítico medio. La excepcional conservación de la madera dará nuevas interpretaciones al estudio de los Neandertales.
En él se lleva excavando de forma ininterrumpida desde 1983: con una superficie de casi 300 m2, la excavación de la superficie completa ha permitido el estudio de pautas ocupacionales del yacimiento a lo lago de miles de años. El objetivo del proyecto es el estudio de los restos de madera en el registro del Pleistoceno, a través de las trazas de uso y de desgasta observadas en las herramientas líticas.
‘La Draga en el contexto de las primeras comunidades neolíticas peninsulares’. La Universidad Autònoma de Barcelona y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)-Institució Milà i Fontanals (IMF) son las instituciones que auspician este proyecto liderado por Antoni Palomo Pérez (UAB), Raquel Piqué Huerta (UAB) y Xavier Terradas Batlle (CSIC-IMF). La Draga es el único yacimiento neolítico lacustre de la Península Ibérica.
Desde el inicio de las excavaciones, hace 30 años, La Draga ha permitido caracterizar las primeras poblaciones campesinas que se asentaron en el NE de la península, su entorno y el impacte que tuvieron en éste. En esta nueva fase, los trabajos tienen, entre otros, el objetivo de comprender las formas de organización de las comunidades neolíticas a partir del análisis de actividad y la estructuración del espacio habitado, así como la reconstrucción de las formas de subsistencia, caracterizando el tipio de relación mantenida con las especies animales y vegetales de naturaleza doméstica y la importancia de las especies silvestres.
‘Evolución de los rituales, creencias y prácticas religioso-funerarias en Oxirrinco. Desde la dinastía XXVI hasta la etapa cristiano-bizantina’. Este proyecto cuenta con un equipo liderado por Ignasi-Xavier Adiego Lajara de la Universitat de Barcelona-Instituto de Próximo Oriente Antiguo (IPOA), Esther Pons Mellado, del Museo Arqueológico Nacional (MAN) y Maite Mascort Roca. Situado a 190 km al sur de El Cairo, Oxirrinco es uno de los cinco yacimientos arqueológicos más grandes del país con una cronología que abarca Desde la época Saita (664 a.C.) hasta el periodo Cristiano-Bizantino (siglo VII d.C.), momento en que se produce la invasión musulmana en Egipto, incluyendo por supuesto, la etapa Persa y Ptolemaico-Romana.
'Lago Tagua Tagua: vida y muerte de los cazadores recolectores de la Edad del Hielo en América del Sur'. Los doctores Carlos Torneo (IPHES-CERCA), Rafael Labarca y Erwin González de la Pontificia Universidad Católica de Chile, dirigen este proyecto que ha permitido obtener documentación inédita de las prácticas funerarias de los primeros grupos de cazadores-recolectores del continente americano.
‘Autigasta y Huayacama. Arqueología de los espacios campesinos indígenas y de las estancias coloniales españolas en el Valle de Catamarca, Argentina (Siglos XVI-XVII)’. El Departament de Ciències de l’Antiguitat i l’Edat Mitjana de la Facultat de Filosofía i Lletres de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) desarrolla, bajo el liderazgo del investigador Félix Retamero, la investigación de este yacimiento ubicado en la provincia de Catamarca, en el noroeste de Argentina. El proyecto está centrado actualmente en el asentamiento de una comunidad de esclavos establecida a principios del siglo XVIII.
‘Un viaje al pasado: reconstrucción digital y de las condiciones de vida del ganado de la villa romana de Vilauba’. Lídia Colominas Barberà y Pere Castanyer Masoliver, del Institut Català d’Arqueologia Clàssica, estudian la evolución de la villa romana de Vilauba y de los efectos de su ocupación desde los siglos II-I a.C. hasta los siglos VII-VIII d.C.
Los restos arqueológicos actualmente exhumados se materializan en un complejo entramado de estructuras construidas a lo largo de más de 700 años de ocupación continuada. Esta extraordinaria longevidad lo convierte en uno de los mejores ejemplos para estudiar la evolución del poblamiento rural en el territorio desde los inicios de la romanización hasta la transición a la etapa altomedieval.
Con la consecución de este proyecto cambiarán los conocimientos que se tenían hasta ahora, partiendo del hallazgo de una gran cantidad de huesos de bovino enteros que confirma la presencia de más de 14 bovinos la villa en la que, hasta el momento, se pensaba que la principal actividad productiva era la agricultura. Con este proyecto se ampliarán también los conocimientos sobre ganadería romana conociendo con detalle las condiciones de vida de estos animales y obteniendo, por primera vez, una imagen totalmente científica de sus características, gracias a la aplicación de técnicas y análisis innovadores.
Convocado por la institución con ese mismo nombre, el galardón nace en 2018 con la finalidad de reconocer la excelencia y originalidad de proyectos arqueológicos y paleontológicos dirigidos por equipos de investigación españoles, desarrollados tanto a nivel nacional como internacional, sin restricciones de culturas o períodos históricos. Los proyectos de investigación sobre paleontología deben estar relacionados con la evolución humana.
La primera edición en 2018 contó con 25 participantes, 6 finalistas, y un Jurado que falló a favor del proyecto ‘Construyendo Tartesos’, investigación sobre la cultura tartésica que desarrolla el equipo liderado por el Sebastián Celestino Pérez y Esther Rodríguez González del Instituto de Arqueología (CSIC – Junta de Extremadura).
La segunda edición, en 2021, contó con 20 participantes y 6 finalistas. El jurado internacional falló en esta ocasión a favor de ‘La Montaña del tiempo. Exploración de un campamento paleolítico en La Garma’, desarrollado por los doctores Pablo Arias y Roberto Ontañón, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC). La investigación premiada ha revelado la existencia de un yacimiento único en el mundo que constituye una verdadera cápsula del tiempo, donde este se detuvo hace 16.500 años, gracias a un desprendimiento en la entrada original que transformó la cueva en una burbuja, lo que ha permitido conservar los vestigios de un asentamiento paleolítico.