GANDIA. Quedarse inmóvil ante una crisis sanitaria de estas dimensiones no es una opción para muchas personas que desde sus casas son testigos de las necesidades sociales y sanitarias actuales. Una impotencia motivada por la falta de mascarillas quirúrgicas FFP2 y FFP3 en los centros sanitarios que atienden a los pacientes con coronavirus o al ver que hay trabajadores de empresas en funcionamiento que siguen desempeñando sus funciones, sin protección, para que la sociedad pueda seguir haciendo la compra. Acurrucarse en el sofá y mirar hacia otro lado no era una opción para ellos así que comenzó a gestarse una ola solidaria en la La Safor para confeccionar mascarillas que ya ha ‘contagiado’ a más de trescientas personas.
Con una máquina de coser y los materiales oportunos comenzaron a confeccionar mascarillas de tela desde su casa. Inicialmente lo hicieron para suministrarlas a algunos operarios de ciertas áreas de Vicky Foods que, debido al tipo de trabajo que realizan, las emplean. Esta situación, sumada a las medidas de seguridad para estar más protegidos ante la pandemia del coronavirus, hizo que una trabajadora de la empresa pusiera en marcha su máquina de coser y comenzara a confeccionar mascarillas de tela. “La iniciativa surge de nuestros propios trabajadores con el objetivo de asegurar de cara a las próximas semanas el suministro de mascarillas para garantizar su máxima seguridad, algo que para nosotros es esencial”, explica Mariola Juan, que hoy compagina su cargo de consejera de Vicky Foods con la gestión de la gran red solidaria.
Como si de una ficha de dominó se tratara, la idea de los trabajadores de Vicky Foods se fue extendiendo entre todas las personas que tuvieran nociones de costura y la reacción de los responsables de Vicky Foods no se hizo esperar. Inmediatamente decidieron sumarse a la iniciativa contactando con proveedores de la zona para aportar los materiales necesarios para confeccionar esas mascarillas, como tela doble de algodón, gomas para engancharlas, hilo y agujas. “Fueron las mismas personas que ayudaban a los empleados de Vicky Foods las que, al conocer las necesidades de otras empresas y servicios, mostraron su predisposición para seguir confeccionando mascarillas, más allá de las 3.000 iniciales”, comenta Mariola emocionada.
La complicidad no se hizo esperar y asociaciones como Alma de Acero se coordinaron con Vicky Foods para canalizar esas peticiones y hacer un llamamiento a otras empresas que pudieran tener las mimas necesidades. De este modo, desde la fábrica de Vicky Foods en Villalonga voluntarios recogen el material, lo planchan y lo introducen en bolsas para que en cada una de ellas haya material suficiente para elaborar 25 mascarillas. Después, otros voluntarios se organizan para hacer el reparto. "Es emocionante ver el movimiento solidario que se ha generado, es un momento increíble y espero que estos actos solidarios no se olviden nunca", comenta Joan Grimal, responsable de comunicación de Alma de Acero.
Una labor que no sería posible sin esas doscientas personas que están en sus hogares convirtiendo esas telas en mascarillas que más tarde serán utilizadas por trabajadores y trabajadoras de la comarca de La Safor. Una de esas voluntarias es Carmen, que al ver un mensaje en Facebook pidiendo mascarillas para el Hospital San Francesc de Borja cogió las telas que tenía en casa y empezó a confeccionar mascarillas como buenamente pudo. "Más tarde, a través de Alma de Acero, me enteré de que desde Vicky Foods estaban pidiendo ayuda para ayudar a otras empresas de la comarca y me puse en contacto con ellos", detalla. Para ella, su labor es muy pequeña y es la cadena de solidaridad la que hace posible que otras personas puedan trabajar con seguridad estos días: "Es muy emocionante ver la solidaridad de las personas, como cada uno de nosotros aporta lo que puede para ayudar a quienes se juegan la vida por nosotros". Una emoción que transmite con la voz algo quebrada para decir “es maravillosa la complicidad que se está generando y lo unidos que estamos para frenar este virus".
Tras una semana, el número de personas colaborando se ha incrementado y cada día más se suman a la iniciativa. Para ellos, los propios voluntarios han diseñado un video explicativo. "Es un continuo aprendizaje porque hemos mejorado hasta la calidad de las telas y ahora estamos probando con una que es impermeable y transpira mejor", detalla Mariola resaltando la gestión que requiere la situación: "A nivel organizativo es una locura porque nosotros seguimos trabajando y, además, gestionamos la organización de las mascarillas. Solo un dato: hemos creado cinco grupos de Whatsapp: Uno para todos los voluntarios, otro para cada una de las zonas (Gandia, Oliva y Villalonga) y otro con los encargados de la logística".
Una acción solidaria que ha confeccionado unas 6.000 mascarillas (sin contar las que están en producción) que son entregadas a otras empresas de la Safor que requieren de estas medidas de seguridad para seguir trabajando y a centros sanitarios como el Hospital IMED Gandia, que ha recibido 200 mascarillas fruto de esta iniciativa. Pero la lista de beneficiados es más amplia pues desde Vicky Foods y Alma de Acero sostienen que son unas 200 beneficiarios —entre empresas, instituciones y fuerzas de seguridad del Estado— que ya se han beneficiado de estas mascarillas. De hecho, matizan, que es tal "la avalancha de peticiones" que han priorizado según necesidades, siendo la salud y la seguridad prioritarias.
Según explican desde Alma de Acero, aquellas personas que deseen colaborar para confeccionar mascarillas deben ponerse en contacto con ellos. Del mismo modo para las empresas pues debe ser alguien vinculado en la dirección para transmitir la necesidad. Para ellos, ponen a su disposición el teléfono 689 921 112 o el Facebook de la asociación.