A estas alturas de la legislatura ya está claro que la izquierda alternativa, también llamada izquierda a la izquierda del PSOE por no llamarla extrema izquierda ni ultraizquierda, va a tragar con todo lo que la dirigencia sanchista tenga a bien materializar. Digan lo que digan los jueces, ellos van a seguir apoyando al Gobierno actual. Por un lado, los de Sumar no quieren poner en riesgo los Ministerios y otros altos cargos que ocupan. En consecuencia, se muestran sumisos. Ciertamente los de Podemos gesticulan bastante más, pero al final hacen lo mismo que Sumar. Eso ha quedado claro con el melodrama del paquete fiscal: dijeron que no lo apoyarían si no incluía el impuesto extraordinario a las energéticas, pero llegado el momento lo apoyaron con la excusa de que el Gobierno les había prometido implantarlo. ¿Por qué no ya? Porque Juntos por Cataluña y el Partido Nacionalista Vasco habían declarado que, en ese caso, votarían en contra del paquete fiscal. ¿No harán entonces lo mismo en el futuro? Obviamente sí, pero los podemitas necesitaban una excusa para que el Gobierno no saliese derrotado. Ahora afirman que no apoyarán los Presupuestos nacionales si el Gobierno no rompe relaciones diplomáticas con Israel o no reduce a la mitad por ley el montante de los alquileres. Caña y pincho de tortilla, que diría Luis Herrero, a que Podemos no echará para atrás los Presupuestos, aunque el Gobierno no rompa con Israel ni baje por ley los alquileres.
¡Qué lejos quedan aquellos tiempos en los que Julio Anguita, con mi modesto apoyo, proponía que convenía llegar a acuerdos con cualquier otro partido sobre la base del programa, pero no se debía seguir apoyando a ningún partido que no cumpliese lo pactado! Esa idea se incardinaba en su teoría de las dos orillas, según la cual en una orilla estaba Convocatoria por Andalucía y en la otra el PSOE y el PP. Daba lo mismo pactar con uno o con el otro si era para bien, pero no había que pactar ni con uno ni con el otro si no era para bien de los trabajadores. Ahora la izquierda se ha convertido en una muleta del sanchismo.
En ese panorama vuelve a abrirse la esperanza de que Izquierda Española logre popularizar algunas de sus principales propuestas. Inspirándome en las que expuso su líder, el abogado laboralista Guillermo del Valle, en el programa radiofónico "Una pausa para un café", que dirige Rosa Dichas, espigaré las que más me convencen.
Como se ve, esas son unos objetivos de izquierda inteligibles. El tipo de objetivos que buena parte de la izquierda actual ha traicionado o, como mínimo, malversado. Quizás el futuro pertenezca a Izquierda Española. Veremos..